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La manifestación contra la política educativa del Gobierno

Cientos de miles de personas protestaron ayer en Madrid contra la política educativa del Gobierno

Cientos de miles de personas -250.000 según el Gobierno Civil, 400.000 según estimaciones policiales y 1.200.000 según los organizadores- participaron ayer en Madrid en la manifestación que, convocada por la Confederación Católica de Padres (Concapa) para protestar contra la política educativa del Gobierno y en favor del pacto social, se desarrolló sin incidentes. Al frente de los manifestantes, que recorrieron un trayecto de unos cuatro kilómetros, figuraban los dirigentes de la Concapa y de las patronales de la enseñanza privada, entre ellos varios sacerdotes, alguno de ellos perteneciente al Opus Dei.

En lugares menos destacados figuraban dirigentes políticos conservadores, como Manuel Fraga, Alfonso Osorio, Óscar Alzaga y Jorge Verstrynge; ex ministros del régimen anterior, como Laureano López Rodó y Antonio Carro, y el presidente de la Xunta de Galicia, Gerardo Fernández Albor.La manifestación estaba encabezada por una gran pancarta con la frase Por la libertad de enseñanza para todos y por el pacto escolar, que era llevada por unas 30 personas, en el centro de las cuales estaba la presidenta de la Concapa, Carmen Alvear, acompañada del sacerdote Ángel Martínez Fuertes, presidente de la Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE); el agustino Santiago Martín, secretario general de la Federación Española de Religiosos de la Enseñanza (FERE), y Francisco Virseda, secretario general de la Federación de Sindicatos Independientes de la Enseñanza (FSIE). También figuraban en cabeza otros dirigentes de la Concapa y algunos sacerdotes, entre ellos Francisco García Labrado, miembro del Opus Dei, quien afirmó que estaba allí "a título personal".

A partir de las 10.30 horas comenzaron a concentrarse en la plaza de Colón numerosos grupos de personas para participar en la protesta, a pesar de que el inicio de la marcha estaba previsto para mediodía. Pasadas las 11.30, llegó a la zona el presidente de Alianza Popular, Manuel Fraga, que fue recibido con gritos de "¡Fraga, Fraga, Fraga!".

En la plaza de Colón y en las calles adyacentes, los grupos de manifestantes, llegados desde todas las provincias españolas, comenzaron a desplegar las pancartas que habían traído, muchas de ellas firmadas por colegios determinados o simplemente con el nombre de la provincia.

La mayoría de los grupos que se habían desplazado a Madrid para asistir a la concentración estaban distribuidos por colegios y dirigidos por religiosos y religiosas de diferentes órdenes eclesiásticas, habían llegado en autobús la noche anterior o durante la mañana de ayer. Se estima en 180.000, según los organizadores, las personas llegadas a Madrid en 3.000 autobuses para participar en la protesta. En las pancartas se repetían las llamadas a la libertad de enseñanza y al pacto escolar, aunque en algún caso, corno en una que llevaban varias jóvenes que la traían desde Cáceres, se decía, por error, Por la libertad de enseñanza y el pacto social.

Pancartas de rechazo

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También había otras pancartas con textos como Lode no buena para Boy, Tarzán saber, No queremos hijos robots; En nuestra pitufiescuela la dictadura no cuela; ¿Socialismo en libertad? No podéis engañamos; Ministro, engañas al pueblo; Ministro, mientes; Ministro, dimite. La mayoría de los manifestantes llevaba pañuelos o cintas de color naranja.

A las 11.52, momento en que caía sobre la zona una fina lluvia, el servicio de megafonía instalado por la organización comenzó a difundir las palabras del papa Juan Pablo II referidas a la libertad de enseñanza, pronunciadas durante la visita que realizó a España a finales de 1982. Minutos más tarde se inició la marcha en silencio. Por delante de la cabeza de la manifestación, miembros del servicio de orden -integrado por unas 4.000 personas, en su mayoría chicos y chicas de 15 a 18 años de edad- invitaron a retirarse de la zona a jóvenes aislados que habían acudido con boinas o uniformes paramilitares, así como con camisas azules de Falange Española. Igualmente prohibieron la exhibición de banderas nacionales.

