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Las consecuencias del ajuste económico

El Gobierno aprueba hoy la reforma laboral sin garantías para convalidarla

El Ejecutivo no logra ningún apoyo expreso tras reunirse con todos los grupos

De izquierda a derecha, Fernández Toxo, Duran Lleida y Cándido Méndez, ayer en el Congreso.
De izquierda a derecha, Fernández Toxo, Duran Lleida y Cándido Méndez, ayer en el Congreso.C. ÁLVAREZ

El Gobierno sigue pendiente de un hilo y hoy aprobará el decreto de reforma laboral sin haber recabado ningún apoyo expreso entre los grupos parlamentarios , es decir, sin garantías de poder reunir los votos suficientes el día 22 para convalidarlo.

Otra vez José Luis Rodríguez Zapatero llegará a una votación en una situación límite, contando diputados y a la espera de un gesto de algún partido que le aporte votos a última hora. Al menos esta era la impresión de ayer tras una primera ronda con todos los grupos . El decreto que se apruebe hoy entrará en vigor inmediatamente, a falta de su convalidación la próxima semana. Si no lograra ese día mayoría simple, el texto decaería y dejaría de estar en vigor, además, el Gobierno sufriría una derrota política de tal calibre que estaría en juego, de nuevo, el final abrupto de la legislatura. Si el Gobierno reúne mayoría simple el texto seguiría en vigor, pero se tramitaría como proyecto de ley y en ese proceso es en el que los grupos podrían introducir cambios y enmiendas. Se aprobaría en otoño, después de otro calvario de negociaciones.

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El Gobierno intentó en los últimos días tener ya un compromiso de los grupos proclives a la reforma, pero no lo consiguió. CiU, PNV, ERC y Coalición Canaria, con distinto nivel de rechazo, se reservan hasta el día 22 el sentido de su voto, pero ayer ya aclararon que, tal y como está el último texto que les presentó el Gobierno, no están de acuerdo con la reforma laboral.

El Ejecutivo anoche iba a afinar algunos preceptos sobre el decreto que hoy aprobará. Desde la izquierda, y de manera muy enfática ERC, se pide más precisión sobre el despido por causa de dificultades económicas de la empresa. Esta modalidad tiene una indemnización de 20 días por año trabajado. Ahora bien, la negociación firme y de calado empezará hoy, nada más aprobarse el decreto, y hasta la víspera de la convalidación.

Aunque ya no se podrá cambiar el texto, los grupos pedirán al Gobierno y al Grupo Socialista "un compromiso solemne" de que serán tenidas en cuenta sus consideraciones en la tramitación de la reforma como proyecto de ley. Si no es así, no apoyarán la convalidación. El Grupo Socialista no sabe aún con quien puede contar.

"Estamos reuniéndonos con todos los grupos para tener al final un cuadro con las posiciones de cada uno de ellos y saber a qué atenernos", reconoció ayer el portavoz socialista, José Antonio Alonso.

CiU es el único partido que por sí solo garantiza la convalidación del decreto y, por eso, su portavoz, Josep Antoni Duran Lleida, mantiene la cuerda de la negociación tensada al máximo. Tras reunirse con el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, Duran se remitió al día 22 para fijar su posición definitiva y dijo claramente que el texto del Gobierno "no puede ser aceptable" por CiU. Algo parecido dijo el portavoz del PNV, Josu Erkoreka, que aseguró que la decisión la tomará la ejecutiva de su partido la víspera de la convalidación. "Hasta que no conozcamos el decreto no tenemos una posición definitiva", dijo. Coalición Canaria también dará a conocer su opinión cuando conozca el decreto. Y también UPyD basará su voto en los contenidos.

ERC es quizás el partido que más abiertamente declara que quiere participar en una reforma "que han pedido todos los grupos políticos, aunque ninguno muestra su propuesta", afirma su portavoz, Joan Ridao, que ha entregado al Gobierno una propuesta completa con sus posiciones. "No somos cautivos ni de la patronal ni de los sindicatos, no vamos a hacer tactismo, nuestro voto será en función del contenido", aseguró antes de calificar de "estimables" algunas de las propuestas del Gobierno, e inasumibles otras.

La izquierda minoritaria no apoyará de ninguna manera el texto, al estimar que la reforma debe tener el apoyo de los sindicatos y no ser aprobada por decreto. ICV e IU enviaron ayer una carta de queja al ministro de Trabajo. "Ni el señor Corbacho ni el señor Zapatero se han dignado dirigirse a nosotros", lamentó el portavoz de ICV, Joan Herrera. El Grupo Socialista sabe que no podrá contar con ellos ni tampoco con el BNG y Nafarroa Bai.

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