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La ofensiva terrorista

ETA declara vigente su tregua, reivindica el atentado de Barajas y mantiene su amenaza

Diez días después de hacer estallar una furgoneta cargada de explosivos en la terminal 4 del aeropuerto de Barajas, la organización terrorista ETA reivindicó ayer con un comunicado remitido al diario Gara el atentado que ha supuesto la ruptura del alto el fuego permanente que la propia banda declaró el pasado 22 de marzo.

La banda culpa al Gobierno y al PSOE de la "grave situación" por poner como tope al proceso la Constitución y la legalidad
"El objetivo de esa acción armada no era causar víctimas", aseguran en el comunicado de los terroristas
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La organización terrorista dice en el texto que el alto el fuego permanente anunciado "continúa vigente" y resalta su voluntad de "fortalecerlo e impulsarlo". Pero deja meridianamente claro cómo entiende la permanencia de ese alto el fuego: no dudará en "responder a las agresiones contra Euskal Herria". Es el mismo aviso que ya apuntó en su comunicado del 18 de agosto de 2006, en el que ya advirtió de que si continuaban la "represión" y los ataques de los Estados español y francés, "ETA responderá".

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La traducción de esa respuesta llegó en forma de furgoneta bomba el pasado 30 de enero en la T-4 de Barajas, atentado que causó la muerte a dos ciudadanos ecuatorianos, las primeras víctimas mortales de la organización terrorista desde mayo de 2003, cuando asesinó con una bomba lapa a dos policías en Sangüesa (Navarra).

ETA añade en su comunicado que su intención al poner los centenares de kilos de explosivos en la furgoneta aparcada en la terminal 4 del aeropuerto, donde aún prosiguen las tareas de desescombro, no era causar muertos. "El objetivo de esa acción armada no era causar víctimas", asegura en el texto. Y, lejos de realizar alguna autocrítica por las muertes causadas con el estallido de la enorme carga explosiva, colocada en la terminal de un gran aeropuerto en una fecha punta, los terroristas vuelven a descargarse de toda culpa. Incluso aducen que no se desalojara el aparcamiento a pesar de las tres llamadas realizadas antes de la explosión.

Los límites políticos

ETA responsabiliza al Gobierno español y al PSOE de la "grave situación actual" porque, a su juicio, han estado "poniendo obstáculos sin cesar al proceso democrático" que la banda pretendía facilitar con su declaración de marzo del cese de su actividad terrorista. "En lugar de acordar las bases de un nuevo marco político que traiga la superación del conflicto y que reconozca los derechos de Euskal Herria, han establecido como tope del proceso los límites de la Constitución española y de la legalidad". Y así, añade, "no podrán construir un proceso de paz, manteniendo los límites políticos que han generado el conflicto".

Y vuelve a recordar, como ya hiciera en sus últimos comunicados y zutabes (boletín interno de ETA) desde junio pasado, que el Ejecutivo que preside Zapatero sigue sin cumplir los "compromisos", siempre negados por el Ejecutivo central, acordados supuestamente entre ambas partes para alumbrar el alto el fuego.

En su reparto de responsabilidades y de críticas, ETA censura también al "PNV de [Josu Jon] Imaz", en alusión al presidente del PNV, porque a su juicio "ha actuado contra la izquierda abertzale, alimentando la línea del Gobierno español". Con estas críticas, la dirección etarra cuestiona al sector oficial peneuvista que representa Imaz y que ha sido uno de los valedores del proceso durante estos nueves meses y que ha apoyado sin fisuras a Zapatero.

Los terroristas piden a las fuerzas democráticas que "dejen a un lado al PP-UPN" y se atrevan "a realizar la segunda reforma del Estado español" para que sea posible un nuevo marco en Euskadi basado en la autodeterminación y la territorialidad.

ETA dice que el alto el fuego sigue vigente y se reafirma en los objetivos expresados en la declaración del 22 de marzo, en la que mostraba su disposición a "impulsar un proceso democrático en Euskal Herria para construir un nuevo marco en el que sean reconocidos los derechos que como pueblo" corresponden al País Vasco "y asegurando de cara al futuro la posibilidad de desarrollo de todas las opciones políticas".

En ese sentido, el primer comunicado tras el brutal atentado en Madrid hace un pronóstico de por dónde se podría avanzar para lograr el desarrollo de ese "proceso democrático" al que siempre se han referido ETA y los máximos líderes de Batasuna en estos meses de parón terrorista. "Se llegará [al proceso democrático] a través de un acuerdo político que recoja los derechos y mínimos democráticos que se le deben a Euskal Herria". Se trata de una alusión a las bases de la mesa de partidos que ha quedado completamente aparcada por sus dos principales protagonistas, el PSE y el PNV, mientras no haya "signos inequívocos" por parte de ETA de que renuncia a la violencia para obtener logros políticos. El comunicado emplaza a no repetir "formulas policiales y políticas fracasadas y sin salida", en referencia al empleo de la vía policial y judicial contra la propia ETA y la izquierda abertzale en su conjunto.

El comunicado declara vigente el alto el fuego, cuando ha habido un atentado mortal, pero deja abierta la puerta a nuevos actos terroristas. Y reitera un aviso que todos los analistas policiales antiterroristas interpretan como un salto hacia adelante en su actividad de terror, análisis apoyado en las intenciones del último comando que tuvo que huir de Vizcaya. "En la medida en que persista la situación de agresión contra Euskal Herria, ETA tendrá toda la firme determinación para responder", tal y como anunció en el comunicado del pasado agosto.

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, ayer durante una de sus comparecencias ante la prensa.
El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, ayer durante una de sus comparecencias ante la prensa.CLAUDIO ÁLVAREZ

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