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Asesinado de cuatro tiros de escopeta un alcalde de Huesca

Los investigadores sospechan que el regidor cayó en una trampa

El alcalde de la localidad oscense de Fago, Miguel Grima, apareció ayer muerto en un barranco de la carretera que une este municipio de la Jacetania con Majones. Grima, del PP, presentaba cuatro impactos de una escopeta de postas en el pecho. Su esposa denunció su desaparición a las nueve de la mañana, al comprobar que no había regresado de una reunión de alcaldes de la comarca de la Jacetania.

Su búsqueda comenzó a las diez de la mañana, y su cuerpo apareció sobre las dos y media de la tarde en medio de un charco de sangre. Según los primeros datos recogidos en el lugar del crimen, quien le mató le tendió una emboscada: colocó piedras en una curva cerrada de la carretera que llega al pueblo para obligarle a bajar del coche. Se han encontrado cristales cerca de esa curva, lo que indica que lo sacaron del coche, le dispararon y lo arrojaron al barranco. El subdelegado del Gobierno en Huesca, Ramón Zapatero, confirmó que además presentaba varios golpes en la cabeza.

En un primer momento se barajaron todas las hipótesis, incluida la de un atentado, ya que la zona está muy cerca de Navarra, posibilidad que fue descartada al ver la naturaleza de las marcas de los disparos. Las investigaciones apuntan al enfrentamiento que mantenía Grima con algunos vecinos y cazadores de la zona. El juzgado de Jaca decretó ayer por la tarde el secreto del sumario

Ni el coche de la víctima ni su teléfono móvil habían aparecido a primera hora de la noche. El móvil seguía dando señal de llamada a las ocho y media de la tarde. Grima había asistido el viernes a una reunión de alcaldes de la comarca en Jaca, que terminó a las nueve de la noche. La última vez que se le vio con vida fue sobre las diez, cuando entró a comprar pan en la panadería de Villareal de la Canal, un pueblo situado junto al suyo. Grima era alcalde de Fago, un municipio de 21 habitantes, según el padrón de 2005, situado a siete kilómetros de Ansó. Tenía cerca de 50 años y llegó al pueblo hace 20, junto con otras personas llegadas de las ciudades, sobre todo artesanos que huían de las urbes. Éstos vivieron durante un tiempo en el pueblo y finalmente, se marcharon.

Miguel y su mujer siguieron en Fago, donde ha sido alcalde con el PP desde 1995. Vecinos del pueblo hablaban ayer de duros enfrentamientos con otros vecinos y con cazadores. Según estos vecinos, Grima negó el empadronamiento a varias personas y el caso había sido objeto de reportajes, el primero de ellos en televisión, en marzo del pasado año en el espacio de La 2 Línea 900.

Denuncias

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En ese tiempo, los juzgados de Jaca recibieron un aluvión de denuncias contra esta práctica de controlar los padrones. Ayer también se recordó que el alcalde, que ahora regentaba una casa de turismo rural, y que había tenido un taller de bobinas eléctricas, había recibido amenazas e incluso sufrido sabotajes en su coche. Las autoridades aseguraron no tener constancia de estos hechos. Quienes le conocían hablan de que sí fue amenazado, pero que nadie esperaba este desenlace. La Guardia Civil mantenía ayer por la noche la zona acordonada en busca de pistas.

Los dirigentes del Partido Popular de Huesca y Aragón mantuvieron una reunión ayer por la tarde, tras la cual no ocultaron su desazón. El cuerpo de Grima quedó en Jaca hasta que se le realice la autopsia.

Miguel Grima.
Miguel Grima.EFE

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