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Reportaje:

Confiesa el asesino del alcalde de Fago

El guarda forestal Santiago Mainar revela que disparó a Grima y arrojó su cadáver a la cuneta porque estaba harto de él

"Lo hice yo solo. Maté al alcalde porque me tenía harto". La frase no es textual, sino el resumen que han hecho fuentes de la investigación sobre la presunta declaración prestada ante la Guardia Civil por el guarda forestal Santiago Mainar, de unos 50 años, que hasta ahora es el único detenido por su supuesta implicación en el asesinato de Miguel Grima, alcalde de Fago (Huesca). Sin embargo, las mismas fuentes admiten que lo declarado por el sospechoso tiene "numerosas lagunas" y "puntos oscuros", siendo uno de los más importantes cuál fue el arma empleada en el homicidio, que todavía no ha sido hallada.

El guarda forestal Mainar se derrumbó a últimas horas de la noche del pasado viernes y acabó admitiendo que él fue el único implicado en el asesinato del alcalde Grima, ocurrido sobre las 22.30 del pasado 12 de enero en las cercanías de Majones, a unos 15 kilómetros de Fago. La víctima sufrió una emboscada mediante unas piedras colocadas en mitad de la angosta carretera, lo que hizo que tuviera que frenar bruscamente su coche Mercedes 190. A continuación, recibió un escopetazo que le causó la muerte: recibió cuatro impactos de postas.

Tras matar al alcalde, recorrió 40 kilómetros a pie en seis horas para volver a Fago
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Según las fuentes informantes, Mainar ha manifestado que se dirigió a pie hasta la curva de la carretera donde esperó la llegada de Grima procedente de Jaca, donde había asistido a una reunión del organismo comarcal de la Jacetania. Tras matar al alcalde, el agresor arrojó su cadáver a la cuneta y se apoderó de su coche, que finalmente dejó abandonado junto a una ermita de Berdún, a unos 12 kilómetros del escenario del crimen. Posteriormente, el criminal habría regresado andando hasta su casa de Fago. En total habría recorrido más de 40 kilómetros, en lo que, según su supuesta declaración, habría empleado seis horas.

Los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil trasladaron ayer al detenido a los escenarios del crimen para reconstruir los hechos y comprobar si lo que había dicho es coherente. Fuentes próximas al caso admiten la posibilidad de que Mainar realizara este trayecto en ese tiempo, pese a ser un camino difícil y empinado, pero admiten que la versión del detenido contiene "numerosas lagunas".

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Los sucesivos registros realizados ayer y anteayer en la vivienda, la vaquería y las fincas del sospechoso estuvieron encaminados a localizar la escopeta de caza utilizada para disparar el único cartucho que mató a Grima. La búsqueda resultó infructuosa: le han sido decomisados un rifle, una carabina y una pistola de aire comprimido. Ninguna de estas armas es la empleada en el asesinato. Los investigadores barajan la hipótesis de que el criminal utilizara una escopeta (prestada o sustraída) de otra persona desconocida hasta ahora.

La principal prueba contra Mainar son los restos biológicos hallados en el automóvil de la víctima. En concreto, tejido epitelial (piel) que, cotejado con la saliva prestada voluntariamente por el ahora detenido, tendría las mismas características genéticas, según fuentes de la investigación. La presencia de estos restos sólo es explicable si se admite que Mainar fue la persona que trasladó el coche desde Majones hasta la ermita próxima a Berdún. El guarda forestal aseguró en las tres ocasiones en que prestó declaración antes de ser detenido que llevaba tiempo sin tener relación con el alcalde Grima y que tampoco había subido a su automóvil en los últimos meses.

El abogado zaragozano Javier Notivoli, que se hará cargo de la defensa penal de Mainar, rehusó a mediodía de ayer confirmar si su cliente se había autoinculpado y se limitó a señalar que éste se encuentra tranquilo y decidido a afrontar la situación. El detenido será previsiblemente puesto hoy a disposición de la juez de instrucción número 2 de Jaca.

Los escasos vecinos de Fago, cuyo censo electoral está compuesto por 25 personas, ni siquiera salieron ayer a la calle, ante la avalancha de periodistas y cámaras de televisión que han vuelto a copar el diminuto municipio tras la detención de Mainar.

Tan sólo Alejandro Coloma Cavero, amigo de Mainar, se prestó a hablar con los periodistas. "Santiago es un chivo expiatorio por motivos políticos. Ya anunció días atrás el PP que iba a escudriñar al máximo la vida y las propiedades de Santiago. Yo estoy convencido de que es inocente y que su pelea contra el alcalde siempre fue por su gestión administrativa, nunca por motivaciones personales. Si se hubiera autoinculpado, como se dice, lo lógico es que hubiera dicho también qué escopeta utilizó y dónde la escondió. Y, si no lo ha hecho, es porque yo creo que no tiene nada que ver con el crimen". Mainar concurrió a las elecciones municipales de 2003 en las listas del PSOE. El difunto Grima encabezó las del PP.

Coloma recordó que el médico guipuzcoano Iñaki B. A., que la noche del asesinato hizo ademán de detenerse en la carretera al ver parado el Mercedes de Grima, ha declarado que un hombre que llevaba una linterna frontal en la cabeza le indicó que prosiguiera su marcha porque no ocurría nada. Según Coloma, el médico ha dicho que ni la voz ni el aspecto del hombre de la linterna -aparentemente el asesino- le resultaron conocidos.

"Pero Iñaki conoce de sobra a Santiago. Así que ¿cómo se explica esto?", concluyó Coloma.

El abogado de Santiago Mainar, Javiert Notivoli (a la derecha), conversa con un amigo del detenido.
El abogado de Santiago Mainar, Javiert Notivoli (a la derecha), conversa con un amigo del detenido.EFE

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