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Los problemas de los inmigrantes

Ceuta y Melilla, una vieja excepción

Desde tiempos inmemoriables, dos Ayuntamientos españoles, los de Ceuta y Melilla, ambos gobernados por el PP, no censan a los extranjeros en situación irregular aunque puedan acreditar que residen en la ciudad. Nunca el Gobierno central, de cualquier signo político, ha puesto reparos a esta actuación.

Quienes sí se han quejado han sido algunas ONG, como la melillense Prodeín, y alguna formación política, como la UDCE ceutí, un partido musulmán. Algunos marroquíes afincados en esta última ciudad han recurrido al contencioso-administrativo, pero el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía no les ha dado la razón.

Bajo cuerda, las autoridades municipales argumentan que si se permitiese el empadronamiento, el millón y medio de habitantes de las provincias limítrofes de Tetuán y Nador solicitarían su inscripción en el padrón. No necesitan visado para entrar en las ciudades.

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"El resultado es que hay cientos de niños nacidos en Ceuta que carecen de tarjeta sanitaria y no están escolarizados", denuncia Mohamed Alí, líder de la UDCE. Él ha llevado el asunto a la asamblea ceutí y al Defensor del Pueblo. La situación es idéntica en Melilla.

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