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Consecuencias del fallo del Estatuto

CiU amenaza con retirar todo apoyo a Zapatero si no rectifica con el Estatuto

Artur Mas exige continuar con el proceso descentralizador y elecciones anticipadas

Miquel Noguer

Los nacionalistas catalanes se han tomado como una declaración de guerra la satisfacción con la que el Gobierno ha recibido la sentencia del Estatuto catalán. Y se han propuesto hacérselo pagar muy caro a José Luis Rodríguez Zapatero en los meses venideros, cuando el Gobierno requerirá de mil y una muletas en el Congreso para salir mínimamente airoso del debate del estado de la nación o para aprobar los Presupuestos.

El presidente de Convergència i Unió, Artur Mas, minimizó ayer el compromiso de Zapatero de desarrollar mediante leyes orgánicas partes amputadas del Estatuto y se centró en criticar que el presidente considere que, con la sentencia llega el fin de un proceso descentralizador de España. "Zapatero no será un interlocutor válido para poder establecer puentes de diálogo para el futuro si considera que la descentralización ha tocado a su fin", dijo Mas, quien también pidió al PSOE que vaya pensando en retirar al presidente del Gobierno.

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El líder de CiU, en plena precampaña electoral en Cataluña, mantuvo un discurso incendiario para intentar aglutinar al electorado soberanista que comparte con Esquerra Republicana y que los últimos días vive como un asunto de alta traición el fallo del Tribunal Constitucional. Por eso dijo que quien no quiera más autogobierno para Cataluña, "no podrá ser interlocutor de CiU".

Mas recomendó a Zapatero ser "extremadamente prudente" recordando que hace menos de un mes los nacionalistas catalanes permitieron con su abstención que se aprobara el plan de recorte del déficit. "Que mida muy bien sus palabras porque depende de otros, en parte de CiU, para pasar unos cuantos meses más, y esto requiere prudencia y buenas maneras".

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Artur Mas decidió cargar todas las tintas contra Zapatero y dejar un tanto de lado las críticas al PP, que fue quien recurrió el Estatuto. De hecho, no aclaró si, en caso de necesitarlos para acceder a la presidencia de la Generalitat aceptará los votos del PP en Cataluña. Vertió toda su indignación sobre Zapatero, hasta el punto de levantar una carcajada generalizada entre los periodistas que cubrían su conferencia de prensa cuando, tras lanzar todo tipo de advertencias y reproches al presidente del Gobierno, dijo: "Esto no es una amenaza, sino una advertencia, porque la amenaza [de hacer caer a Zapatero] si quisiéramos ya la habríamos ejecutado".

Pese a la dureza de este discurso, no hay ninguna intención en CiU de propiciar ahora la caída de Zapatero, sobre todo porque la alternativa, el PP de Mariano Rajoy, sigue generando un gran rechazo entre las bases nacionalistas. Mas, sin embargo, quiere hacerle pagar al presidente Zapatero sus "engaños" por haber prometido que respetaría el Estatuto que saliera del Parlamento primero y por mostrarse satisfecho con la sentencia que lo recorta ahora. De ahí que el líder de CiU llegara a hablar ayer de una defenestración de Zapatero por etapas.

Mas dijo que a corto plazo nada cambiará en exceso. Volvió a justificar la abstención de CiU ante las medidas de recorte del déficit. Y dijo que los próximos meses, si el PSOE mueve ficha, seguirán los apoyos selectivos. Pero Zapatero tiene los días contados, insistió. Y fijó la fecha de fin de año como punto de inflexión, que coincidirá con la formación del nuevo Gobierno de Cataluña. Entonces no habrá más apoyos si no hay cambios de fondo en el Gobierno o elecciones anticipadas. "Zapatero está amortizado", repitió.

Habrá que ver si hay unanimidad en esta estrategia dentro de la federación. El portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran Lleida, lleva semanas alertando de que no actuará siempre como muleta del PSOE, pero al mismo tiempo se resiste a pasar a un segundo plano ahora que ha conseguido una notoriedad inédita desde que CiU perdió el Gobierno catalán en 2003.

El líder de CiU, Artur Mas, tras reunirse el jueves con el presidente catalán, José Montilla.
El líder de CiU, Artur Mas, tras reunirse el jueves con el presidente catalán, José Montilla.TEJEDERAS

Los duros ataques de Artur Mas

- "Zapatero debe ser extremadamente prudente, porque hace apenas un mes su Gobierno y su presidencia dependían de CiU" (...) "Que mida muy bien sus palabras, porque su debilidad es total y depende de otros, en parte de CiU, para pasar unos cuantos meses más, y esto requiere prudencia y buenas maneras".

- "Esto no es una amenaza, sino una advertencia. La amenaza, si quisiéramos, ya la habríamos ejecutado".

- "No me creo que Zapatero vaya a desarrollar mediante leyes orgánicas la parte mutilada del Estatuto. Ya nos tiene acostumbrados a los incumplimientos. Llegarán las elecciones catalanas y no habrá hecho nada (...) Parole, parole, parole".

- "Quien en España vaya con la bandera de que no habrá más autogobierno no podrá ser interlocutor de CiU".

- "A Zapatero le viene bien un Estatuto mutilado, pero su misión era salvarlo, no descafeinarlo".

- "Si colaboramos es para evitar que Europa le corte el grifo a España; si lo hace no podremos ni pagar las pensiones".

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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