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La Cámara de Comercio pide que se aplace la ampliación de la velocidad variable a más vías

Propone un año de prórroga para aplicar la medida, pero la Generalitat mantiene su calendario

La Cámara de Comercio de Barcelona reclamó hoy a la Generalitat que la velocidad variable no se aplique a otras vías rápidas de acceso a la capital catalana hasta dentro de un año, y que se considere su actual aplicación en la C-31 y la C-32 una prueba piloto. A través de un estudio de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), la Cámara considera también que la velocidad máxima se podría ampliar a 90 kilómetros por hora y la mínima señalizarla a 50, porque a menor velocidad ya se considera retención.

De hecho, cuando los coches estuvieran parados, recomienda que los paneles luminosos se apaguen para que cuando los vehículos ya hayan sobrepsado el cuello de botella salgan lo más rápido posible de la retención. El vicepresidente primero de la Cámara, Josep Manuel Basáñez, se felicitó de que el Servicio Catalán de Tráfico (SCT) tome medidas para gestionar las colas en los accesos y salidas de Barcelona, además de buscar el ahorro energético, la mejora de la seguridad vial y la reducción de la contaminación. No obstante, quiere profundizar en el estudio de las consecuencias de la gestión dinámica de la velocidad antes de aplicarla a otras vías previstas como la AP-2 y la AP-7 -a finales de año-, la B-23 o la B-30.

Velocidad sin demostrar

El estudio, presentado hoy, advierte de que la Generalitat no ha estudiado a fondo ni ha demostrado que la velocidad variable haya reducido las retenciones o la contaminación. Además, aporta datos de otros estudios que sitúan la velocidad media más eficiente energéticamente entre los 70 y los 90 kilómetros por hora. También recomienda que se introduzcan variables meteorológicas en la gestión del tráfico, que se estudien los niveles de ruido y que se informe mejor a los conductores de las causas de la reducción del límite de velocidad. Asimismo, insta a gestionar también la velocidad en los ramales de acceso y salida del tronco central de las vías rápidas. Según Alfredo García, del Grupo de Investigación en Ingeniería de Carreteras de la UPV, Barcelona se ha convertido en la ciudad del mundo que ha aplicado el sistema en un área mayor.

Para la Cámara es importante que el sistema sea "creíble" para los conductores y que se les convenza de que es la mejor manera de reducir las colas y la contaminación. Por ello, insta a tomar medidas concretas como el estrechamiento de los carriles para que los conductores "no tengan la sensación de que circulan a velocidad lenta por una vía rápida". Esto también facilitaría que se pudiesen crear más carriles en la misma vía. Basáñez explicó que la Cámara ha hablado de la cuestión con Trànsit, pero todavía no ha recibido respuesta oficial.

Interior seguirá con sus planes

El director del SCT, Josep Pérez Moya, explicó a Europa Press que la licitación para implantar el sistema entre Molins de Rei y Martorell en el Baix Llobregat ya está en marcha y por lo tanto no se parará, pero también servirá para seguir estudiando el funcionamiento de la velocidad variable. Según Moya, se está trabajando con "prudencia" y confirmó que la C-32 y la C-31 funcionan como prueba piloto para futuras ampliaciones. Respecto a los datos de contaminación, dijo que sus estudios sí los demuestran, principalmente por la reducción de las retenciones. También agradeció que la Cámara de Comercio apoye el estrechamiento de carriles, como Pérez Moya había sugerido hace meses.

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