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Un hombre libre de toda sospecha

Los rumores que precedieron al asesinato de Sebastián Aizpiri se generalizaron en enero pasado, según Ana Aizpiri, hermana de la víctima. Las distintas versiones que circularon por Éibar y ElIgóibar dicen que Sebastián Áizpiri había sido detenido en Burgos por la Guardia Civil, en su caserío de Elgóibar por la Ertzaintza o en el alto de Itziar. Algunos rumores indicaban que el propietario del restaurante Chalcha, de Eibar, estaba detenido en Carabanchel, mientras otros aseguraban que estaba preso en la cárcel donostiarra de Martutene, y adelantaban que el juez le exigía una elevada fianza: 20 millones según unos, 30 y hasta 50 según otros.Ana afirma que su hermano empezó a preocuparse al saber por un amigo suyo simpatizante de HB que este grupo iba a celebrar una asamblea "para tratar sobre él". Siguiendo el consejo de su amigo, Sebastián Aízpiri se entrevistó con un concejal de HB de Éibar, quien le indicó que "desde el otro lado (el País Vasco francés) se había ordenado que se investigaran sus propiedades y actividades". El industrial notó que había gente que le retiraba el saludo y decidió solicitar públicamente a los dos ayuntamientos que le investigaran. Las pesquisas ante juzgados y la policía demostraron la falsedad de los rumores, igual que algunos periodistas locales. Nunca fue sospechoso.

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Ana Aizpiri afirma que los concejales de HB hicieron sus propias averiguaciones, con resultados idénticos. Este grupo se abstuvo, sin embargo, en las votaciones en las que los ayuntamientos de Éibar y Elgóibar declararon que la honestidad de Sebastián Aizpiri estaba fuera de toda sospecha y pidieron el cese de las calumnias.

La hermana de la víctima dice tener la certeza de que la campaña no fue fruto de algún equívoco. Hace unos dos meses,los miembros del Servicio de Información de la Guardia Civil pidieron entrevistarse con él. Una persona que, por deseo expreso de Sebastián Aizpiri, fue testigo afirma que los guardias le comunicaron que su nombre figuraba en los papeles del dirigente de ETAm detenido en Francia Santi Potros. En esos escritos se señalaba que el copropietario del restaurante Chalcha era dueño, además, de una carnicería en Elgóibar y de otro restaurante en Zumaya -establecimiento que había sido vendido un año antes-, y que era socio de la discoteca Jai-Alai, de Éibar.

Según Ana Aizpiri, la familia ignora si su hermano estuvo sometido al chantaje económico de ETAm, aunque admite esa posibilidad como una explicación plausible del asesinato. El restaurante Chalcha figura en las listas de sometidos al chantaje económico de ETAm incautadas por la policía francesa en la empresa Sokoa, de Behobia. La muerte de Aizpiri se produce en un momento en el que la organización terrorista ha intensificado masivamente sus exigencias de dinero a industriales y profesionales vascos.

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