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España y Arabia Saudí juntan 4.000 millones para invertir en energía e infraestructuras

España y Arabia Saudí darán hoy un paso decidido para elevar sus relaciones económicas al nivel de las personales entre sus líderes. El rey Juan Carlos y el rey Abdalá, que realiza su primera visita oficial a España, la primera también de un monarca saudí en 25 años, presidirán el lanzamiento de un fondo de inversión dotado con 5.000 millones de dólares (unos 4.125 millones de euros) de capital íntegramente privado para realizar proyectos conjuntos de desarrollo de infraestructuras, de la industria energética, de nuevas tecnologías y de la industria de Defensa principalmente en Arabia Saudí, Oriente Próximo y Norte de África.

El fondo, cuya creación fue acordada durante la visita que los Reyes hicieron a Riad en abril de 2006, tiene financiación de los dos países, aunque mayoritariamente saudí, y está llamado a revolucionar unas relaciones económicas centradas hasta ahora casi exclusivamente en las importaciones españolas de petróleo, con una tasa de cobertura de apenas el 22% y un déficit comercial próximo a los 2.000 millones de euros.

La afluencia de liquidez refuerza el atractivo para las empresas españolas de un mercado que crece con los precios del crudo. Eads Casa, Isolux, Mapfre, Navantia, Santa Bárbara, Ferrovial, Unión Fenosa, Winterthur y Técnicas Reunidas son algunas de las empresas que han confirmado su presencia en el lanzamiento del Fondo Hispano-Saudí de Infraestructuras. CAF, Repsol-YPF, Cepsa y los dos grandes bancos, SCH y BBVA, sigue también de cerca el proyecto.

La gestión del fondo, similar al creado para otras zonas de América Latina o Europa del Este, ha sido encomendada a Moragan Stanley, Cheyne Capital y Arox Capital, según informa Europa Press.

Don Juan Carlos destacó este proyecto en el discurso que pronunció en la cena de gala que ofreció anoche en el Palacio Real al soberano saudí, un acto durante el que el Monarca español impuso a su huésped el Toisón de Oro, máxima condecoración que otorga la Corona española.

El Rey mencionó, además, los tres grandes retos que conforman la agenda internacional hispano-saudí: la crisis de Oriente Próximo, el terrorismo y el diálogo entre culturas.

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El rey Abdalá ha retomado la iniciativa saudí que en 2002 ofreció pleno reconocimiento a Israel a cambio de su retirada a las fronteras anteriores a 1967, con el objetivo de potenciar el protagonismo diplomático de Riad en la zona. Las posiciones española y saudí sobre este conflicto coinciden básicamente, aunque, en los últimos tiempos, la potencia del Golfo seguía defendiendo el diálogo y la cooperación con el Gobierno palestino de Hamás, mientras España seguía la línea europea de mantener a esa fuerza en cuarentena.

En la lucha contra el terrorismo, los dos Gobiernos afirman que su cooperación es muy fructífera, aunque la financiación saudí de actividades islámicas en España está siempre en el centro de atención de la policía.

El rey Abdalá ha apoyado expresamente la Alianza de Civilizaciones, como medio para combatir un terrorismo que, según subraya Riad, tiene sus raíces en la miseria y la injusticia política. Arabia Saudí arrastra un pésimo currículo en materia de derechos humanos elementales, como la situación de la mujer o el derecho a la vida.

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