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Batalla campal en San Sebastián entre jóvenes radicales y la Ertzaintza

Dos detenidos en una protesta contra una marcha de la Falange

Mikel Ormazabal

Grupos organizados de la izquierda abertzale pusieron ayer patas arriba el centro de San Sebastián tras librar una batalla campal con agentes de la Ertzaintza como no se había vivido en años en la capital guipuzcoana. Los violentos volcaron numerosos contenedores, a los que prendieron fuego, intentaron quemar dos autobuses cruzados en la calle y atacaron entidades bancarias. La policía vasca, que en ocasiones tuvo que replegarse, detuvo a dos personas a un kilómetro del lugar de los hechos.

Las calles más céntricas de San Sebastián presentaban un aspecto casi bélico tras los enfrentamientos. Los contenedores ardían en varios puntos, sendos autobuses fueron cruzados en la Avenida de la Libertad y la Plaza Guipúzcoa, varios bancos sufrieron daños, lunas de coches destrozadas, semáforos arrancados... La refriega, en la que participaron varios cientos de personas, había sido cuidadosamente organizada y dirigida por grupos de la izquierda abertzale.

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Los incidentes comenzaron a las 16.15, al acabar un concierto "antifascista" promovido por ANV, el sindicato LAB y las ilegalizadas Batasuna y Segi y al que se sumaron la CNT y grupos juveniles comunitas. Su intención era impedir una manifestación convocada por la Falange a las 17.00 en el mismo lugar y que había sido autorizada por el Tribunal Superior de Justicia vasco. Los asistentes al concierto (casi un millar de personas), al ver acercarse a las dotaciones policiales, empezaron a proferir vivas a ETA y gritos a favor de la independencia y en contra de la Ertzaintza y del encarcelamiento de la cúpula de Batasuna. Acto seguido lanzaron bengalas y petardos dentro de botellas contra los agentes, que habían acordonado la zona para evitar incidentes.

Una carga policial logró dispersar a los concentrados, pero los radicales lograron reorganizarse y emprendieron de inmediato la batalla desde otros puntos de la ciudad. Lanzaron sus acometidas desde varios flancos y de forma simultánea. Actuaban de forma coordinada: primero volcaban los contenedores en el centro de las calles y mientras un grupo los empujaba hacia los agentes como barricada, otros encapuchados lanzaban una lluvia de botellas con petardos y piedras. Pese a realizar cargas con pelotas de goma, los agentes tuvieron que replegarse en varias ocasiones ante la intensidad de los ataques. Los accesos al centro de la ciudad quedaron cerrados durante las casi tres horas que duraron los incidentes. Un testigo aseguró que entre los radicales había "menores de no más de 12 o 13 años". Algunos saboteadores aprovecharon para sacarse fotos junto a las llamas.

Mientras se producían los hechos, la Ertzaintza mantuvo retenidos fuera de San Sebastián a los cerca de 500 ultraderechistas, entre ellos Ricardo Sáenz de Ynestrillas, que habían acudido al acto. Finalmente, desistieron de realizar la marcha en la ciudad y se concentraron entre gritos y cánticos en un centro comercial en la periferia de la capital guipuzcoana.

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[Cinco bancos y el juzgado de la localidad vizcaína de Durango fueron atacados de madrugadsa con cócteles molotov que causaron escasos daños].

Simpatizantes de la izquierda abertzale colocan contenedores de basura a modo de barricadas en sus enfrentamientos con la policía vasca.
Simpatizantes de la izquierda abertzale colocan contenedores de basura a modo de barricadas en sus enfrentamientos con la policía vasca.JESÚS URIARTE

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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