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Reportaje:

Cuando Aznar prometía generosidad

La hemeroteca a la que apeló el ex p residente revela el respaldo de partidos y medios de comunicación al diálogo con ETA en 1998

"Que se miren las hemerotecas", pidió el pasado viernes José María Aznar, en la inauguración de la convención del PP, tras asegurar que su Gobierno nunca negoció con ETA. No es ésa, sin embargo, la impresión que se desprende de la lectura de los diarios de la época.

El 26 de septiembre de 1998, diez días después de que ETA dictara una tregua, el entonces presidente del Gobierno acudió a San Sebastián y celebró un mitin en el que prometió generosidad: "Apuesto por el diálogo y la responsabilidad compartida", señaló entonces.

- "Generosidad es una palabra que no me quema en la boca". Era el primer mitin de la precampaña electoral vasca y se dirigía a los simpatizantes del PP: "Hace no mucho tiempo hablé de generosidad porque es una palabra que no me quema en la boca y que es patrimonio de los que no vivimos instalados en el rencor. Al hablar de generosidad no olvido que un Estado de Derecho tiene principios, leyes y políticas de paz, de una paz real, inequívoca, sin sombras". Y continuó así: "Ahora lo que toca es la paz. Sólo la paz y nada más que la paz. Construir la paz es lo más importante. Es la tarea que tenemos ahora. Es fundamental construir la paz sobre una base sólida pero, a la vez, flexible. Queremos que la paz que se construya sea habitable, no para la mitad de los vascos sino para todos ellos. Somos los demócratas los que tenemos la legitimidad para abordar la paz. Apuesto por el diálogo y la responsabilidad compartida".

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EL PRESIDENTE AUTORIZA CONTACTOS CON EL MLNV

- "Inicio de contactos con el entorno del MLNV". A las 11.30 de la mañana del 3 de noviembre de 1998, la agencia Efe difundió un comunicado de La Moncloa en el que se anunciaba que el entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, había autorizado el inicio de contactos con "interlocutores del entorno del denominado MLNV" o Movimiento de Liberación Nacional Vasco. Hora y media después, el propio Aznar confirmaba lacónicamente la noticia durante una visita al Museo Thyssen-Bornemisza y se remitía al comunicado.

Era la primera y la última vez que un Gobierno español se referiría al entorno de ETA con el apelativo de MLNV, acuñado por la izquierda abertzale para nombrarse a sí misma, en un intento por identificarse con los movimientos de liberación del Tercer Mundo, pero este hecho quedó eclipsado por la trascendencia de la noticia.

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- Un mensaje del ministro Mayor Oreja en el buzón de voz del teléfono de Rubalcaba.

Todos los partidos, sin excepción, expresaron su respaldo al Gobierno, aunque los socialistas no ocultaron su malestar por no haber sido informados con carácter previo. En efecto, aunque el PP se había comprometido a consultar sus pasos con el primer partido de la oposición, el entonces ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, se limitó a dejar un mensaje en el buzón del móvil del diputado socialista Alfredo Pérez Rubalcaba momentos antes de que se difundiera el teletipo de Efe.

- Enrique Múgica: "Una decisión lógica". El Defensor del Pueblo, Enrique Múgica, que actualmente sólo es partidario del "diálogo de la escoba y la basura" con ETA, consideró entonces "lógica" la decisión del Gobierno, igual que el socialista Fernando Buesa, quien sería asesinado tras la ruptura de la tregua.

En realidad, ETA había decretado el alto el fuego mes y medio antes, el 16 de septiembre de 1997, pero Aznar no autorizó las conversaciones -dirigidas, según dijo el pasado viernes "a comprobar si [los terroristas] estaban o no dispuestos a rendirse"- hasta pasadas las elecciones vascas del 25 de octubre de 1998, en las que el PP y Euskal Herritarrok (marca con la que se presentó Batasuna) fueron los grandes beneficiados.

- ABC: "Horizontes de esperanza". El Gobierno no sólo tuvo el respaldo de la totalidad de las fuerzas políticas, sino también el aliento unánime de los medios de comunicación. El título del editorial de Abc del 4 de noviembre de 1998 era bastante explícito: "Horizonte de esperanza".

