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CANARIAS

El atentado contra el "Cruz del Mar" continúa sin esclarecerse oficialmente un año después

Un año después del ataque al pesquero canario Cruz del Mar en aguas del Sahara, donde perdieron la vida siete tripulantes -uno de ellos de quince años-, no se ha dado hasta hoy, fecha del primer aniversario, una explicación oficial del atentado, a pesar de que se nombró una comisión para investigar la acción. Desde entonces, el pueblo lanzaroteño, y el canario en general, lleva pidiendo una nota del Gobierno en donde se exijan responsabilidades y se clarifique el criminal atentado.

El Cruz del Mar se encontraba faenando en el banco pesquero sahariano, muy cerca de cabo Cabino, cuando fue abordado por una lancha neumática con varios individuos armados con metralletas. Después de estar conversando tranquilamente con los tripulantes durante un tiempo prudencial, comenzaron a disparar ráfagas contra los indefensos trabajadores sin mediar discusión ni violencia alguna.Uno de los tres supervivientes del atentado, Eusebio Rodríguez García, recuerda así aquel dramático momento: «Acabábamos de cenar, el barco estaba fondeado y serían aproximadamente las ocho de la noche. Yo me encontraba en la parte de popa, cuando sentí ruidos y varios hombres subieron al barco, estaban armados y recriminaban a nuestros compañeros. Les pedían el permiso para pescar en aquellas aguas. Vi cómo les encañonaban y les obligaban a desprenderse de sus relojes. Uno de ellos le preguntó a Sebastián, el chico de catorce años, por su edad. Cuando éste se la dijo, meneó la cabeza varias veces y afirmó algo así come, que era una lástima. Aquello no me gustó nada y pensé que algo malo iba a ocurrir. »

En efecto, segundos después, los pusieron a todos por la borda y a sangre fría comenzaron a disparar contra los tripulantes. «Yo me tiré al agua», añade el superviviente, «como si hubiera sido alcanzado por algún tiro, y nadé alrededor del barco hasta que cesaron de disparar. Luego encontré a mi hermano y a Manuel Hernández, que también habían logrado saltar del pesquero en los primeros momentos de la confusión; después observamos cómo el pesquero explosionaba a consecuencia de alguna bomba que había sido conectada al mismo. Una lancha neumática se puso a flote y pudimos alcanzarla; más tarde logramos rescatar el cuerpo del patrón, que había resultado muerto, hasta que fuimos recogidos por la tripulación de otro pesquero.»

Las primera acusaciones se dirigieron entonces -pronunciadas, incluso, por altos mandos militares- contra el Frente Polisario, que anteriormente había protagonizado acciones contra los pesqueros que faenaban en lo que ellos consideran aguas territoriales de la RASD, con el fin de hacer valer su soberanía en la zona que Marruecos y Mauritania ocupaban entonces, a raíz del acuerdo tripartito de Madrid.

Mentis del Polisario

No obstante, el movimiento guerrillero saharaui, que siempre reivindicó sus operaciones militares, como los secuestros de tripulantes del Saa y Las Palomas, negó rotundamente desde su sede de Argel su participación en este ataque. Recordaba el Frente Polisario que nunca atentó contra la vida de personas indefensas y destacó los testimonios de la prensa internacional sobre el buen trato que en sus campamentos recibían los prisioneros enemigos capturados en acciones de guerra.Posteriormente, cuando se analizaron las características del ataque, la zona en donde se llevó a cabo y, sobre todo, la rentabilidad política del mismo, un amplio sector de la opinión pública canaria dirigió sus sospechas hacia Marruecos; el Cruz del Mar había sido abordado en aguas controladas por la Armada real marroquí -al parecer realizaban maniobras en ellas durante aquellos días-, y muy lejos del escenario donde el Frente Polisario protagonizó sus acciones anteriores. Por otro lado, observadores políticos explicaron que el atentado se producía cuando existían síntomas de un acercamiento entre el partido gubernamental español, la UCD, y representantes del pueblo de la antigua colonia.

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Días después del atentado se produjeron manifestaciones en Las Palmas y Lanzarote contra el atentado. Al mismo tiempo, los pescadores, con el apoyo de todas las centrales sindicales y partidos políticos, exigieron al Gobierno una investigación a fondo de estos hechos para descubrir a los verdaderos culpables.

El senador y actual consejero de pesca de la Junta de Canarias, Rafael Stinga, manifestó que «en mi condición de lanzaroteño he insistido repetidamente para saber el resultado de la Investigación, pero la versión oficial del Gobierno es que aún no ha terminado. A nivel personal, pienso que en determinadas circunstancias, que no sé si se darán en este caso, puede no ser conveniente decir lo que en su día se averigüe; porque si se publicara Una acusacíón concreta, podrían crearse conflictos que entorpecerían las relaciones con algunos de nuestros vecinos, de lo que saldrían perjudicados los pescadores».

En relación a si creía que estas razones podrían justificar el silencio del Gobierno cuando ya se conocieran a los autores de la matanza, añadió: «Depende de las circunstancias; si las relaciones se encuentran en un punto en que no tenemos nada que perder, no deberíamos andamos con contemplaciones. Si ello puede crearnos dificultades, habría que sopesar mucho la oportunidad de revelar lo que se averigüe». Rafael Stinga agregó por último que «algún día habrá que pedir al Gobierno que explique a nivel parlamentario el resultado de estas investigaciones».

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