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LA RETIRADA DEL MINISTRO DE FOMENTO

Cascos anuncia su retirada de la política tras su alejamiento de la cúpula del PP

El ministro, acompañado por su novia y tres de sus hijos, pide respeto para su vida privada

El ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, anunció ayer en Oviedo, en un acto al que rodeó de una insólita solemnidad en la sede de la Delegación del Gobierno en Asturias, que no concurrirá a las próximas elecciones como candidato a diputado. La decisión llega cuando Álvarez-Cascos ha perdido todo el poder que atesoró en el partido, donde fue secretario general de 1989 a 1999, y en el Gobierno, donde ocupó la vicepresidencia primera de 1996 a 2000. Dirigentes del PP aseguran además que el candidato Mariano Rajoy no contaba con Cascos para un posible Gobierno.

"A partir de ahora, sólo busco el reconocimiento de los míos"
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Cascos atribuyó su decisión, que calificó de "personal e intransferible", al compromiso adoptado hace dos años de "acompañar a José María Aznar en su decisión de no presentarse a un nuevo mandato como presidente del Gobierno".

El ministro y diputado por Asturias anunció su retirada durante una comparecencia de tono institucional en el salón de prensa de la Delegación del Gobierno en Asturias mediante la lectura de un declaración de cuatro folios en la que sólo al final hizo mención a su nueva situación familiar para reclamar respeto para su vida privada. Al acto, que duró 18 minutos, y en el que no permitió preguntas, asistieron su novia, María Porto; tres de los cuatro hijos de su primer matrimonio con Elisa Fernández Escandón (Iciar, Pablo y Elena), un yerno y un reducido grupo de colaboradores. No asistió ningún representante de la actual dirección regional del PP, de la que está distanciado.

Francisco Álvarez-Cascos, de 56 años, gijonés, aunque nacido en Madrid, ha sido uno de los pilares fundamentales en las últimas décadas del PP, formación que dirigió con mano de hierro durante 11 años como secretario general, desde la refundación de enero de 1989. Ha sido también el único ministro, con Rodrigo Rato, que se ha mantenido de forma ininterrumpida en los Gobiernos de José María Aznar. Se trata, afirmó Cascos, de "dar un paso atrás después de 25 años de continuas responsabilidades públicas".

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Su decisión de no concurrir como candidato al Congreso de los Diputados en las elecciones generales de marzo la atribuyó al compromiso de ligar su destino al del presidente del Gobierno, José María Aznar, una vez que éste decidió no volver a presentarse para un nuevo mandato. Cascos fue el único dirigente y cargo público del PP que, de manera abierta y diáfana, había expresado su discrepancia con la retirada de Aznar y cuyas tesis fueron derrotadas en el último congreso del partido. Ahora adopta la misma decisión, "cuando las principales promesas del PP están cumplidas o en irreversible proceso de cumplimiento", sostuvo.

Sin preguntas

Cascos se limitó a leer un comunicado de cuatro folios en el que presentó la decisión como una iniciativa propia y vinculada a reflexiones políticas. Igual, dijo, que cuando en 2000 renunció voluntariamente a seguir desempeñando la secretaría general del PP. Su alejamiento ahora de la vida pública, tras "veintidós años de dedicación parlamentaria ininterrumpida" (primero, como senador, y luego como diputado), no supone alejamiento del ideario del PP -"mi partido, el único partido de mi vida", afirmó-, cuyos postulados anunció que seguirá defendiendo aunque no precisó si colaborará o no en la inminente campaña electoral. Tampoco explicó si se trata de una retirada definitiva.

Amante de la pintura, y en particular de la asturiana, Cascos sólo se salió del texto escrito para advertir que su alocución se estaba produciendo bajo un óleo del artista asturiano Marola, que preside la sala de prensa de la Delegación del Gobierno.

En el tramo final de su intervención, y tras haber hecho recuento de logros y realizaciones políticas, se refirió a sus circunstancias personales, tras haberse separado recientemente de su segunda esposa, Gemma Ruiz, con la que tiene otros dos hijos, de corta edad. "A partir de ahora sólo busco el reconocimiento de los míos", afirmó. "Y me propongo comenzar a buscarlo como he procurado hacer siempre: con las manos limpias, la cabeza alta y, sobre todo, con el corazón rebosante del cariño que a los míos no he podido dedicarles durante tantos años de vertiginoso quehacer político y parlamentario. En nombre propio y en el de los míos sólo pido respeto para la vida privada".

El ministro, que tampoco desveló su futura dedicación profesional, aludió implícitamente a algunas informaciones que o bien ahondaron en su situación familiar o bien le atribuían un supuesto trato de favor desde el Ministerio a la galería de arte que regenta en Madrid María Porto.

"Mi conducta ha estado siempre reñida con la hipocresía, esa cualidad tan delicadamente protegida por una mayoría de medios de comunicación que, aprovechando los más bajos instintos de la gente, divulgan habitualmente insinuaciones calumniosas o violan sistemáticamente las fronteras de la intimidad". "Estos días", enfatizó, "he sentido más cerca que nunca el valor de la amistad auténtica y la fuerza del amor incondicional".

A diferencia de lo habitual en los actos públicos de Cascos en Asturias, en el de su despedida no hubo la multitudinaria presencia de dirigentes y cargos públicos del PP que solían arroparle. Amén de varios colaboradores del Ministerio y de los miembros del gabinete de la Delegación ayer sólo le acompañaron cuatro personas del PP: la delegada del Gobierno, y ex diputada,Mercedes Fernández, de su total confianza política; el diputado y expresidente regional del PP, Isidro Fernández Rozada; el diputado autonómico, Pelayo Roces y el ex senador Ángel Fernández. Nadie de la dirección regional del PP, de la que está distanciado, ni del PP de Gijón, su feudo histórico, con cuya cúpula está frontalmente enfrentado.

Cascos cerró la lectura de su comunicado y su comparecencia, con unos versos de la Epístola moral a Fabio (Siglo XVI) "animado", dijo, "por el consejo de aquel anónimo poeta considerado uno de los clásicos: Más triunfos, más coronas dio al prudente / que supo retirarse la fortuna / que al que esperó obstinada y locamente".

El ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, al final de su comparecencia.
El ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, al final de su comparecencia.EFE

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