"La esperanza, precaria todavía, de que el proceso que se anuncia fructifique en la pacificación del País Vasco [...] nos lleva a subrayar la fecha del 3 de noviembre como el posible punto de partida de una andadura que ningún español de buena voluntad puede dejar de desear que culmine venturosamente", decía el editorialista. "Sólo el Gobierno de la Nación tiene en sus manos", agregaba, "la única contrapartida a la que la banda puede aspirar: la indulgencia".

"[...] Somos muy conscientes de lo que está en juego y nos sentimos comprometidos con el logro de la paz. Por ello, procuraremos no perjudicar el proceso, mediante un muy prudente y sereno ejercicio de nuestro derecho a informar y opinar. Nunca pondríamos en riesgo la posibilidad cierta de un País Vasco libre y en paz a cambio de una satisfacción efímera de una portada de tan seguro como fácil impacto".

- EL MUNDO: "Otro valiente paso de Aznar hacia la paz". Aún más entusiasta era el editorial de El Mundo, titulado "Otro valiente paso de Aznar hacia la paz", que no sólo comparaba la actitud del jefe del Gobierno español ante ETA con la del británico John Major frente al IRA, sino que daba por sentado que habría negociación y que ésta incluiría cuestiones políticas.

Tras glosar el anuncio de Aznar, añadía: "Poco después, el portavoz del Ejecutivo aclaró que esos contactos con el llamado MLNV apuntan a acreditar que la decisión de la organización terrorista de abandonar la violencia es definitiva. Obvió decir -era innecesario- que, de confirmarse tal cosa, habrá negociación. [...] Lo más probable", pronosticaba, "es que la tarea acabe subdividiéndose: habrá diálogo directo con ETA, de un lado, para evaluar el problema de los presos -aunque no sólo- y habrá por otro lado conversaciones más específicamente políticas, en las que todas las fuerzas parlamentarias habrán de tener participación".

En el mismo diario, su columnista Federico Jiménez Losantos escribía: "Puesto que es el fin del terror lo que se busca y el camino es necesariamente, como en la canción de Georges Harrison, largo y sinuoso, convendría no apresurarse en los trámites y contar con los inevitables retrocesos y tiempos muertos de lo que de una u otra forma será negociación, aunque se salven los principios éticos y democráticos que un Gobierno de un país respetuoso de sí mismo nunca debe perder de vista [...] Si hay algo que en estos contactos y los que vengan tampoco se puede perder es, precisamente, el tacto, el cuidado, la precaución de no enajenarse el apoyo de los partidos políticos democráticos [...] Que el Gobierno español debe dirigir el proceso de pacificación es evidente. Que no entienda que tal dirección implica la permanente atención informativa y la eventual consulta al resto de partidos democráticos es una posibilidad preocupante. En la opinión pública, el consenso visible de los grandes partidos nacionales es un elemento fundamental".

- EL PAÍS. "Es razonable que el Gobierno intente verificar las intenciones de la banda". EL PAÍS, por su parte, señalaba: "Es razonable que mes y medio después del anuncio de tregua, el Gobierno intente verificar las intenciones de la banda, sobre todo acerca de un abandono definitivo de las armas, como cabría deducir de las palabras del portavoz que habló por la BBC".

El editorial advertía de que "la idea de paz por presos forma parte central de cualquier intento de reconciliación", pero "lo que está expresamente excluido es que alguien intente extraer ventajas políticas de la violencia".

"Pretender contraprestaciones políticas por dejar de matar equivale a exigirlas por haber matado", explicaba. "De ahí que cualquier diálogo deba plantearse, como marca Ajuria Enea, entre representantes legítimos de la voluntad popular. Con ETA puede hablarse de la reinserción de sus miembros, y para ello hay que establecer algún contacto. El Gobierno dice que quiere evitar secretismos que puedan un día volver contra él. Bien está que comunique sus intenciones".

- Rajoy: "El Gobierno ha hecho un gesto conforme a la voluntad y el deseo de que llegue la paz". Mariano Rajoy declaró el 26 de diciembre de 1998 su apoyo a la decisión de dialogar con los terroristas y acercar a sus presos. Y explicó: "Los contactos los llevamos directamente y sin intermediación". No fue el único dirigente popular que se manifestó a favor del diálogo. Miguel Sanz, presidente navarro, declaró: "Si ETA abandona las armas se podría hablar y negociar, y ahí Navarra va a estar y será generosa. En la medida en que se consolide la tregua y podamos hablar del abandono definitivo de la violencia, se podrá hablar de otras cuestiones como la política penitenciaria y la reinserción".

EFE

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