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Tribuna:TRIBUNA LIBRE
Tribuna
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Programa FACA: la decisión final

El haber conseguido la prórroga, hasta el 23 de diciembre, de la firma del precontrato o carta de intenciones, que supone la entrega de ocho millones de dólares en concepto de fianza por la adquisición de los Hornet, vuelve a poner de actualidad esta compra, puesto que ha permitido al nuevo Gobierno "un breve respiro reflexivo" para adoptar la decisión final sobre cuál será el avión FACA. Efectivamente, aunque todos los indibios apuntan hacia el F- 18 A, aún sería posible, y de todo punto deseable, la elección de otro aparato. En primer lugar, hay que afirmar que es incuestionable y está fuera de toda duda la necesidad perentoria del FACA.Cualquiera poco avezado podría pensar que, ante nuestra dotación de aviones, es superflua la adquisición de nuevos aparatos; pero la realidad es muy otra, ya que tenemos, ciertamente, un muy poco brillante y achacoso arsenal aéreo de combate, por la sencilla razón de que gran parte de nuestros reactores, además de estar claramente desfasados hoy en día, tienen demasiados años y horas de vuelo a sus espaldas. Hay que tener presente que los Phantom F-4, los F-5 y los Mirage III son, todos ellos, modelos de primeros de los años sesenta; concretamente, el F-4 C entró en servicio en mayo de 1963; el F5 A, en mayo de 1964, y et Mirage III C, en octubre de 1960. Con estos artefactos es claro que la renovación no se podía demorar por más tiempo, y menos mal que contamos con los 48 Mirage F- 1 C y los seis F- 1 B, que son el único material moderno y eficaz de que disponemos.

Centrándonos en el programa en sí, según las especificaciones exigidas por el plan, el avión FACA tendrá que cumplir misiones de caza-interceptación, que constituyen el campo de la defensa aérea, y también misiones tácticas de ataque a superficie y apoyo; deberá estar dotado de un sistema polivalente de armamento, aire-aire y. aire-superficie; gran radió de acción; operatividad todo tiempo, aun con climatología adversa; y deberá tener una vida operativa útil de veinte años. Por tanto, se pretende adquirir un avión polivalente, es decir, una especie de superreactor, que sea capaz de cumplir, "por igual, adecuada y eficazmente", misiones tan distintas como las de caza-interceptación y las de ataque táctico y apoyo, lo cual es algo casi imposible.

Las funciones de defensa, aérea y de ataque táctico no es que sean antagónicas, pero sí difícilmente homogeneizables en un mismo aparato, y es que el concepto de la polivalencia, entendido en términos absolutos, es un mito, por mucho que se afirme lo contrario. Siempre prevalecerá una función en detrimento de la otra. Hoy por hoy no existe un avión que sea auténticamente polivalente, aunque, en honor a la verdad, es cierto que hay un aparato que se aproxima a este mito de la polivalencia absoluta.

A favor del Tornado

Pero el que mejor casa con las especificaciones del programa FACA es el avión europeo Tornado que, inexplicablemente, no fue evaluado por los tecnicos españoles, aduciéndose el argumento de que no es adecuado para la defensa aérea. Es necesario, sin embargo, "romper una lanza en favor del Tornado". Este ha sido, sin duda, el más craso error de los cometidos, y ya que "más vale tarde que nunca", bueno sería un replanteamiento de la postura hacia este avión formidable. La panoplia occidental ofrece a prior¡ un amplio surtido donde elegir, pudiendo citar, entre los norteamericanos: el F-14 Toincat, el F-15 Eagle, el F-5 E Tiger II, el F-16 y el F-18A Hornet. Entre los europeos, el antes descrito Mirage F-1, los Mirage 2000 y 4000, el sueco Saab Viggen AJ y JA 37, y el Panavia Tornado. De esta lista larga de posibles aspirantes, los técnicos del programa FACA excluyeron, de entrada, a todos los reactores mencionados, menos dos, el F-16 y el F-18 A, que han sido los sometidos a evaluación. Esta decisión hay que calificarla como acertada, con la sola excepción, lamentable, del Tornado. Unos, por tener un precio prohibitivo para nuestro presupuesto, y otros por no aportar nada nuevo y significativo y ser típicos aviones de caza, cuyo campo está suficientemente cubierto por los Mirage F-1, no interesaban al Ejército del Aire español.

Hay que volver a insistir en la idea de la omisión imperdonable con respecto al Tornado, ya que a buen seguro, si hubiera sido evaluado junto con los dos modelos EE UU, posiblemente habría sido el ganador en esta liza. Dejando a un lado este borrón del programa FACA, por lo demás, es justo reconocer que las evaluaciones de los aviones finalistas se han llevado a cabo con la suficiente exhaustividad y rigurosidad técnica, que permite hablar de un alto índice de fiabilidad en los resultados obtenidos.

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Es evidente que, entre el F-16 y el F-18 A, el más idóneo para los requerimientos del programa era el segundo, entre otros motivos, por su mayor fiabilidad mecánica y estructural, radio medio de acción y capacidad de armamento.

Es, sin duda, un buen avión, pero, no obstante, prevalece el carácter de defensa aérea, siendo secundario su papel como aparato de ataque táctico y apoyo, características estas que ya las tiene el Mirage F- 1, mientras que el Tomado, al mismo tiempo que no tiene posible rival como avión de gran capacidad de penetración a baja cota y elevada velocidad, también es apto para la defensa aérea. Es cierto que este no es su punto fuerte, pero precisamente por sus grandes cualidades como avión de ataque es el complemento más adecuado para nuestros Mirage F-1.

