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La liberación de Saturnino Orbegozo por la Guardia Civil se produjo en un momento crítico para su vida

La liberación de Saturnino Orbegozo se produjo en un momento extraordinariamente crítico para su vida, horas después tan sólo de que ETApm VIII Asamblea transmitiera a la familia su decisión de abandonar la negociación y de poner fin a la vida del industrial. Se tiene ahora el convencimiento de que la llamada anónima que alertó a la Guardia Civil fue decisiva para la vida de Orbegozo.

Las fuerzas de Seguridad del Estado, que han detenido al menos a cuatro miembros de ETApm VIII, buscan a una joven rubia que ha participado al parecer en la custodia del empresario guipuzcoano liberado el pasado jueves en Donamaría (Navarra). Los detenidos en el momento de la liberación del secuestrado por la Guardia Civil son Gregorio Manso Martija e Ignacio Odriozola Sustaeta, de 23 y 21 años, que permanecen incomunicados en la comandancia de la Guardia Civil de Pamplona.ETApm VIII comunió el miércoles a Juan Félix Eriz, el intermediario en el secuestro, que había ordenado la muerte de Saturnino Orbegozo y que la "ejecución" no podría ser suspendida después de las 23.00 horas de ese mismo día.

En la breve entrevista que mantuvieron con Félix Eriz y un miembro de ETApm VIII, apodado con el nombre de Joaquín, este último indicó que la familia Orbegozo debía plantear una nueva oferta económica antes del límite de las 23.00 horas si quería evitar la muerte del industrial. A las 22.00 horas del mismo día, el intermediario transmitió al portavoz de los secuestradores la última propuesta de la familia que fue igualmente rechazada a pesar de suponer un incremento considerable respecto a ofertas anteriores.

La familia Orbegozo se comprometía a pagar un total de 125 millones de pesetas en cuatro plazos: sesenta millones serían desembolsados en cuestión de horas; veinte en el plazo de noventa días a partir de la liberación; otros veinte a finales de 1983 y los veinticinco restantes antes de cumplirse el año 1984. El portavoz de los secuestradores se mostró inflexible, calificó de calderilla la propuesta de la familia Orbegozo y se remitió a la última cifra exigida por los secuestradores: doscientos millones de pesetas.

Estas informaciones permiten suponer que Saturnino Orbegozo podía haber sido ejecutado en las horas siguientes en que se produjo su liberación si bien cabe preguntarse si ETApm VIII estaba realmente dispuesta a cumplir sus amenazas o intentaba exclusivamente forzar la negociación. En la cronología del secuestro coinciden los momentos críticos en los que la negociación está rota con las manifestaciones populares que han impulsado los trabajadores de Esteban Orbegozo S.A., partidos políticos y sindicatos.

La familia Orbegozo reaccionó ante la amenaza apurando al máximo sus recursos económicos inmediatos elevando la cifra del rescate a 125 millones de pesetas, justamente el doble de su oferta anterior. Los familiares del industrial creyeron en la. amenaza de los secuestradores v en los últimos días vivieron atormentados con la imagen del cadáver del anciano empresario. La fortuna, propiciada por una llamada anónima efectuada a la Guardia Civil por un vecino de Donamaría, hizo posible la liberación de Saturnino Orbegozo.

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La presencia de unos jóvenes desconocidos que vivían desde hace semanas encerrados en e mencionado refugio y que curiosamente, no visitaban el pueblo de Donamaría, distante tan sólo me dio kilómetro, era comentada entre los habitantes de esta última localidad navarra. Algunos vecinos afirman ahora haber visto a un anciano con barba, cerca del refugio, días antes de la liberación del industrial.

Saturnino Orbegozo que ha perdido seis kilos de peso accedió el viernes a posar ante los fotógrafos de Prensa a la puerta de su casa en Urretxu (Guipúzcoa). No quiso hablar para evitar emocionarse pero exhibió la sonrisa con que le caracterizan sus amigos y conocidos.

El médico de la familia, José María Bengoa, reconoció el viernes nuevamente al empresario que ha tenido muchas dificultades para conciliar el sueño durante el cautiverio,

El doctor José María Bengoa opina que la recuperación física de Saturnino Orbegozo debe producirse en el breve espacio de dos se manas y que las únicas dolencias preocupantes son la arrítmia cardiaca y la bronquitis que ya padecía antes del secuestro.

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