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GIL, EN PRISIÓN

El GIL concentra unas 10.000 personas en las calles de Marbella en apoyo al alcalde preso

Los partidarios de Jesús Gil no se quedaron quietos tras el encarcelamiento del alcalde de Marbella. Ayer, desde primera hora la radio y la televisión municipales empezaron a llamar a la movilización en apoyo al polémico regidor. El canal local incluyó incluso durante toda su programación una banda convocando a la concentración que por la tarde recorrió las calles céntricas. "Queremos a Gil fuera de Alhaurín", coreaban los manifestantes a las puertas del juzgado desde donde el día anterior el alcalde había salido rumbo a la prisión provincial de Alhaurín de la Torre.

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Según la Policía Nacional, la manifestación congregó a cerca de 10.000 personas. La Policía Local, en cambio, calculó los participantes en unos 20.000. Los vítores a Gil y los abucheos a la concejal socialista Isabel García Marcos -cuya denuncia fue el detonante de la causa en la que el juez Santiago Torres decretó el jueves su prisión incondicional- se repitieron durante las casi dos horas que duró la manifestación. "Marcos, dimite; el pueblo no te admite" o "Rubia, cochina, vete a la cocina", fueron algunas de las consignas que le dedicaron a la edil del PSOE, que en los últimos años ha ejercido un duro marcaje al gobierno del Grupo Independiente Liberal (GIL). Tampoco el juez Torres se salvó de la ira verbal: "Torres, vete, no queremos verte", "Jueces estrella, fuera de Marbella". Los manifestantes también dedicaron algunos insultos al diario Sur, cuya sede está en la Avenida Ricardo Soriano, por la que discurrió la marcha.

La manifestación evidenció que los partidarios de Gil en la localidad malagueña no son pocos. Por la tarde llegaron a Marbella autobuses procedentes del Campo de Gibraltar, Estepona, Ceuta y Melilla con acólitos del GIL. Esta formación dispondrá hoy varios autobuses para que quienes lo deseen acompañen a varios ediles de Marbella en la visita que harán a Gil en la cárcel.

Pero la sorpresa fue, sin duda, la presencia del exsubdelegado del Gobierno en la cabecera de la marcha. Jorge Cabezas aclaró que estaba allí a título personal: "Jesús Gil es un buen alcalde de Marbella y un buen amigo. Mi presencia no tiene contenido político, ni es una crítica a una decisión judicial. Mi apoyo es estrictamente personal a gente que aprecio. Como amigo deseo que se haga justicia, que se esclarezca finalmente todo y que Jesús Gil salga en libertad".

En la concentración no participaron los familiares del alcalde ni integrantes del Frente Atlético, cuya presencia se temía que calentara la movilización. Sí lo hicieron los hijos de Pedro Román, mano derecha de Gil hasta hace un par de meses y también encarcelado en la prisión de Alhaurín de la Torre. En la marcha participaron, además, Gunilla Von Bismarck, miembro de la jet marbellí, y el tenista Manolo Santana, capitán del equipo español.

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Los que sí quisieron desmarcarse del apoyo al polémico primer edil fueron los extranjeros. El presidente de la Asociación de Ciudadanos Europeos, Per Svenson, manifestó que el encarcelamiento permitirá que la Costa del Sol deje de asociarse con Gil y con su manera de tratar a los ayuntamientos como "celdas particulares", según declaró a la agencia Efe. Para Svenson, la entrada en la cárcel hará posible un cambio hacia "la claridad en el consistorio marbellí".

Por otra parte, en Madrid, el grupo Bastión, un sector ultra de aficionados del Atlético de Madrid imbricados en el llamado Frente Atlético -el conjunto de cerca de 3.000 socios más radicales del club-, puede estar tras la organización del ataque a la Federación Española de Fútbol para protestar por la prisión del que llaman su "führer", Jesús Gil y Gil, informa Diego Torres. Una firma que aludía a Bastión rubricaba dos leyendas escritas con aerosol y unos cristales destrozados en la fachada de la Federación, en la calle Alberto Bosch. "Gil es nuestro Führer. F.A. [Frente Atlético]" y "Gil libre, Justicia Rojiblanca, Bastión." Integrado por unos 20 hinchas violentos a los que la policía calificó de "delincuentes comunes", Bastión fue vinculado al asesinato del seguidor de la Real Sociedad, Aitor Zabaleta, el 8 de diciembre. Se ubican en el fondo sur del estadio y exhiben simbología nazi. "El ataque fue de madrugada", señaló una empleada de la federación, "porque dejamos el edificio a las once de la noche y la señora de la limpieza descubrió los daños a las 8 de la mañana".

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