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Bárcenas rehúye el Senado mientras crece el malestar interno contra él

Pablo Ximénez de Sandoval

Tres senadores del PP justificaron ayer su ausencia en una de esas votaciones que la oposición no puede perder. Uno fue su líder en Extremadura, que asistía allí al debate sobre el estado de la región. Otro se encuentra en un estado de salud muy delicado y no se puede desplazar. El tercero era Luis Bárcenas, senador por Cantabria y todavía tesorero nacional del PP, con una investigación en marcha en el Tribunal Supremo que le relaciona con la trama Gürtel de corrupción masiva vinculada al partido. Alegó "motivos personales".

La votación del techo de gasto presupuestario es de esas en que se toca a rebato en los grupos parlamentarios. Tres de los máximos dirigentes del PP, Pío García-Escudero, María Dolores de Cospedal y Javier Arenas, volvieron apresuradamente de la reunión del Comité de Dirección del partido en Segovia para estar en la votación, que ganaron.

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Bárcenas no había faltado prácticamente a ninguna votación en el Senado hasta que su nombre salió en los periódicos. Desde entonces, a finales de febrero, ha faltado a un tercio. Además, rehúye toda exposición pública. También ha empezado a faltar a las reuniones de grupo y a reuniones de la dirección del PP en la Cámara alta.

La búsqueda de Bárcenas en el Senado se ha convertido en un circo. Ayer, un nutrido grupo de periodistas esperaba en el pasillo sólo por ver si aparecía. El departamento de prensa del PP en el Senado se encontró teniendo que explicar que Bárcenas se había excusado y no iba a aparecer. Después, al escaño vacío le hicieron una sesión de fotos. Hace semanas que senadores de todos los grupos bromean abiertamente con los informadores ("¿qué? ¿has visto a Bárcenas?").

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Hace semanas también que la resistencia del tesorero a dar un paso atrás en el caso Gürtel hace crecer el malestar entre los senadores del PP, que antes de este caso no lo conocían y ahora no le hablan. Literalmente, rehúyen el contacto con él. Los comentarios privados de los senadores transmiten una sensación de aislamiento del tesorero que es inaudita en el PP, un partido que ha defendido siempre como una piña a los suyos de todo tipo de acusaciones.

Bárcenas ya no es un desconocido. La sospecha a la que está sometido hace que, por ejemplo, una fuente parlamentaria contara, como quien se encuentra a un famoso, que lo había visto en la estación de Atocha el miércoles 27 de mayo cuando cogía un AVE a las 13.30 en dirección Barcelona. Esa mañana hubo votaciones en el Senado y, como ayer, Bárcenas no estuvo. Si no, no le hubiera dado tiempo a llegar a Atocha vestido de sport y con una bolsa de palos de golf. Le acompañaba Luis Fraga Egusquiaguirre, también senador, sobrino del fundador del PP y amigo del tesorero. Son detalles que poco a poco van haciendo perder la paciencia a sus compañeros de grupo parlamentario.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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