Demos a continuación unos datos sobre dos aparatos, que pondrán de manifiesto la conveniencia de la opción europea del Tornado. F-18 A Hornet. Fabricado por la McDonnell Douglas. Cazabombardero monoplaza, embargado, operable también desde tierra. Entrará en servicio a lo largo de 1983. Peso máximo de 22.700 kilos. Lleva dos turborreactores de doble flujo de 7.250 kilos de empuje cada uno. La velocidad máxima a alta cota es de 1,8 mach (1.915 kilómetros por hora). Techo máximo operativo de 18.000 metros. Radio medio de acción de unos 2.000 kílómetros. Está armado con un cañón revólver M-61 A-1 de 20 milímetros. La carga máxima de armamento bajo las alas es de 6.500 kilos, y su precio ronda los 21,5 millones de dólares. Los usuarios serán Australia y Canadá. La Marina de EE UU ha solicitado 1.370 unidades, para operar preferentemente desde portaviones, complementando al F-14 Tomcat.

Un consorcio trinacional

Panavia Tornado. Fabricado por el consorcio trinacional europeo Panavia, integrado por el Reino Unido, Alemania Federal e Italia.

Entró en servicio en 1978. Se le puede considerar como un avion cuasi-polivalente, biplaza, con alas de geometría variable en delta o en flecha. El peso máximo se cifra en unos 25.000 kilos. Lleva dos turbofans intensifica dos de 7.256 kilos cada uno. La velocidad máxima a alta cota es de alrededor de 2 mach (2.150 kilómetros por hora). El techo máximo operativo es de 15.000 metros. Tiene dos cañones Mauser de veintisiete milímetros y una capacidad de carga bélica bajo las alas de 9.000 kilos, repartidos en ocho anclajes. El radio medio de acción es de unos 2.500 kilómetros.

Las ventajas que presenta sobre el Hornet son: inigualable capacidad de penetración a baja cota y alta velocidad, del orden de 1.482 kilómetros por hora, lo cual es inalcanzable para el Avispon; sofisticadísima electrónica que supera en algunos aspectos a la del modelo EE UU; mayor capacidad de armamento y radio medio de acción, así como velocidad a alta cota. En resuumidas cuentas, se le puede considerar como un ingenio volante.

El único inconveniente grave que presenta es que su precio es más elevado que el del anterior lo que podría ser paliado estudiando las posibilidades de entrar a formar parte del consorcio Panavia, en calidad de socio, con vistas a la cofabricación en nuestro país. Existen dos versiones del Tornado, la básica, IDS, y la versión ADV, concebida preferentemente para misiones de defensa aérea, dado que las principales virtudes de este reactor se dan en el campo del ataque táctico.

Conclusión

Debido a razones de índole práctica (no del todo justificables) y de premura de tiempo, ya que el F-18 A ya ha sido evaluado, además de ciertas presiones del Gobierno norteamericano, el Hornet es el que cuenta con todas o casi todas las cartas para ser el avión FACA, siendo el Tornado, paradójicamente, el más adecuado para el programa FACA. Si, efectivamente, se compran los 84 Avispon, entonces el Mando Aéreo de Combate (MACON) se verá notablemente fortalecido, ya que contará con dos modelos de aviones, el F-1 y el F-18 A, que son preferentemente de carácter interceptor o defensa aérea, pues no en vano el Hornet, hay que afirmar rotundamente, no es un avión de ataque.

Por el contrario, el Mando Aéreo Táctico (MATAC), sufrirá una importante merma en su potencial, al ser retirados los F-5 A y B, que si bien parcial y limitadamente, cubrían esta parcela. Las soluciones para remediar esta situación pueden ser las siguientes: primera, y ante todo, la elección del Tornado, por ser mucho más versátil, por las razones ya apuntadas. Es el único que puede complementar al Mirage F-1, destinándose preferentemente al ataque táctico.

La segunda sería la de desarrollar una versión potenciada del reactor español C-101 CASA (EA-25 MIRLO), subsónico de entrenamiento avanzado, cuya versión, con un motor más potente, más armamento y equipo electrónico, lleva a cabo la función de ataque táctico y apoyo. Este proyecto parece que está in mente del Ejército del Aire denominándose esta versión ET (entrenador de tiro). La tercera solución es la de reducir el número de los 84 Hornet a 48 unidades, adquiriendo al mismo tiempo verdaderos aviones, de ataque táctico, en número aproximado a cien unidades, que podrían ser los franceses Super Etendard o los franco-británicos Specat Jaguar International, ambos modelos de acreditada solvencia como aviones tácticos de ataque. El montante total de esta operación sería similar al total ahora previsto para la compra de los E- 18 A.

Ha llegado la hora de tomar la decisión final. El nuevo ejecutivo, tendrá que "hilar muy fino" en el camino a seguir en este escándalo, y sólo él tiene que tomar la decisión, sin presiones externas de ningún tipo. En cualquier caso habría que recordarle al Gobierno socialista que esta cuantiosa inversión será, en definitiva, sufragada por todos los españoles, por lo que estamos legitimados para pedirle que haga la elección acertada, conforme a los intereses de la defensa de España, y parece que por el camino que discurre este asunto, con la prevista compra de los Avispones, se va a equivocar, desgraciadamente.

Enrique Bernabé Romero es licenciado en Derecho.

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