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Barcelona Acció Solidària se enfada con la vicepresidenta

La relación armónica que mantenían el Gobierno y la ONG Barcelona Acció Solidària, a la que pertenecen los cooperantes secuestrados en el norte de Malí, se resquebrajó ayer un poco.

Josep Ramon Giménez, portavoz de la ONG, declaró que sus compañeros y las familias han "estado tres meses callados, respetando el pacto de discreción que pidió el Ministerio de Exteriores". No contaron, por ejemplo, que la ONG y las familias recibieron cartas y llamadas de los tres rehenes.

"Y ahora vemos que la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega da a conocer las pruebas de vida que han sido facilitadas" desde el desierto, se quejó Giménez. "No es justo", recalcó. "También se publicó en un medio de comunicación un vídeo y una fotografía" de los rehenes, añadió aludiendo a la portada de EL PAÍS.

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Las palabras del portavoz son equívocas. La información a la que tuvo acceso este periódico no le fue facilitada por la vicepresidenta, quien, el miércoles, en la euforia por la liberación de la rehén Alicia Gámez, hizo algunas revelaciones en público.

Al caer la noche las familias de los rehenes reiteraron, no obstante, su confianza en el Gobierno después de recibir una llamada de su interlocutor habitual en el Ejecutivo.

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