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El Cougar siniestrado en Afganistán volaba en zona de bajo riesgo de agresión

Bono defiende la memoria de los pilotos del helicóptero y evita culparles del accidente

Miguel González

El ministro de Defensa, José Bono, reveló ayer en el Congreso, ante el que presentó el informe final de la comisión que ha investigado el accidente del helicóptero Cougar, en el que fallecieron 17 militares españoles el pasado 16 de agosto, que cuando se produjo el siniestro el nivel de amenaza en la zona, a 20 kilómetros al sur de Herat (Afganistán), era "bajo", según la clasificación de la OTAN. El mayor riesgo se derivó, de hecho, de las propias condiciones del vuelo.

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Ni ataque exterior, ni fallo mecánico o de material, ni colisión en vuelo entre los dos helicópteros que integraban la formación, ni explosión de la munición a bordo. El ministro presentó como hechos "indubitados" las conclusiones a las que ha llegado la Comisión de Investigación Técnica de Accidentes de Aeronaves Militares (CITAAM), tras un "minucioso" trabajo que ha incluido el análisis de los restos del helicóptero siniestrado, la autopsia de los cadáveres, entrevistas con los testigos y reconstrucción del trágico vuelo, tanto en condiciones reales como en simuladores.

El examen de los cientos de cartuchos cuya detonación hizo creer a los ocupantes del segundo Cougar que se estaba produciendo un ataque, dijo Bono como ejemplo, ha demostrado que todos explosionaron por el fuego y ninguno había sido percutido.

"Hemos procurado hacer las cosas bien, con transparencia y rigor. Siempre hemos dicho la verdad a quienes han perdido a sus seres queridos, para no aumentar su dolor con nuestras torpezas", explicó.

Fue el respeto a los fallecidos y a sus familias lo que llevó al ministro a poner el mayor énfasis en salvaguardar el honor de los dos pilotos que perecieron en el siniestro (el capitán David Guitard y el brigada Juan Morales), de quienes dijo que eran de los mejores del Ejército; con 247 y 1.760 horas de vuelo, respectivamente, en este tipo de aeronave.

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"Causas desconocidas"

"Ni les he echado la culpa a los pilotos ni se la voy a echar. Culparles sería ir más allá de lo que ha hecho la comisión de investigación", insistió el ministro.

En sus conclusiones definitivas, la comisión dice que el ET-657 se estrelló "por causas desconocidas" y cita, entre los "elementos contribuyentes" al siniestro, el "perfil de vuelo de riesgo con maniobras de adaptación al terreno; las condiciones meteorológicas y orográficas adversas; y una posible maniobra agresiva a muy poca altura del suelo".

Sobre esta última, el informe sólo aventura como hipótesis la posibilidad de que se produjera una pérdida momentánea de la concentración del piloto por algún "hecho fortuito" que ya no resulta posible determinar.

Lo que sí reveló el ministro es que, según los informes de inteligencia, el nivel de amenaza en la zona de Herat era aquel día "bajo", según la terminología OTAN; es decir, que se apreciaba un "reducido propósito o capacidad limitada para actuar por parte de un posible adversario".

Para eludir esta hipotética amenaza, el Cougar realizó un vuelo que el informe califica como "de mayor riesgo que uno normal", por su baja altura y gran velocidad. A raíz del accidente, el Estado Mayor de la Defensa ha prohibido los vuelos a menos de 100 metros del suelo, salvo que el nivel de la amenaza justifique asumir mayor riesgo.

Todos los grupos parlamentarios se dieron por satisfechos con las explicaciones del ministro. Incluso Gaspar Llamazares, de Izquierda Verde, dijo que para oponerse a la presencia de las tropas en Afganistán no necesitaba utilizar "este luctuoso suceso".

La nota discordante la puso el Partido Popular. Su portavoz, Fernando López Amor, afirmó que el documento de la comisión de investigación, "en lugar de aclarar las cosas ha venido a enturbiarlas más"; calificó sus conclusiones de "mentira piadosa" y agregó que se trataba del "típico informe echo por unos peritos que intentan hacer algo que no les pille las manos".

"No pasaba nada por reconocer que nuestras tropas están allí para defendernos del terrorismo y alguna acción de combate hay", concluyó.

Bono le replicó defendiendo la profesionalidad de la comisión de investigación -siete de cuyos 10 miembros, incluido el presidente, fueron nombrados por el PP- y agregó que "el ministro no puede inventarse un ataque para darle gusto a nadie".

José Bono y el jefe del Estado Mayor de la Defensa, general Félix Sanz, a su llegada a la Comisión de Defensa.
José Bono y el jefe del Estado Mayor de la Defensa, general Félix Sanz, a su llegada a la Comisión de Defensa.EFE

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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