Detenidos con 20 bombas listas para usar los suministradores de explosivos de ETA

Dos veces en mes y medio. Una operación conjunta de la policía española y la francesa volvió a descabezar ayer el aparato de ETA encargado de repartir entre los comandos de la banda los explosivos, los detonadores, las pistolas, las balas... Todo lo que los terroristas necesitan para matar. Los agentes detuvieron en un bloque de apartamentos de la estación de esquí de Le Corbier-Villarembert, en los Alpes franceses, a Aitzol Etxeburu -sustituto de Itziar Plaza, detenida el 5 de julio como responsable de la logística del aparato militar- y a los miembros de ese mismo grupo Alberto Machain y Andoni Sarasola. Los agentes descubrieron además, un zulo en la localidad pirenaica de Ferrières, junto a la frontera española, donde encontraron más de 100 kilos de material explosivo.

Las fiambreras tenían montado el sistema eléctrico, sólo faltaba cebarlas

La policía francesa irrumpió en el apartamento, situado a unos 100 kilómetros de Grenoble, a las seis de la mañana. Los presuntos miembros de ETA estaban armados con cuatro revólveres, según explicó el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. Los agentes encontraron en el registro posterior del inmueble una veintena de fiambreras -no muy grandes, según fuentes de Interior- listas para utilizarse como bombas. Todas tenían montado ya el sistema eléctrico. Sólo faltaba cargarlas de explosivo -algo que los etarras no hacen hasta el último momento- y cebarlas. Podrían haberlo hecho con los 42 detonadores que guardaban. Los agentes también se incautaron de una furgoneta Peugeot robada en Francia en junio y de abundante material informático que ya se ha comenzado a analizar.

La investigación parte de la declaración de Asier Bengoa -compañero de comando de Garikoitz Azpiazu, Txeroki, ex jefe militar de ETA y Saioa Sánchez- detenido el 5 de diciembre de 2007, cuatro días después del asesinato a balazos de los guardias civiles Fernando Trapero y Raúl Centeno en un centro comercial de Capbreton (Francia). Los flecos de esas indagaciones llevaron también al zulo de Ferrières, situado a sólo unas decenas de kilómetros de la frontera española. En ese depósito, los etarras escondían unos 100 kilos de nitrato amónico, principal ingrediente del amonal, uno de los explosivos favoritos de ETA. La policía encontró también unos 12 litros de nitrometano, un combustible de aeromodelismo utilizado como reforzante para fabricar amonitol.

Los agentes investigan ahora si las fiambreras, los detonadores y el resto del material incautado habrían servido para fabricar bombas lapa como las que los asesinos usaron para matar al inspector de policía Eduardo Puelles en Arrigorriaga (Vizcaya), la que acabó con la vida de los guardias Carlos Sáenz de Tejada y Diego Salvá en Calvià -sujetas con bridas a los bajos del coche, en lugar de con imanes- el 30 de julio o los pequeños artefactos que estallaron en cuatro bares de Palma de Mallorca el 9 de agosto.

El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz pidió ayer mismo la entrega de Etxaburu, procesado en 2007 por participar en la colocación de un coche bomba en un polígono industrial de Berrocalejo de Aragona, cerca de Ávila el 24 de septiembre de 2005. Etxaburu hizo labores de lanzadera -condujo en avanzadilla para evitar que el artefacto fuera descubierto antes de llegar al lugar elegido para el atentado- y compró el teléfono móvil desde el que avisó de la colocación de la bomba a la asociación de ayuda en carretera DYA de Guipúzcoa. Cuando fue a su casa a detenerlo, ya había huido.

La Audiencia notificó ayer a la Asociación Unificada de Guardias Civiles la admisión a trámite de la querella que presentaron contra los jefes de la banda por los últimos atentados en Mallorca y Burgos, informa Europa Press.

Rubalcaba asegura que los etarras detenidos tenían "tuppers pequeños preparados para estallar"