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Dimite el principal asesor de Interior en asuntos antiterroristas y enlace con la policía francesa

El comisario Fernando Mariscal, principal asesor para asuntos de terrorismo del viceministro de Seguridad, Ricardo Martí Fluxà, ha presentado su dimisión, aunque aún permanece en el cargo a la espera de su relevo. La sucesión de Mariscal, único superviviente en Interior de la etapa del socialista Juan Alberto Belloch, puede desatar una guerra soterrada entre el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil por colocar a uno de los suyos en este importante puesto. No en vano, el cargo conlleva la condición de enlace oficial con los servicios antiterroristas franceses para la lucha contra ETA.

Fernando Mariscal Carchenilla, de 44 años, fichado por la viceministra Margarita Robles a finales del año 1994 como miembro de la Unidad de Apoyo para asuntos de terrorismo, ha pedido la baja en el puesto, según fuentes policiales. Martí Fluxà intenta convencerle de que continúe en el Ministerio del Interior. El comisario Mariscal se convirtió en 1995 en el enlace permanente con Francia para coordinar la cooperación en la lucha antiterrorista hispano-francesa. Por el lado francés fue designado el comisario Patrick Riou.

Pese a la victoria electoral del PP en 1996 y la consiguiente salida de Belloch del Ministerio del Interior, el comisario Mariscal fue uno de los pocos altos cargos de confianza del anterior equipo que fue repescado por el nuevo ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja.

Mariscal, antiguo jefe del grupo de la Brigada Central Operativa encargado de perseguir a los etarras que actuaban en Guipúzcoa, es un especialista en lucha antiterrorista. El secretario de Estado de Seguridad tiene plena confianza en este comisario, que en la práctica es su mano derecha en asuntos de terrorismo.

Según medios policiales, en la decisión de Mariscal ha pesado el hecho de que la Guardia Civil no actúe coordinadamente con los demás servicios antiterroristas ni informe con antelación sobre las operaciones anti-ETA que tiene en marcha. Fuentes de Interior, sin embargo, replican que la marcha del comisario "es un asunto personal", posiblemente motivado por el cansancio que conlleva el cargo.

"Comando Andalucía"

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En medios policiales hay malestar desde la operación de la Guardia Civil que hace un mes se saldó con la detención en Sevilla de tres miembros liberados [a sueldo] del comando Andalucía de ETA, además de dos franceses que actuaban como correos de la organización para el transporte de armas y explosivos. La redada ya originó entonces malestar en la policía, debido a que este cuerpo fue obligado por Interior a que entregara a la Guardia Civil a los dos franceses, a los que detuvo en una gasolinera de Alcalá de Guadaira tras recibir una llamada de un ciudadano al que le infundieron sospechas. Un importante sector de la policía antiterrorista tiene la sensación de estar marginado por el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, aunque ningún alto cargo de este cuerpo ha hecho públicas estas quejas.

"Interior estaba y está en manos de la Guardia Civil", afirma José Manuel Sánchez Fornet, secretario general del Sindicato Unificado de Policía (SUP). "La Guardia Civil monta sus operativos y no hay nadie que los controle. Es como si hubiera un ministerio dentro de otro ministerio", agrega.

"El secretario de Estado de Seguridad no debería ceder a las presiones de quienes pretenden militarizar los servicios antiterroristas, marginando a los servicios de Información de la policía", se queja Federico Ferrer, dirigente de la Unión Federal de Policía (UFP). "Los presuntos éxitos de la Guardia Civil contra ETA se deben a que la información facilitada por otros servicios extranjeros es entregada a ese instituto armado y no al Cuerpo Nacional de Policía", dice.

Ferrer considera que el viceministro Ricardo Martí Fluxà, responsable directo de las fuerzas de seguridad del Estado, tiene que controlar más de cerca a la Guardia Civil.

Fuentes del Ministerio del Interior rehusaron ayer hacer ni el más mínimo comentario a las críticas procedentes del Cuerpo Nacional de Policía. Únicamente confirmaron que Mariscal, pese a que cuenta con la confianza de secretario de Estado, viene expresando desde hace tiempo su deseo de ser relevado "por motivos personales".

La marcha del comisario Fernando Mariscal, si finalmente el secretario de Estado Martí Fluxà no consigue convencerle para que continúe en el cargo, puede suscitar una nueva pugna entre la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía.

Este último cuerpo desea que el puesto siga ocupado por un comisario, barajándose ya entre los posibles candidatos al jefe de la plantilla de San Sebastián, Fernando Sáinz Merino. Pero en medios policiales se considera que la Guardia Civil intentará colocar a uno de sus miembros en la Secretaría de Estado de Seguridad, donde desde hace un año hay un comandante como director del Gabinete de Coordinación.

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