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El Gobierno destituye a José Barea con el argumento de que ya ha cumplido su misión

El Gobierno destituyó ayer, en pleno verano y en la última reunión del Consejo de Ministros antes de iniciar las vacaciones, al jefe de la Oficina Presupuestaria, José Barea, cuya gestión se estaba caracterizando por sus objeciones a la versión oficial sobre la realidad de las cuentas públicas y la filtración de informes que preparaba para el presidente del Gobierno, que era quien le había nombrado y del que dependía. El portavoz del Gobierno, Josep Piqué, y el vicepresidente segundo, Rodrigo Rato, aseguraron que Barea ha cumplido su cometido y que seguirá colaborando con el Gobierno.

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La versión oficial del cese, expuesta por el portavoz del Gobierno, Josep Piqué, y el vicepresidente segundo, Rodrigo Rato, fue que existía un acuerdo entre José María Aznar y José Barea para un cometido -imprimir rigor a los Presupuestos y reducir el déficit público- que ya se ha cumplido, por lo que el relevo se ha producido "de común acuerdo". Una explicación que no se expuso cuando se anunció el nombramiento.Entnces el propio Barea detalló que sus condiciones para asumir el cargo consistían en poder dar clases en la Universidad dos días a la semana y dejar bien delimitadas sus competencias y las de la Secretaría de Presupuestos.

Tanto Piqué como Rato destacaron que el ingreso de España en el euro da por alcanzado el objetivo de la tarea encomendada a Barea. Sin embargo, el periodo transitorio de incorporación a la moneda única no comienza hasta el 1 de enero de 1999, y en numerosas ocasiones el propio Aznar ha destacado que la convergencia económica alcanzada no es un punto de llegada, sino de partida.

Rato, el miembro del Gobierno al que más problemas de credibilidad han creado las objeciones formuladas por Barea, se esforzó en dispensarle una despedida dulce. Afirmó que la ley de disciplina presupuestaria tiene muchas aportaciones suyas, y le atribuyó buena parte del mérito de la sensibilización de las autoridades políticas para reducir el déficit público. Incluso le definió como una persona con "un gran talante de construcción positiva para España".

No obstante, Rato había prescindido del director de la Oficina Presupuestaria en la última reunión, el pasado 7 de mayo, de la Comisión de Políticas del Gasto, convocada para preparar los Presupuestos del Estado para 1999.

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Algunas fuerzas políticas y sociales de la oposición no dudaron en interpretar la destitución de Barea como una decisión tomada para desembarazarse de un alto cargo que le creaba problemas de credibilidad. El socialista Francisco Fernández Marugán destacó "la colisión" entre los informes de la Oficina Presupuestaria y los del Ministerio de Economía.

El candidato socialista, José Borrell, ironizó en Jerez de la Frontera acerca de que el relevo "es una buena forma de preparar el debate de septiembre e impedir que de aquí a entonces este ilustre profesor vuelva a poner negro sobre blanco las incoherencias de la política presupuestaria del señor Aznar", informa Javier Benítez. Borrell construyó parte de su intervención en el último debate del Estado de la nación sobre un informe de Barea que cuestionaba el cumplimiento real de los criterios de Maastricht.

El nuevo director de la Oficina es Baudilio Tomé, de 36 años, inspector de Hacienda, master en derecho y fiscalidad internacional por Harvard y director de Asuntos Económicos y Sociales en el Gabinete de la Presidencia.

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