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García Trevijano convierte en un mitin republicano la presentación de su libro

José Antonio García Trevijano, notario, de 67 años, asesor del dictador guineano Francisco Macías a finales de los años sesenta y miembro de la Junta Democrática antifranquista una década después, protagonizó ayer en Madrid un acto calificado por él mismo de "solemne" e "histórica ruptura del tabú" sobre la instauración de la República en España. En la presentación de su libro El discurso de la República, que por momentos se convirtió en un mitin republicano, aprovechó para afirmar que "en España no existe ni libertad política ni democracia" y que la monarquía parlamentaria "encubre una oligocracia política en la que es imposible controlar a los gobernantes".

Pocos minutos antes había actuado como presentador suyo y de su libro Luis María Ansón, director de ABC y monárquico ejerciente, así como los directores de Diario 16, José Luis Gutiérrez, y El Mundo, Pedro J. Ramírez. García Trevijano se dirigiría después a ellos y al auditorio para decir que "la prensa libre y los universitarios son las fuentes de energía" para luchar por la libertad política y la República que él defiende.García Trevijano convirtió su intervención pública en un mitin que en algunos momentos llegó a la soflama. Abandonó de improviso la mesa en la que estaban sus invitados, se subió a un estrado para que le "vieran bien" las seicientas personas -entre ellas el presidente de CC OO, Marcelino Camacho y los periodistas Antonio Herrero y José Luis Balbín- que acudieron al paraninfo de la Universidad Complutense, y prorrumpió: "Esta es la solemne puesta de largo del disentimiento político en el espeso tejido medieval del consenso. Esta es la trascendencia histórica de este acto: estamos destruyendo el más terrible tabú contra la libertad de pensamiento de los españoles".

García Trevijano admitió que a la democracia a la que él se refiere se podría llegar no sólo por una vía republicana sino también a través de una monarquía, si ésta fuera presidencialista. Es decir, que el jefe del Gobierno fuera elegido directamente y tuviera un número limitado de mandatos.

Pero dejó claro que, en todo caso, la democracia que él reclama no toleraría que "los partidos actuales siguieran en la corrupción actual". Fue tal la identificación entre partidos y corrupción que quedó en el aire la duda de si imagina partidos no corrompidos y si en la democracia a la que aspira tendrían cabida los actuales partidos.

En su libro aparece alguna invocación a "coger la escopeta y liarse a tiros" (página 144) y a la advertencia de que el fracaso de las vías reformistas abriría "el campo de operaciones a los cirujanos de hierro" (página 213).

Según García Trevijano, en España existe "una clase política aislada y organizada como sindicato del poder" y "una clase gobernante incompetente", aunque quizá un día haya que agradecer la recuperación de la libertad "a la corrupción y a la imbecilidad de los que nos gobiernan".

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