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Gibraltar congela el Foro Tripartito y reivindica la soberanía de las aguas

El Peñón suspende las reuniones preparatorias de la cita ministerial de Madrid

El Foro de Diálogo Tripartito, el mecanismo lanzado en 2004 en Córdoba por el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, para ganarse la confianza de los gibraltareños tras décadas de recelo y hostilidad mutua, ha recibido un golpe mortal que puede ser definitivo. El ministro principal del Peñón, Peter Caruana, ha suspendido las reuniones técnicas previstas estas semanas en Algeciras y Madrid para abordar asuntos como la cooperación policial y la seguridad marítima. Fuentes diplomáticas admiten que si estas reuniones, para las que no hay nueva fecha, no tienen lugar, tampoco podrá llevarse a cabo el encuentro que los ministros de Exteriores español y británico, junto al propio Caruana, debían celebrar este otoño en la capital de España, por lo que el proceso entrará en punto muerto.

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Aunque inicialmente el Ministerio español de Asuntos Exteriores atribuyó a "razones técnicas" la suspensión de las reuniones e incluso aseguró que el aplazamiento se había decidido "de mutuo acuerdo", Covent Place -residencia del ministro principal del Peñón- ya ligó el miércoles por la noche su no celebración "a las dificultades surgidas en el Foro de Diálogo tras el último incidente entre la Guardia Civil y agentes de la Royal Gibraltar Police en aguas gibraltareñas".

El incidente al que aludía tuvo lugar el pasado 28 de septiembre, cuando una patrullera de la Guardia Civil, que perseguía a una embarcación sospechosa de contrabando, fue rodeada por lanchas de la Policía de Gibraltar en la bahía de Algeciras. El sospechoso, un vecino de San Roque (Cádiz), se entregó a los miembros del instituto armado y los policías gibraltareños exigieron que se les traspasara el detenido, a lo que la Guardia Civil se negó, al tratarse de un ciudadano español capturado en aguas españolas. Fue el último de un largo rosario de incidentes con el mismo telón de fondo: la negativa española a reconocer la soberanía británica sobre las aguas que rodean el Peñón, pues en el Tratado de Utrecht solo se cedieron las aguas interiores del puerto de la colonia.

Una suspensión política

Si existiera alguna duda de que la suspensión de las reuniones obedecía a razones políticas, Caruana la despejó ayer con una intervención en la televisión local en la que aseguró que la jurisdicción sobre las aguas es una "prioridad absoluta" para su Gobierno, "por encima de otras políticas, incluida la cooperación". Tras anunciar que ha pedido a Londres que adopte "acciones efectivas para defender la soberanía de Su Majestad" sobre las aguas, retó a Moratinos a llevar la disputa a la Corte Internacional de Justicia de La Haya.

"Si el señor Moratinos está convencido de que según la ley internacional las aguas que rodean a Gibraltar no son británicas, entonces no tiene nada que perder y todo que ganar", argumentó.

Moratinos, que ayer asistió en Bruselas a una reunión de la OTAN, aprovechó para abordar el asunto con su homólogo británico, Peter Hain. "Les puedo garantizar que el Foro de Diálogo Tripartito va a salir adelante sean cuales sean las afirmaciones del señor Caruana", dijo Moratinos a los periodistas. "La voluntad del Gobierno español es seguir adelante y también la de Reino Unido", agregó. "Lo que buscamos es poder discutir con un espíritu constructivo, como se ha hecho hasta ahora, para encontrar soluciones a los problemas prácticos que se plantean en el día a día", concluyó.

Lo cierto, según admiten fuentes diplomáticas, es que será imposible mantener vivo el Foro Tripartito si Caruana se niega en redondo; ya que lo que diferencia este mecanismo de diálogo de otros anteriores es precisamente que por vez primera vez se sientan los llanitos, en igualdad de condiciones con españoles y británicos. Las mismas fuentes agregan que Moratinos asumió un fuerte desgaste personal cuando en julio pasado aceptó visitar la colonia, pese a las durísimas críticas del PP, y se quejan de que Caruana haya antepuesto ahora sus intereses de partido. Y es que el Gobierno está convencido de que, más que en los repetidos incidentes en aguas del Peñón, donde hay que buscar la causa de la actitud de Caruana es en su caída de popularidad en las encuestas. Por eso es difícil que rectifique, salvo que Londres le obligue a ello.

Uno de los alicientes que tenía para Caruana el Foro, la firma de un acuerdo de intercambio de información fiscal, ha perdido interés después de que Gibraltar lograra salir de la lista de paraísos fiscales de la OCDE.

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