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ELECCIONES AUTONÓMICASCASTILLA-LEÓN

Temor a un nuevo bloqueo

El PSOE logró imponerse en las elecciones autonómicas de Castilla y León, unas de las que se, le presentaban más comprometidas, pero no obtuvo la mayoría absoluta. Consiguió la mitad de los 84 escaños del Parlamento regional, pero necesitará de algún voto más para gobernar con tranquilidad. Sobre la composición provisional de las Cortes castellano-leonesas (42 procuradores socialistas, 39 de la coalición AP-PDP-UL, dos del CDS y uno del PDL) revolotea ya el llamado fantasma de Monzón. Con esta expresión se alude al hecho de que tras los comicios generales del 28 de octubre no se pudo proceder a la elección del presidente provisional del Consejo General, ya que, en las sucesivas reuniones celebradas en Monzón de Campos (Palencia), se produjeron constantes empates entre el PSOE y el grupo que formaban la coalición conservadora y UCD.Los dos miembros del CDS, que podían haber desequilibrado la balanza, se abstuvieron. Ahora podría ocurrir lo mismo, y los hombres de Suárez, gracias a los dos procuradores en Ávila, vuelven a tener las llaves. Pero no sólo ellos, sino también el PDL, un partido de escasísima implantación en la región y que no concurrió en todas las provincias, pero que logró un parlamentario en Burgos.

Portavoces vallisoletanos del CDS no se pronunciaron en la madrugada del lunes sobre la posible política de pactos. Suárez ha dejado entrever en varias declaraciones que su partido está más próximo al PSOE que a la coalición conservadora y que los acuerdos serían con la izquierda, pero algo parecido ocurrió antes de las reuniones de Monzón y entonces el CDS exigió, según los socialistas, unas contrapartidas muy fuertes, negadas por Suárez, que el PSOE no aceptó.

En caso de que CD S y PEiL votasen con AP-PDP-UL se produciría un empate a 42 que convertiría al Consejo General de Castilla y León en un órgano muy dificil de gobernar. Los socialistas confían en que el CDS no repita su actuación anterior o que, al menos, opte por la abstención, lo que le permitiría obtener para su candidato, el zamorano Demetrio Madrid, la presidencia sólo con sus 42 votos. Pero temen también que se produzca el bloqueo, lo que traería consecuencias gravísimas dada la escasa vocación autonomista de la región y la pérdida de prestigio de las instituciones autonómicas como consecuencia de la etapa anterior y de los sucesos de Monzón de Campos.

Pese a su victoria, el PSOE cosechó un relativo fracaso en las autonómicas respecto a las generales. El 28 de octubre logró 40 parlamentarios (18 diputados y 22 senadores) frente a 26 de AP-PDP-UL (13 y 13), tres de UCD (todos ellos diputados) y uno del CDS (Rodríguez Sahagún, por Ávila). La diferencia ahora es mucho menor entre socialistas y bloque popular (sólo tres escaños), y de ahí que horas después de conocerse los resultados quepan todas las especulaciones posibles. Al menos en Castilla y León, CDS y PDL han conseguido convertirse, a pesar de su escasa incidencia electoral, en partidos bisagra y tratarán de poner condiciones a la elección del socialista Demetrio Madrid como primer presidente de la comunidad autónoma castellano-leonesa.

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