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Consultas populares en Cataluña

Desafío de los independentistas contra el recorte del Estatuto

166 municipios viven hoy una consulta sobre la autodeterminación de Cataluña

Cataluña vive hoy una insólita jornada en su reciente historia política: Los ciudadanos de 166 municipios están llamados a acudir a las urnas por un sinfín de entidades soberanistas para decir si están a favor de independizarse de España en un pulso inédito hacia el Estado y sus instituciones. Las consultas, que se inspiran en la que se celebró en septiembre en Arenys de Munt (Barcelona), arrancaron ayer en el minúsculo pueblo de Sant Jaume de Frontanyà y afectan a un censo de 700.000 electores, el 9% de los catalanes. El censo no coincide con el de unas elecciones porque incluye a los mayores de 16 años e inmigrantes. Las votaciones no son oficiales y por tanto no tienen validez jurídica, pero han agitado el arco político catalán, en el que los independentistas consideran ya de por sí un éxito tal movilización.

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Más allá de que se pregunte por la independencia, la novedad es que las consultas han sido organizadas al margen de los partidos políticos y éstos, principalmente Esquerra Republicana y Convergència Democràtica sólo se han sumado a la iniciativa una vez ya había sido encauzada".

"Estamos yo no sorprendidos: esto ya es imparable" Sostiene Elisenda Romeu, profesora y miembro de la nominada coordinadora nacional de las consultas soberanistas nacida a raíz del éxito de Arenys. El ente está formado por una docena de personas, en su mayoría universitarias, desde abogados, filólogos o historiadores que tienen en común su independentismo activo y su convencimiento de que el Estatuto es un caso perdido. Muchos proceden de la órbita de Esquerra y de CDC y la mayor parte de ellos defendió el Estatuto que aprobó el Parlamento de Cataluña en 2005 hasta que el texto fue recortado en las Cortes para lograr su aprobación definitiva. En aquel momento organizaron una manifestación masiva en defensa del texto original y de allí salió la plataforma por el Derecho a Decidir que integra 200 asociaciones, todas ellas promotoras de las consultas. La mitad de los miembros de la coordinadora procede de esta plataforma. Defienden que si el recorte inicial del Estatuto ya originó manifestaciones las primeras consultas, lo que vendría si hubiese otro recorte por parte del Tribunal Constitucional sería difícilmente gestionable por parte del Gobierno. Una de sus caras visibles es el abogado e historiador Josep Cruanyes, que presidió la Comisión por la Dignidad a favor de la devolución de los Papeles de Salamanca. Otros proceden del colectivo de los Deu Mil a Brussel·les, como Anna Arqué, que organizaron una manifestación en la capital comunitaria la pasada primavera en favor de la independencia.

Arqué considera que la carta autonómica está muerta por falta de "ambición nacional". "El Estatuto ya no existe; España actúa con paternalismo hacia Cataluña y quiere poner freno a su identidad y a sus aspiraciones, por eso hacemos las consultas", defiende la activista.

Además de los 167 municipios que hoy votan lo harán en unos m eses Lleida y Girona y, probablemente, Barcelona.

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La falta de un impulsor claro que ponga cara a las consultas, junto a las reticencias iniciales de ERC y CDC, que temían un fracaso, ha propiciado que en la campaña de las consultas, propagada a bombo y platillo por los medios públicos de la Generalitat, haya tomado gran protagonismo alguien con grandes aspiraciones en la política pero faltado de partido: el presidente del Barça, Joan Laporta. Éste, que en verano dejará el cargo y no ha aclarado qué hará en el futuro, se ha adueñado del escenario varios mítines y ha sido el más aplaudido de los impulsores de la consulta.

El presidente de la Generalitat, José Montilla, ha navegado entre icebergs durante todo el proceso. En una calculada maniobra para no molestar a sus socios de Esquerra Republicana y para no movilizar aún más a los independentistas -que hoy son el 21% de los catalanes según las encuestas oficiales- Montilla ha optado por el silencio. Sólo ha insistido en que las consultas no deben obviarse pero tampoco exagerarse. El PSC ha tardado, pero ayer fue más claro y reunió a sus veinte principales alcaldes en una foto ante el Parlament para defender el Estatut. El secretario de Organización del partido, José Zaragoza, aseguró ayer que las consultas no hacen más que "debilitar" la carta autonómica y "dar argumentos" a sus adversarios. El PP, obviando que también celebran consultas municipios en los que gobierna en coalición, ha pasado los últimos días insistiendo en que la independencia no es un asunto prioritario para ningún catalán.

Pero los sectores nacionalistas vivirán la jornada de hoy como una fiesta, seguros de que el resultado será favorable, pues nadie ha hecho campaña por el "no". La incógnita es la participación. Los impulsores se han puesto el listón de superar la participación de las elecciones europeas en Cataluña (45%), pero a nadie se le escapa que lo verdaderamente importante es saber si superará la participación registrada en el referéndum del Estatuto (49,4)%. Los organizadores se han esmerado en dar una pátina de oficialidad a la consulta de hoy. Hasta han invitado una treintena de "observadores internacionales", en su mayoría cargos públicos de partidos nacionalistas europeos de regiones como Córcega (Francia), SudTirol (Italia), Flandes (Bélgica) y también del otro lado del Atlántico como Quebec. Daniel Turp, vicepresidente del partido Quebequés lanzó ayer un mensaje desafiante en Barcelona. "Evaluaremos el desarrollo de la consulta, pero también el comportamiento del Estado Español; y esperamos que sea receptivo".

Una mujer vota en Sant Jaume de Frontanyà (Barcelona), donde la consulta se adelantó un día.
Una mujer vota en Sant Jaume de Frontanyà (Barcelona), donde la consulta se adelantó un día.ALBERT ALEMANY

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