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La Audiencia libera y vuelve a detener al represor argentino Cavallo, que ayer iba a viajar a Suiza

Con la miel en los labios. Así se quedó ayer el represor argentino Ricardo Cavallo, Sérpico, después de que el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu decretase su prisión incondicional, un día después de ser puesto en libertad por un tribunal presidido por el magistrado Alfonso Guevara. Fuentes de la Audiencia aseguraron que Cavallo tenía previsto viajar ayer a Suiza.

Cavallo está procesado por el juez Baltasar Garzón como autor de delitos de genocidio, terrorismo y torturas, presuntamente cometidos entre 1976 y 1983, durante la dictadura militar argentina, y especialmente a partir de enero de 1979, cuando dirigió el Grupo de Tareas de la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA), el principal centro de represión del país.

Sin embargo, un tribunal presidido por Guevara declaró que la Audiencia Nacional no era competente para juzgar a Cavallo en España y daba un plazo de 40 días a Argentina para que reclamara su entrega. Se da la circunstancia de que es tradición en la Audiencia Nacional que las cuestiones de competencia en asuntos de jurisdicción universal sean resueltas por el pleno de la Sala de lo Penal y no por un tribunal de una sección concreta.

"Doble rasero"

Sin embargo, Guevara no lo vio así y dejó en libertad a Cavallo, a pesar de que está reclamado por Argentina, y su caso en España está pendiente de recurso de casación ante el Tribunal Supremo.

Fuentes de la Audiencia Nacional hablaban ayer de "doble rasero", ya que Guevara es el magistrado que la semana pasada recabó las firmas de sus compañeros para llevar al pleno de la Sala la decisión sobre la libertad o prisión del etarra Iñaki de Juana Chaos cuando el tribunal al que correspondía el caso ya había deliberado en favor de la excarcelación del preso.

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Cavallo podría haberse fugado tranquilamente, puesto que el tribunal presidido por Guevara ni siquiera le impuso como medida cautelar la prohibición de abandonar el territorio nacional. La única exigencia que imponía el auto era que dijese el domicilio en el que pensaba vivir.

La Fiscalía, que pedía la prisión, reclamaba para el caso de que el tribunal decidiese mantener la libertad y para evitar el riesgo de que Cavallo se fugase, que compareciese diariamente en el juzgado, que le fuera retirado el pasaporte, la prohibición de abandonar territorio nacional, comparecer siempre que fuera llamado y dirección y teléfono en el que estar localizado. Además, exigía de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado un dispositivo de vigilancia adecuado para evitar sorpresas.

Pero Cavallo acudió voluntariamente a la Audiencia Nacional para un trámite intrascendente y el juez Fernando Andreu, tras comprobar que los documentos solicitados a Argentina habían llegado ya, tras haber pasado por el Ministerio de Justicia, ordenó la prisión incondicional de Cavallo.

El juez constataba que el preso está reclamado por cinco procesos por el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Criminal número 12 de Argentina, por delitos de privación ilegal de la libertad agravada de forma reiterada, imposición de tormentos con resultado de muerte, imposición de tormentos, robo, extorsión, falsedad ideológica de instrumento público, asociación ilícita y otros.

Por ello, el juez Andreu ordenó la prisión de Cavallo por los delitos de que le acusan, la pena que pueda corresponderle y con objeto de asegurar su entrega al país reclamante. Mientras tanto, el recurso de casación ante el Supremo, sigue su curso.

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