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Un inmigrante muerto al chocar la furgoneta en la que viajaba escondido

Un doble fondo disimulado en un tanque de gasóleo, incorporado a uno de los ejes traseros de una furgoneta, servía de escondite al inmigrante ilegal que resultó muerto ayer cuando el vehículo en el que viajaba chocó contra un turismo a las afueras Málaga. Junto a él viajaba otro inmigrante que permanece en coma en un hospital de la ciudad. Otras cinco personas resultaron heridas de gravedad en el siniestro.

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"Los encontramos atrapados en un amasijo de hierro y chatarra, en un habitáculo de poco más de un metro de largo por 60 centímetros de ancho", relataba ayer un oficial del cuerpo de bomberos de Málaga.El drama de la inmigración ilegal se cobró ayer una nueva víctima. El accidente sucedió alrededor de las cuatro de la madrugada en el kilómetro 162,700 de la N-331, en el término municipal de la capital malagueña. Una furgoneta, de la marca Avia y matrícula de Madrid, se incorporó indebidamente a la autovía de Las Pedrizas, a la salida de Málaga, en las proximidades de una gasolinera. Por la carretera circulaba un turismo, de marca Volkswagen Golf, en el que viajaban dos parejas. El turismo no logró esquivar a la furgoneta en la que viajaban ocultos los ilegales y se empotró en uno de sus laterales traseros. En el eje trasero se hallaba el doble fondo en el que se ocultaban los dos inmigrantes.

Ayuda de los bomberos

Cuando llegaron al lugar del suceso los servicios de emergencia sanitarios y efectivos de Cruz Roja, tuvieron que pedir ayuda a un equipo de rescate de los bomberos de Málaga.Además de los heridos que viajaban a cara descubierta en ambos vehículos, los bomberos lograron localizar los cuerpos de otras dos personas en el interior del tanque de gasóleo, y resultaba difícil extraerlos de allí.

"Estuvimos más de una hora para sacar los cuerpos, ya que la caja donde estaban ocultos había quedado como una lata de sardinas tras el choque", indicó ayer un portavoz de los bomberos. "Entre un amasijo de hierro y chatarra los encontramos, aprisionados en un habitáculo de un metro de largo por 60 centímetros de ancho, que además había quedado aún más reducido a causa de la colisión", relató.

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Los bomberos tuvieron que utilizar separadores hidráulicos para extraer los cuerpos, uno de ellos sin vida y el otro en estado de coma. Iban indocumentados, aunque al parecer se trata de ciudadanos de origen marroquí. La policía considera que tanto el conductor de la furgoneta siniestrada, Filali S., de 31 años, como su acompañante, una mujer de 25 años que podría ser su esposa, intentaban desplazar por España a estos dos compatriotas en situación ilegal.

Filali, que sufrió heridas de escasa consideración al igual que su acompañante, fue detenido tras recibir asistencia médica y ayer mismo pasó a disposición judicial. La policía intenta determinar si él y su pareja forman parte de alguna de las numerosas redes clandestinas que introducen emigrantes ilegales en España.

Los cuatro ocupantes del turismo -las mujeres L. M. M., de 33 años e I. G. G., de 27, y los hermanos S. B. M. y F. B. M., de 33 y 28 años, respectivamente- tuvieron que ser internados en el hospital Clínico de Málaga en estado grave. Todos sufrieron distintos tipos de politraumatismos. En este recinto sanitario se encontraba también ayer en situación muy crítica el inmigrante ilegal que entró en estado de coma en el hospital, y que sufrió un traumatismo craneoencefálico severo.

Por otro lado, ayer apareció el cadáver de un hombre en avanzado estado de descomposición en una playa de Benajarafe, un núcleo de población de Vélez, en la provincia de Málaga. Se sospecha que pueda tratarse de un inmigrante que perdió la vida en el mar cuando intentaba entrar en España a nado. Aunque no se ha podido identificar el cadáver por la desfiguración que ha sufrido, fuentes de la investigación indicaron que por el color de la piel podría ser de origen magrebí y llevaba en el agua unos 40 días aproximadamente. El cuerpo apareció semidesnudo, a la altura del kilómetro 262 de la N-340.

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