Carmen Alvear, siempre sonriente durante el recorrido, saludó continuamente con la mano levantada, haciendo la señal de la victoria, a los grupos de personas que desde las aceras le dedicaban gritos como "valiente", "estamos contigo", "Carmen, Carmen" o, en algunos casos, "Viva España".

A través del servicio de megafonía se repitieron frases como "Duro es soportar la lluvia, pero más duro es que no nos dejen elegir el sistema de educación para nuestros hijos"; "Escuela única es igual a sindicato único, a Prensa única, a partido único, y todo ello es igual a dictadura"; "Nos han preguntado por los obispos, y la respuesta es que esto es una manifestación, no una procesión; "Un pueblo que no reacciona cuando le recortan sus libertades es un pueblo enfermo"; y "Si no nos hacen caso, volveremos".

Único incidente

El único incidente de importancia registrado durante la marcha se produjo en la confluencia de la calle de Raimundo Fernández Villaverde y el paseo de la Castellana. Una decena de personas, al menos dos de ellas con camisas de Falange Española, habían colocado en el puente de Raimundo Fernández Villaverde una pancarta firmada por el Movinúento de Liberación Nacional (MLN) con el siguiente texto: "La Constitución que votásteis permite la LODE. ¿De qué os quejáis?". En la pancarta también figuraba un anagrarna utilizado con profusión por el anterior régimen.

Miembros del servicio de orden pugnaron por retirar esa pancarta antes de que accediera al lugar la cabeza de la manifestación, pero se lo impidieron con empujones quienes la habían colocado.

Los organizadores de la protesta, con excepción, entre otros, de Carmen Alvear, increparon a los de la pancarta con gritos de "fuera fuera", mientras alguno de los que trataban de evitar que fuera arrancada dedicaban gestos obscenos a los manifestantes, hasta que finalmente fue retirada la pancarta.

A las 13.35, la cabeza de la manifestación llegó a la plaza de Lima cuando varios miles de personas aún no habían iniciado el recorrido desde la plaza de Colón y permanecían en las calles adyacentes. Desde un estrado instalado en el lateral derecho de la plaza de Lima, Carmen Alvear leyó un manifiesto dirigido al presidente del Gobierno. Durante la intervención de Alvear, los mayores signos de desaprobación por parte de los presentes estuvieron dedicados a TVE -Alvear la acusó de "sectarismo antidemocrático"-, al ministro de Educación -los manifestantes, con el dedo pulgar hacia abajo, pidieron su dimisión- y al presidente del Gobierno, las referencias al mismo fueron coreadas con gritos (le "Uhhh" y "Fuera, fuera".

Tras la lectura del manifiesto, Alvear invitó a los reunidos a que, con las manos enlazadas y en alto, escucharan un fragmento de la zarzuela Los Gavilanes difundido a través del sisterria de megafonía, pero la iniciativa fue seguida por escasas personas, y rápidamente, a las 14,30 horas, los manifestantes comenzaron el desalojo de la zona.

Debido a que muchos padres acudieron a la manifestación con niños, los organizadores de la concentración habían previsto una serie de servicios ante la previsión de que algunos niños pudieran perderse en el recorrido. Sobre todo al término de la protesta, el servicio de megafonía repitió continuamente más de una decena de nombres de niños perdídos y recogidos por el servicio de orden. "Los estamos cuidando como si fueran nuestros ( ... ). Pueden pasar a recogerlos porque si no vamos a acumular demasiados".

A lo largo de la marcha, y especialmente al término de la misma, numerosos manifestantes dedicaron críticas a los periodistas, fácilmente identificables por las acreditaciones que portaban.

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