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Entrevista:PATXI LÓPEZ | 'Lehendakari'

"Batasuna se mueve porque sabe que solo tiene un camino"

Patxi López se muestra cauto sobre los movimientos en el mundo de Batasuna porque la política de su Gobierno ha de estar "basada en la realidad no en esperanzas" y se alegra de la unidad del PSOE, PP y PNV para acercar el final de ETA.

Pregunta. ¿Qué sabe sobre ETA a fecha de hoy?

Respuesta. Lo que sé es que no quiero entrar en especulaciones y hacer política sobre elucubraciones. Ahora parece que todos estamos esperando que ETA saque un comunicado o que diga no sé qué, pero, ¿es el que anunciará definitivamente su desaparición o es otro más para intentar enredarnos? Lo que está claro es que si no nos han impuesto nunca sus posiciones, tampoco nos van a contagiar sus prisas. Tenemos muy claro cómo hemos llegado a esta situación, gracias a una firmeza democrática de tolerancia cero, de exigencia democrática a ese mundo, y de estar al lado de las víctimas. Eso nos ha traído al momento en el que todos decimos que ETA está más débil que nunca, en el que el mundo de Batasuna se mueve porque ya le hemos hecho entender que solo hay un camino para hacer política: romper definitivamente amarras con la violencia y que trabaje para que ETA lo deje.

"Este Gobierno ha liderado la política que nos ha traído hasta aquí"
"Me alegro de que exista unidad entre PSOE, PP y PNV ante los 'abertzales"
"Es difícil que ETA diga un día que lo suyo ha sido un fracaso"
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"En demasiadas ocasiones han burlado a la propia democracia"
"No me he sentido ninguneado por Zapatero en su pacto con el PNV"
"La gente quiere que su Gobierno traiga soluciones, no problemas"
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P. ¿Cree que lo van a hacer?

R. Ojalá lo hagan, pero hemos tenido demasiados espíritus de Anoeta o declaraciones de no sé dónde, y siempre han acabado en frustración. Que nos lo demuestren con hechos.

P. ¿Qué ha sucedido en estos últimos 15 días? Hemos pasado de la euforia tras las declaraciones de Otegi a prever que ya no hay tiempo para que la izquierda abertzale concurra a las elecciones de 2011.

R. Hemos bajado el soufflé de una burbuja porque se había hinchado artificialmente...

P. ¿Acaso porque hay nuevos datos menos optimistas?

R. Hemos vivido casi un mes entero en una especie de burbuja sobre el mundo de Batasuna, lo que podrían hacer o no y lo que esperamos o no esperamos de ETA. Es un asunto lo suficientemente delicado como para que no exista burbuja sino para que vayamos dando pasos según los hechos. Hay gente que se ha situado ya en la fase post-ETA, buscando cómo situarse políticamente o cómo obtener réditos electorales. El Gobierno tiene la obligación de no jugar en ese terreno. Hay que volver a tratar este asunto con prudencia, con la unidad de los grandes partidos.

P. En la contención de la euforia, ¿ha influido la exigencia del PP o, simplemente, Rubalcaba ha puesto orden?

R. En todas mis declaraciones, no hay ni una sola euforia. Yo machaco sobre los hechos. Es una evidencia que algo se está moviendo en ese mundo pero no lo suficiente.

P. Pero ¿se imagina ese fin de ETA entregando las armas?

R. Es difícil imaginarse una banda terrorista, después de 40 años, diciendo que han sido un fracaso absoluto. Ojalá ese mundo del abertzalismo radical obligue a ETA a desaparecer, no sé si reconociendo el fracaso o no.

P. ¿Por qué Jesús Eguiguren cree tanto que esta vez la izquierda radical va en serio?

R. Bueno, Jesús lo que mantiene es esa esperanza de acabar con la violencia cuanto antes y piensa que esta vez la apuesta del mundo de la izquierda abertzale va en serio y lo verbaliza...

P. ¿Y le compromete a usted?

R. No, porque él puede tener esperanza como otra gente, pero yo no puedo basar mi política, y la política de un Gobierno, en una esperanza sino en la realidad.

P. PNV y PSOE coinciden en el camino de la pacificación. ¿Es por su frustración anterior?

R. Seguro que tiene mucho que ver. El último proceso de paz también ha servido para traernos hasta aquí. Esa frustración ha cerrado muchas filas en los partidos democráticos. A partir de ahí iniciamos una política quizás de más firmeza, de menor tolerancia con ese mundo. Me alegro de que exista esa unidad entre PNV, PP y PSOE, mientras otros están en declaraciones de Gernika intentado echar una mano a un mundo que no necesita que se les eche ninguna mano.

P. Si dependiera de usted, ¿pondría en libertad a Otegi?

R. No depende de mí y cuando alguien tiene que rendir cuentas ante la justicia, es la justicia la que decide.

P. Conoce a quienes en la izquierda abertzale lideran su nuevo rumbo. ¿Lo hacen por convencimiento democrático, por una oportunidad electoral?

R. Yo creo que porque les hemos hecho ver que si de verdad quieren hacer política, y parece que quieren, solo tienen un camino: el de la democracia y la legalidad, que es el camino de romper amarras con la violencia. En la propia entrevista de Otegi aparecía que habían hecho una reflexión a raíz, precisamente, del frustrado proceso de paz y en el que vienen a reconocer que se equivocaron gravemente y que se dejaron una vez más los hilos de la marioneta para que otros los manejaran. Ojalá hayan llegado a esa reflexión de que es hora de cortar los hilos.

