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La crisis del Partido Popular

Gallardón reclama al PP que recupere el espacio de centro y aconfesional

El alcalde pide para Rajoy la misma libertad que tuvo Aznar para formar equipo

En pleno acoso y derribo de los duros del PP a Mariano Rajoy, Alberto Ruiz-Gallardón pidió ayer por la tarde a su partido que recupere el centro ideológico como camino ineludible a La Moncloa. Como "la única solución", dijo, para "romper con la limitación" de los únicos ocho años de Gobierno de los que ha disfrutado el PP. Un proyecto de futuro en el que, a diferencia de lo que sostiene la línea dura de su partido, "hay que invitar a los partidos nacionalistas".

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Lo dijo delante de Esperanza Aguirre, Ángel Acebes, Soraya Sáenz de Santa María, Manuel Fraga y del propio Rajoy en el almuerzo organizado por Abc y Deloitte. Fue un extenso discurso que sonó a hoja de ruta, casi a grandes propuestas de Estado lanzadas por un candidato a la presidencia y no por alguien, como recordó Gallardón, que estaba ratificando su "apoyo incondicional a Rajoy". Y esta vez lo hace, dijo, sin pedir nada a cambio y con la objetividad que otorga "apoyar a una persona cuyas decisiones no siempre han sido favorables" a él. Toca "diluir tensiones" en el partido.

"El centro no puede ser un paréntesis en la historia del PP", dijo Gallardón en referencia a la línea que les llevó a ganar en 1996 y 2000. "Si no, será muy difícil regresar al Gobierno". Y en ese centro, según el alcalde, el PP ha de ser "optimista, tolerante, independiente y aconfesional".

Tocó también en el turno de preguntas referirse a Aznar y a su velada llamada de atención a Rajoy cuando por la mañana el ex presidente habló de "confianza" y "principios", las palabras utilizadas por María San Gil. Gallardón también tomó prestado el verbo de otro y parafraseó a Manuel Fraga recordando aquella ocasión en que Aznar le pidió por carta que siguiera al frente del PP. El entonces presidente de la Xunta, recordó el regidor, rompió la misiva y lanzó lo de "¡Ni tutelas, ni tu tía!" para proporcionar a su heredero una sucesión generosa. Y eso, dio a entender ayer el alcalde, es lo que merece Rajoy de su antecesor. "Desde mi punto de vista", insistió, "tiene que tener plena libertad para formar su equipo". Y se equivocan las quinielas que sitúan al alcalde como secretario general de ese equipo, sostuvo Gallardón. "No soy el tapado". Pero en su tradicional ambigüedad, e interrogado sobre si aceptaría el cargo a propuesta de Rajoy, deslizó rápidamente que nunca ha "estado fuera de la colaboración" que le "ha pedido el presidente del partido".

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