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Sin localizar el Phantom desaparecido en Las Bárdenas

Continúa sin ser localizado el Phantom norteamericano que desapareció, hace dos días, cuando realizaba entrenamientos de bombardeo en el polígono de tiro de Las Bárdenas Reales. Durante los dos días no ha cesado la búsqueda del aparato por medio de helicópteros y rastreo a pie a cargo de la Guardia Civil y de las fuerzas aéreas norteamericanas, y ya se ha perdido la esperanza de encontrar con vida a los dos tripulantes. Los trabajos de localización se centraron ayer fundamentalmente en el área del Moncayo, pero dada la orografía del lugar y las condiciones meteorológicas, a última hora de la tarde el aparato seguía sin ser encontrado.Este es el accidente número trece que se registra en Las Bárdenas desde el año 1968. Aunque el polígono comenzó a funcionar de forma conjunta para las prácticas de españoles y norteamericanos aproximadamente a comienzos de la década de los sesenta, puede decirse que desde 1968 se ha registrado un accidente por año. Las fechas negras en este sentido fueron los años 1968, 1969, 1970, 1972, 1973, 1977 y 1979, a razón de uno o dos por año. En casi todos ellos hubo un balance mínimo de un muerto y se vieron implicados un total de catorce aparatos de distinto tipo. Varias veces los aviones se estrellaron en las cercanías de núcleos urbanos. El más grave fue en 1972, cuando en pleno vuelo colisionaron dos aviones sobre el límite territorial de Aragón y Navarra. Los restos cayeron sobre casas habitadas y causaron cuatro muertos.

Y el más espectacular, el anterior al actual, en agosto de 1979. En él, el piloto español que tripulaba un Mirage 3 resultó ileso cuando su avión hizo explosión al tocar tierra en el territorio aragonés de Ejea de los Caballeros. Este accidente se produjo cuando los medios informativos de Aragón y Navarra fueron invitados para comprobar la ausencia de peligro en este tipo de entrenamientos.

Por otro lado, en mayo de 1979, se desprendió una bomba sobre el camping de La Sotonera desde un avión americano que realizaba sus prácticas habituales. Estaba cargado con munición inerte y no causó ninguna víctima, pero sí el natural sobresalto entre los ocupantes del camping. Un mes más tarde, un pastor de la localidad de Drasobares (Zaragoza), encontró otra bomba descargada.

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