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Camps y Feijóo piden aplazar la deuda autonómica

El presidente valenciano hace cuatro kilómetros del Camino de Santiago

Pablo Linde

Francisco Camps es católico y español. Para no dejar lugar a dudas, lo repitió varias veces ayer. También (o por eso) fue durante un par de días peregrino del Camino de Santiago. Poco le faltó para hacerlo en traje y corbata, aunque se quedó en la americana, camisa, pantalón chino y zapatos. Así llegó ayer por la mañana el presidente de la Generalitat Valenciana al Monte del Gozo, a cuatro kilómetros de la catedral, donde se encontró con un Alberto Núñez Feijóo mucho más campista.

Ambos aprovecharon su encuentro para reclamar al Gobierno central que aplace el cobro de la deuda autonómica, fruto de los anticipos concedidos en los ejercicios de 2008 y 2009. Es una petición que ya han realizado varios presidentes autonómicos y que va encaminada, según dijeron Camps y Feijóo, a seguir prestando "servicios de calidad" y mantener las inversiones para salir de la crisis. "Compartimos la petición para que la devolución de los anticipos se parta en el medio o largo plazo, para que todos podamos seguir con nuestro compromiso con los ciudadanos", dijo el valenciano.

Pero eso fue tras recorrer el último tramo del camino. Casualmente, un minuto después de que Camps se dispusiese a recorrerlo con el presidente de la Xunta, apareció un grupo de cientos de peregrinos valencianos. "¡Ese Camps, cómo mola, se merece una ola, uh!", le gritaron varias veces algunos chicos que iban a un encuentro católico de jóvenes que tiene atestada la ciudad. Feijóo parecía el foráneo.

-¿Con quién va?

-Creo que ese es el presidente de Galicia.

Al presidente valenciano lo saludaron curas, señores que decían conocerle, familias -"hijo, es un orgullo tener un presidente como este", decía un padre tras hacer una foto- y, sobre todo, muchos jóvenes cristianos volcados con su causa: "¡Estas elecciones, las vamos a ganar!".

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Se negó a responder a los periodistas si tiene claro que será el candidato a los próximos comicios autonómicos. Porque incluso sus más incondicionales saben que el president no pasa su mejor momento. "Suerte con los problemillas que tenemos pendientes", le decía un simpatizante mientras le abrazaba. "Me ha respondido: 'Que no son pocos", aseguraba después el peregrino sonriente.

No todos estaban por la labor de bailarle el agua al valenciano, y alguno recriminaba las corruptelas que le rodean en la Generalitat. Ya junto a la catedral, hubo cánticos preguntándole: "¿Esos trajes, donde están?".

En la catedral, como católico que es, hizo un discurso muy religioso en el que pidió por el Papa, por los españoles que sufren y porque los hijos de sus nietos abracen la fe cristiana. Tras esto, Camps dio por terminada su peregrinación, que en año santo sirve para conseguir el perdón de todos los pecados.

Francisco Camps abraza la estatua del apóstol Santiago. Al fondo, Núñez Feijóo.
Francisco Camps abraza la estatua del apóstol Santiago. Al fondo, Núñez Feijóo.ÓSCAR CORRAL

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Sobre la firma

Pablo Linde
Escribe en EL PAÍS desde 2007 y está especializado en temas sanitarios y de salud. Ha cubierto la pandemia del coronavirus, escrito dos libros y ganado algunos premios en su área. Antes se dedicó varios años al periodismo local en Andalucía.

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