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Asesinado un ministro de Sudán del Sur días después de confirmarse la secesión

El titular de desarrollo rural muere tiroteado por un cuñado

Un ministro de Sudán del Sur, el que será país escindido de Sudán el próximo 9 de julio, ha sido asesinado hoy en su despacho por un cuñado que ha matado también a un guardia, según ha afirmado el titular de Interior, Gier Chouang Aloung. El incidente, del que el Gobierno autónomo ha querido descartar connotaciones políticas, es una muestra de la inseguridad reinante en una región que dentro de cinco meses será un Estado independiente, tras votarlo así masivamente sus habitantes en el referéndum celebrado el pasado 9 de enero.

"Es un asunto familiar", recalcó el ministro del Interior. "Queremos dejar claro que no hay ninguna motivación política", afirmó. El atacante, del que en un primer momento se dijo que se había suicidado, ha sido detenido, según un portavoz militar sursudanés, Philip Aguer. El asesinato del ministro de Desarrollo Rural y Cooperación, Jimmy Lemi Milla, y de un guardia, se produjo en la sede del organismo, en Juba, la capital de Sudán del Sur.

Se trata de un golpe a los primeros pasos del que será en julio el país más joven de África, nacido de la secesión del régimen de Omar Hassam al Bashir, todavía presidente de todo el país. Tras el referéndum celebrado a principios de enero, el pasado lunes, como se preveía, los resultados mostraron que una mayoría aplastante de sudaneses del Sur (98,83%) votó en el referéndum a favor de la secesión del Norte. Tras conocer los resultados, Al Bashir, los aceptó en un discurso emitido por televisión: "Hoy hemos recibido estos resultados. Los aceptamos y los respetamos porque representan la voluntad de la gente del sur". Daba así luz verde a la partición del país, dando lugar, si todo va bien, a un Estado en el sur de mayoría católica y animista -el norte es musulmán-. El 9 de julio, Sudán del Sur será el 54º país de África, mientras que Sudán dejará de ser el país más grande de África en favor de Argelia (2.381.741 kilómetros cuadrados).

El Norte y el Sur de Sudán llevan, desde que el país obtuvo la independencia de Inglaterra en 1956, resolviendo sus diferencias a cañonazos. Aunque la metrópoli diferenciaba ambos territorios, decidió unirlos en los años 40 y, cuando la independencia fue un hecho, estalló la guerra entre el norte musulmán y el su cristiano -con numerosa presencia de religiones animistas-. Menos una década entre 1972 y 1983, han estado en guerra hasta 2005, un conflicto que se ha cobrado dos millones de vidas. Por delante quedan unas negociaciones en las que el escollo será los recursos naturales, sobre todo el petróleo, que en su mayoría está en el Sur. El Norte cuenta con los recursos para explotarlos. También queda el futuro de la región central de Abyei, también rica en recursos, que no ha decidido a qué lado adherirse: debía haber decidido en un referéndum que aún no se ha celebrado.

Salva Kiir Mayardit, presidente del Gobierno de Sudán del Sur, con sombrero, junto a varios de sus ministros, ayer en el aeropuerto internacional de Juba, tras conocer los resultados oficiales del referéndum de independencia.
Salva Kiir Mayardit, presidente del Gobierno de Sudán del Sur, con sombrero, junto a varios de sus ministros, ayer en el aeropuerto internacional de Juba, tras conocer los resultados oficiales del referéndum de independencia.AP

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