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ELECCIONES 2011 | España cambia de ciclo

CiU logra su aval a los recortes y al pacto fiscal

La victoria de Duran dificulta que Chacón pueda liderar el PSOE

Miquel Noguer

El huracán del PP en el conjunto de España se transformó en Cataluña en una imprevista tormenta nacionalista y por primera vez Convergència i Unió ganó en unas generales. Para los correligionarios de Artur Mas, este resultado es un aval sin paliativos a su política al frente de la Generalitat, caracterizada por los recortes sociales y una agenda nacionalista centrada en la defensa del concierto económico. Los resultados también constituyen un mazazo para las aspiraciones de la candidata del Partit dels Socialistes, Carme Chacón, a convertirse en nueva líder del PSOE.

CiU, con 16 diputados ante los 14 del PSC a la espera del recuento final, tiene barra libre para continuar con sus medidas de ajuste al frente de la Generalitat, pues alcanzan una cuota de voto que no tenían desde los años más boyantes del pujolismo. CiU no solo ganó en sus tradicionales feudos de Girona y Lleida, sino que logró un resultado histórico en Tarragona y Barcelona. Incluso la capital catalana se rindió ante el candidato nacionalista, Josep Antoni Duran i Lleida.

La mayoría del PP deja a CiU sin margen para condicionar a Rajoy
Mas buscará apoyos en ERC y PSC para no quedar en manos del Partido Popular

Las caras de funeral en la sede del PSC vaticinaban ayer una travesía del desierto aún más larga de la que ya preveían los socialistas catalanes tras verse desalojados de la Generalitat y de Ayuntamientos tan importantes como el de Barcelona. El resultado de ayer es el fin de etapa en el PSC y dificultan enormemente que Carme Chacón pueda intentar el asalto a la secretaría general del PSOE. Anoche, en contra de lo que pretendía inicialmente Chacón, la candidata no pudo hacer ninguna referencia a su futuro en el PSOE y solo dijo que los socialistas catalanes "sabremos comparecer en la cita con el futuro". También fracasó anoche la estrategia de la candidata de rehuir los asuntos identitarios que CiU sí ha conseguido poner en primera línea durante toda la campaña electoral.

Nadie en el PSC esperaba quedar por detrás de Convergència. Ninguna encuesta lo predijo, ni siquiera las que se publicaron anoche a pie de urna. El PSC perdió la mitad de los votos que recibió en 2008. Es su peor resultado en unas generales y la culminación de un pésimo ciclo que desembocará en un congreso el próximo diciembre que afrontan en un marco muy abierto. De momento, tres candidatos han anunciado que quieren sustituir a Montilla, entre los que destaca por sus apoyos, Pere Navarro, alcalde de Terrassa. Esta semana se sabrá si Miquel Iceta, viceprimer secretario del partido, también aspira al cargo, pero el resultado de ayer se lo dificulta, puesto que el electorado ha pedido cambios muy serios en el PSC y él forma parte de la dirección desde hace más de 25 años.

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Con la luz verde del electorado, el problema de Artur Mas es ahora dar salida frente a una mayoría absoluta del PP a su demanda de que Cataluña tenga un trato fiscal similar al del País Vasco. Mariano Rajoy ha dejado claro que no está por la labor. Y, de hecho, el presidente Artur Mas no hizo referencia en su comparecencia de anoche a esta demanda.

Pese a la alegría de haber vencido por primera vez a los socialistas, CiU sabe que no lo tendrá fácil para convivir en una España dominada por el Partido Popular. Por si las relaciones con el Gobierno central no se plantearan difíciles en el terreno identitario, CiU puede verse doblemente golpeada si no es capaz de escapar de su dependencia casi total del PP para gobernar en Cataluña.

Desde hace semanas, CiU está intentando un acercamiento a Esquerra Republicana para formar una mayoría nacionalista y no depender del PP. Los resultados de ayer también le empujarán a intentar buscar puntos de encuentro con el PSC, aunque el caos reinante en las filas socialistas hace difícil trabar ahora cualquier colaboración estable.

A partir de hoy, y pese a que los resultados del PP no son tan buenos como los que logró en 2000, los populares subirán el precio de sus apoyos a CiU. Por ejemplo, ya han adelantado que aspiran a entrar a formar parte del gobierno del Ayuntamiento de Barcelona, donde los nacionalistas gobiernan con gran debilidad. Ello sería la guinda al proceso de normalización del PP en Cataluña que no hace ni cinco años fue barrido de la escena tanto por el tripartito como por CiU.

Artur Mas, Josep Antoni Duran, Marta Llorens y Jordi Pujol, en el balcón del hotel Majestic.
Artur Mas, Josep Antoni Duran, Marta Llorens y Jordi Pujol, en el balcón del hotel Majestic.CARLES RIBAS

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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