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Duelo de letrados

El letrado de Francisco Camps, Javier Boix, y el de la acusación socialista, Virgilio Latorre, están considerados como dos de los mejores penalistas de Valencia. Y su influencia será probablemente decisiva en el sentido que acabe adoptando el jurado. Boix se ha especializado en trabajar para cargos del PP como el expresidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, y en eternizar la marcha de los procesos. Latorre se ha convertido en el abogado de cabecera de los socialistas. Algunas de sus intervenciones en otros casos son ya, sin embargo, legendarias.

Boix consiguió hace 10 años que un jurado declarase inocente a un hombre que llevaba más de un año en prisión por haber matado supuestamente a su esposa tirándola de un séptimo piso. El abogado logró que seis de los nueve jurados considerasen que el hombre no sabía que la mujer quería separarse de él; que no la llevó a la casa en obras, de la que era constructor, para matarla; que fue ella la que se resbaló en el balcón, y que los gritos que pronunció antes de precipitarse al vacío no fueron: "Socorro, socorro, me tira", sino "Socorro, socorro, estira'm

[estírame en valenciano]", como pidiendo ayuda a su marido.

A Latorre, que ha defendido causas progresistas, se le atribuye haber inclinado la balanza contra el único condenado por los asesinatos de las niñas de Alcàsser, Miguel Ricart, en su turno de interrogatorio, en el que el acusado se negó a responderle. Fue también la táctica que utilizó con Camps, quien, pese a negarse a responderle, tuvo que oír las preguntas que no quería contestar y grabaciones como la de "amiguito del alma".

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