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El debate de los impuestos

Blanco apuesta ahora por promover la euroviñeta para conservar las autovías

Convocará en otoño a las autonomías para unificar criterios de las grandes obras

Javier Casqueiro

El ministro de Fomento, José Blanco, convocará este otoño a los responsables de infraestructuras de todas las comunidades autónomas para "unificar criterios" sobre el futuro de las grandes obras en España. Y para estudiar las fórmulas a poner en marcha para sostener su caro mantenimiento. El ministerio se gasta al año 2.040 millones de euros en tener al día los 14.000 kilómetros de autovías y autopistas, los 11.000 de la red convencional de carreteras; y los 13.300 kilómetros de red ferroviaria (2.800 de AVE). Todas las opciones están abiertas en estos momentos menos la subida directa de impuestos a todos los contribuyentes. Pero el ministro apuesta por aplicar ya la euroviñeta, el canon que se aplica en muchos países europeos a los camiones por circular por autovías ahora de no peaje.

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España es el país de Europa con más kilómetros de autovías y autopistas, el que ofrece más red de estas vías rápidas por habitante y automóvil y el primero de Europa y segundo del mundo en líneas de tren de alta velocidad (2.800 kilómetros de AVE).

Blanco, que lleva tiempo alertando de que se acabó esa fiesta para el futuro, quiere abrir el debate, en la sociedad pero también en el mundo político, es decir, en una subcomisión especializada en el Congreso de los Diputados sobre cómo pagar y conservar esta red impresionante de infraestructuras con la que España se ha dotado en muy poco tiempo. Una reflexión sobre el sentido de la red nueva y más rentable, pero también de la vieja, y menos usada, la más cara. Y en ese debate está dispuesto a estudiarlo todo.

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El Gobierno sabe que ahora es impopular e improcedente sostener la tesis de que para seguir con ese ritmo de grandes obras no hay más remedio que subir los impuestos a todos los contribuyentes. Es más, esa vía queda por el momento descartada. Ayer lo dijo con énfasis la vicepresidenta segunda, Elena Salgado. Y lo suscribe también el vicepresidente primero y nuevo candidato a la Presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba.

Rubalcaba se ha enclaustrado estos días en su despacho para preparar uno de los discursos más trascendentales de su carrera política. El sábado será proclamado públicamente en un gran acto en el Palacio Municipal de Congresos de Madrid, ante más de un millar de invitados, candidato del PSOE. Y en su discurso quiere introducir algunos matices o giros hacia los sectores más desfavorecidos por la crisis en estos últimos años. Se ha interpretado que podría dar señales de que el PSOE retoma ciertos discursos de izquierdas o más de izquierdas que los defendidos en los últimos tiempos. Pero no será a costa de sostener que hay que subir los impuestos. No meterá esa idea. No ahora, por lo menos.

Lo que Rubalcaba y Blanco y otros miembros del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero sí tienen ahora claro es que España no podrá seguir aumentando su nivel de grandes infraestructuras al ritmo de estos años. De los 3.474 kilómetros de alta velocidad en construcción en 2008 en Europa, el 64% se estaban haciendo en España (2.219).

El propio Blanco abrió esa espita en el foro de El Correo de Andalucía el martes. El ministro entiende ahora que el PSOE debe encaminarse a que los mantenimientos de las actuales infraestructuras corran en el futuro más a cargo de sus usuarios que de todos los contribuyentes, como experimentan ya en otros países de nuestro entorno, como Francia, Alemania o Estados Unidos. Europa, además, nos impondrá alguna de esas soluciones. El próximo 1 de enero entrará en vigor en Francia la llamada euroviñeta.

El Gobierno y el PSOE no han sido durante mucho tiempo entusiastas de esa medida, que grava con una tasa a los camiones que circulan por nuestras autovías de no peaje y que está ya en marcha en Alemania, Austria (donde se inauguró), la Repúbica Checa o Suiza. Esas tasas son más duras para los camiones más pesados y contaminantes. Es una alternativa con fines económicos y ecológicos. Blanco, en cualquier caso, defiende ahora que debería ser la primera opción a aplicar porque no tendría sentido que España fuese ahí una excepción en Europa.

El problema es que no tiene consenso político. Al portavoz en estos temas del PSOE, Rafael Simancas, le pareció en un debate reciente una "fórmula interesante", que suscribió también el representante de CiU. Pero para el PP, según su diputado Andrés Ayala, es "muy inoportuna" por la crisis y porque perjudicaría al sector del transporte. Ese es también uno de los objetivos de Blanco al abrir ahora este debate. Que el PP se retrate. Que se vea que lo promueven todo, la austeridad, los recortes, la no subida de impuestos y la profusión de obras, autovías y AVE en todas las capitales.

De las otras opciones factibles, el PSOE ya intentó introducir en su programa electoral de 2008 el conocido como ecocéntimo. Ese plan de unos cuantos de sus dirigentes más comprometidos con los movimientos ecologistas fracasó. Fueron desautorizados entonces. La idea era crear "el céntimo del clima sobre carburantes para financiar actuaciones de lucha contra el cambio climático y la adquisición de créditos de carbono". Un céntimo a pagar por cada litro de gasolina. Un litro de gasolina emite 2,4 kilos de CO2 , así que los ciudadanos pagarían unos 4 euros por cada tonelada de CO2 y se podrían ingresar unos 300 millones. También se podrían llegar a aplicar peajes en autovías.

El ministro lleva un año insistiendo en un mensaje: sostenibilidad, eficiencia, racionalidad. Hay que hacer obras pero de manera más selectiva. Viaja por España a diario y no regala los oídos. Cuenta que habrá retrasos y recortes de puentes, túneles y viaductos. El presupuesto para infraestructuras del ministerio este año era de 13.600 millones de euros (5.200 para AVE). El recorte social que el Gobierno de Zapatero aplicó en mayo del año pasado fue de 15.000 millones.

Alfredo Pérez Rubalcaba (centro), ayer en la Universidad Menéndez Pelayo de Santander.
Alfredo Pérez Rubalcaba (centro), ayer en la Universidad Menéndez Pelayo de Santander.ESTEBAN COBO (EFE)

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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