P. Si Batasuna no condena un asesinato de ETA, simplemente se opone, ¿eso es suficiente?

R. La suficiencia o no está marcada en la ley. Ese mundo tiene que demostrarnos a todos los demás que no vuelven a buscar un subterfugio para presentarse a unas elecciones, para estar en las instituciones y seguir siendo tapadera de una banda terrorista. Y, también, reconozco que no lo tienen fácil porque en demasiadas ocasiones han burlado a la propia democracia. En esta ocasión, las exigencias son mucho mayores.

P. Batasuna tiene prisa, pero ETA parece que no tiene tanta prisa. ¿Quién decidirá?

R. Tras la entrevista de Otegi en EL PAÍS dije que era interesante lo que respondía y lo que dejaba de responder, porque en lo que respondía sí que se podían apreciar algunas novedades; y en lo que no respondía, que era casi todo lo que hacía referencia a ETA, lo que se dejaba entrever era que ETA, efectivamente, no se movía, y que ETA seguía queriendo tutelar de alguna manera cualquier paso que ese mundo diera hacia la política. Siempre soy optimista pero sobre todo soy realista, en el sentido de que no se puede poner fecha al fin de ETA.

P. Cuando le reclaman liderar este proceso de paz, en realidad ¿hasta dónde se quiere ir?

R. Me gustaría que me lo dijeran. Liderar ¿qué es? ¿Abanderar elucubraciones o posibilidades, o es tener los pies en el suelo? ¿Quién ha liderado la política que nos ha traído hasta aquí? ¿Quién desde el primer día puso como objetivo prioritario la lucha contra el terrorismo? ¿Quién ha buscado la cercanía con las víctimas? Este Gobierno. Cuando otros dicen que hay que liderar el camino de la pacificación para tender manos al mundo del abertzalismo radical me parece que eso no es liderar el camino hacia la paz sino algunas posiciones que, posiblemente, buscan otro tipo de cosas.

P. ¿Ha digerido ya los momentos de gloria del PNV tras el pacto con Zapatero?

R. Sí. Era evidente que con ese pacto el PNV adquiere un protagonismo, pero basándose en lo que nosotros habíamos puesto en escena, porque el PNV llevaba negociando Presupuestos con el Gobierno de España años, y nunca había puesto encima de la mesa las transferencias hasta que llegó éste. Es mejor noticia la de haber conseguido este acuerdo que el veto que pusieron el año pasado. No ha sido una digestión pesada ni mucho menos.

P. ¿Se ha sentido ninguneado? ¿Le puede suponer una pérdida de credibilidad?

R. No, porque en esta negociación el Gobierno vasco y el PSE también han estado muy presentes con información permanente y haciendo propuestas. Era muy importante que hubiera Presupuestos en España porque si se cae la confianza en España nosotros vamos detrás. Euskadi no es una isla. Era bueno el desarrollo estatutario y que el PNV se implicara.

P. ¿Ha llegado a pensar que a Zapatero le pudiera interesar más un acuerdo PNV-PSOE que el actual con el PP?

R. No, porque Zapatero fue uno de los primeros que validó el acuerdo, el entendimiento del PSE y el PP vasco. Fue desde el minuto uno favorable a esta fórmula, que hoy está dando sentido al Gobierno y a este cambio tranquilo en Euskadi.

P. ¿Ramón Jáuregui como ministro engrasará más esta relación con el PNV? Por cierto ¿usted no le quiso en su Gobierno?

R. La llegada de Ramón Jáuregui engrasará muchas cosas. Además de conocimiento y peso político evidente, tiene una capacidad de diálogo reconocida por todo el mundo. Aquí participó en Gobiernos de coalición pero también ha tenido capacidad de diálogo con sindicatos, con muchas fuerzas políticas y sociales. También sabe llevar muy bien las relaciones del Gobierno con los grupos parlamentarios en el Congreso y en el Senado, además tiene un conocimiento extraordinario de la realidad vasca que nos pueden venir muy bien a todos.

P. ¿Y la segunda parte de la pregunta?

R. No, no me lo planteé, pero no porque no fuera válido, al revés, sino porque estaba en otra etapa, en un puesto que a mí me parecía muy interesante.

P. ¿Por qué Urkullu habla tanto con Zapatero y usted tan poco con Urkullu?

R. No lo sé, todo es mejorable, y esperamos mejorarlo.

P. ¿Cree que es un intento del PNV por no reconocer a un lehendakari socialista?

R. El PNV ha tenido desde un inicio el objetivo de desgastar a este Gobierno y utilizará todas las herramientas a su alcance para hacerlo. Lo que pasa es que a veces él cree que nos desgasta haciendo algunas cosas y lo único que hace es ponernos en valor. No me preocupan las relaciones del PNV con el PSOE porque son buenas para todos.

P. Ibarretxe, como lehendakari, siempre ha sido el político vasco más valorado. Usted, no. ¿Por qué?

R. Primero, nazco de una situación distinta, de una parte distinta de la sociedad vasca pero ejerciendo de lehendakari de todos, y esa valoración va creciendo. No me preocupa en este momento la valoración, me preocupa la política que hacemos y esa está muy bien valorada.

P. ¿Tienen razón quienes dicen que su Gobierno no responde a la mayoría sociopolítica de Euskadi?

R. No, no lo creo. La mayoría de este país lo que quiere es una política que no sea foco de conflictos permanente, sino que sirva para resolver sus problemas y para abrirles oportunidades.

Patxi López, durante la entrevista, el pasado jueves en Vitoria.
Patxi López, durante la entrevista, el pasado jueves en Vitoria.PRADIP J. PHANSE

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