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Puig de la Bellacasa se incorpora a la Casa Real

José Joaquín Puig de la Bellacasa tomará posesión mañana de su cargo de secretario de la Casa Real, al que llega desde una inmejorable posición para observar lo que una monarquía significa para un país, tras haber sido embajador en el Reino Unido. Puig de la Bellacasa comparte con el príncipe Carlos, heredero de la corona británica, la creencia de que la monarquía ha de llenar los vacíos que dejan los políticos.

Pocas veces un embajador ha dejado tras de sí tal retahíla de elogios al abandonar un puesto. Si La Zarzuela necesita un relaciones públicas no lo ha encontrado mejor. En la recepción de despedida que ofreció, la cola de personalidades de la vida política, cultural y empresarial británicas llegaba hasta la calle.La impresión en esos medios es que Puig de la Bellacasa ha sido un gran embajador. El historiador John Elliot, autor de la biografía del Conde-Duque de Olivares, le ha escrito una carta de despedida en la que le halaga diciéndole que no ha habido mejor embajador de España desde los tiempos del Conde de Gondomar, quien sirviera también a Felipe IV en la Santa Sede, lo mismo que Puig de la Bellacasa a don Juan Carlos.

Sólo una ocasión pública recogen los anales en la que el embajador perdió su finura diplomática. A Puig de la Bellacasa le duele no llevarse consigo Gibraltar y no soporta que nadie ose Insinuar que durante sus siete años de embajador no se ha hecho todo lo posible por recuperar la colonia. "Posiblemente mi sucesor [Felipe de la Morena] tenga la suerte de llevarse Gibraltar en el bolsillo", dijo al interpelante una vez recuperada su suavidad habitual. Ahora, pasados unos días, dice: "El problema de Gibraltar está en vías de solución y deseo ardientemente que mi sucesor lo recupere".

Este bilbaíno de 58 años y padre de seis hijos, dos de los cuales estudian en Londres, ha dedicado su estancia en la capital británica a buscar vías de acercamiento entre el Reino Unido y España. Las relaciones entre ambas monarquías están hoy en las antípodas de hace 400 años y Puig de la Bellacasa ha sido testigo y sujeto agente de ese acercamiento oficial. Con él en Londres, los soberanos españoles realizaron la primera vi sita de Estado de don Juan Carlos y doña Sofía al Reino Unido, devuelta con otra de idéntico significado por parte de Isabel II y el príncipe Felipe, en 1988.

Primeras declaraciones

El nuevo secretario general de la Casa del Rey, en sus primeras. declaraciones sobre su nuevo cargo, cree que la monarquía "ha de estar atenta a los cambios" que se producen en la sociedad y levantar temas de interés para la sociedad" que muchas veces los políticos, por su propia actividad, no son capaces de abordar. El príncipe Carlos, en este sentido, le parece al embajador un buen ejemplo con su interés por el medio ambiente, los jóvenes y el urbanismo.

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Puig de la Bellacasa dice irse con tristeza de Londres "porque siempre duele dejar una ciudad en la que se ha luchado tanto por el entendimiento entre los dos países" y recita una lista de proyectos ya encarrilados: los nuevos Institutos de España, el levantamiento en 1992 de una estatua a Colón en los jardines anexos al South Bank Center y el festival de arte español en Inglaterra en 1993.

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