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ETA militar reivindica el atentado a la central de Lemóniz

Alrededor de cinco mil personas asistieron ayer en el Pabellón Municipal de Deportes de Bilbao al funeral que habían convocado a las once de la mañana las centrales sindicales UGT y CCOO por los dos trabajadores de Lemóniz muertos el viernes en un atentado reivindicado ayer por la rama militar de ETA.

Esta organización adjudica la responsabilidad de dichas fuentes a Iberduero y al aparato de seguridad de la central nuclear, que según ETA, pese a los avisos recibidos permitieron que decenas de trabajadores quedasen expuestos a la muerte. ETA declara que fueron tres las llamadas telefónicas que se produjeron a Radio Popular de Bilbao y a la central para comunicar la colocación de la bomba, con intervalos que oscilaron entre los treinta y los quince minutos antes de la explosión. Incluso en una ocasión afirma que llegó a especificar el lugar aproximado en que aquélla se iba a producir.La empresa Iberduero ha desmentido por su parte este extremo del comunicado, precisando que en Lemóniz tan sólo se recibió un aviso telefónico de una voz que decía ser de ETA, unos dos minutos antes de que explosionase el artefacto, lo que hizo materialmente imposible la evacuación del personal. «Desde luego -añadió un portavoz de la empresa- no es cierto que se dijera el lugar, porque en ese caso se hubiera tratado de desactivar el artefacto. »

Se señala más adelante que las movilizaciones y denuncias producidas estos cuatro años contra la central nuclear de Lemóníz han recibido únicamente la respuesta del señor Areitio, presidente de Iberduero, de que continuarán las obras pase lo que pase. «Si esta es todo lo que se le ocurre a Iberduero y al Estado español, río extraña que ante una llamada de ETA anunciando la bomba, Iberduero y sus ,guardaespaldas oficiales prefieran que estalle, matando a quien sea antes de detener sus obras. »

Esta versión, en la que insiste ETA, se contradice con algunos datos facilitados por los propios trabajadores de la central, a quienes la orden de evacuar les coincidió con el ruido de la explosión. Por otra parte, se añade en estas fuentes que efectivamente apenastranscurrieron unos instantes entre la llamada y el bombazo.

La organización armada considera que el no haber desalojado la central obedece al propósito de cargar sobre ETA la responsabilidad de lo ocurrido, dividir a las fuerzas revolucionarias, desmovilizar al pueblo y restar importancia a una acción que técnicamente ha logrado paralizar y destuir un componente significativo de la central.

ETA lamenta que la lucha armada, utilizada para combatir a los enemigos de la clase obrera, haya sido el medio accidental que ha originado estas muertes.

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Los trabajadores de Lemóniz condenaron ayer, por su parte, en el transcurso de una asamblea celebrada en Sestao, cualquier acción que ponga en peligro su integridad física, dado que los obrero; cogidos entre dos fuegos, no pueden ser los paganos de unas decisiones ajenas. Ante la confusión existente en torno al suceso, exigen una clarificación del mismo y piden en último término responsabilidades a Iber-. duero y a la Administración por construir irregularmente una central nuclear contestada por el pueblo.

Una hora después de que diera comienzo esta asamblea se celebraba en Bilbao el funeral convocado por la UGT y CCOO. junto a cuyos líderes asistieron dos parlamentarios de UCD de Vizcaya y el presidente de la Diputación. El oficiante insistió en el supremo valor de la vida humana: «Que caigan las estructuras -dijo-, y no las vidas humanas.»

En otro orden de cosas, en la central nuclear fue ay eir día de luto por acuerdo de Iberduero y las empresas de contrata. Tanto la empresa eléctrica como Ibemo, a la que pertenecían los dos fallecidos, han ofrecido a sus respectivas familias unas ayudas de cuatro millones, que abonarán a partes iguales. Técnicos de la empresa reanudarán hoy los trabajos para determinar las pérdidas causadas por el atentado del viernes.

Es difícil, por otra parte, predecir el retrasó que la explosión pueda provocar en las obras del primer reactor, pero se especula con la posibilidad de que pueda haber afectado incluso a la cimentación de la vasija nuclear. En este caso las pérdidas serían muy elevadas y las obras se retrasarían forzosamente en varios meses.

La hipótesis que parece mantener la policía acerca de los autores del atentado incluye la posible implicación directa de algún técnico de la propia central.

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