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Amigos y familiares esperaron en Almenara (Castelló) a María Jesús Dasca

Desde la nueve de la noche del viernes hasta las tres de la madrugada del sábado estuvieron en los alrededores de la casa de María Jesús Dasca, militante del FRAP condenada a muerte en El Goloso y puesta en libertad el sábado pasado, varios centenares de amigos y vecinos de Almenara (Castellón), así como militantes de los partidos de izquierda. « No puedo explicarle cómo fue la llegada por la emoción -nos comenta su madre, Carmina Penelas- Desde las nueve esperaban todos rendidos y cansados.» La fachada de la casa está cubierta de carteles y su interior lleno de flores. «Bienvenida a casa, tus hermanos», dice uno de los ramos. María Jesús tiene una hermana y tres hermanos.La madre recuerda el primer encuentro con su hija, que ayer se encontraba en Figueras (Gerona), donde su marido cumple el servicio militar. «A las tres menos cuarto vimos subir por la escalera del restaurante a nuestra hija. Yo no puedo llorar¿sabe? Grito y así me desahogo. Todos estaban llorando y teníamos una alegría que no se puede describir.» Una hora antes habían optado por sentarse ante la salida de la prisión, ante unas casas donde daba el sol. « Haremos como Xirinachs, ese señor que ha sido diputado por Barcelona», dijeron con buen humor.

Vicente Dasca, padre de la indultada, tiene 64 años, y trabajaba de comprador de naranjas. Su esposa atiende las labores de la casa. «María Jesús es un pedazo de pan -sigue diciendo- Es muy buena. No digo que no sienta la política. Cada uno tenemos un sentimiento.»

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