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El Gobierno intensifica los contactos para lograr un pacto social en menos de 10 días

Crecen las diferencias con los sindicatos en pensiones y negociación colectiva

Lucía Abellán

Las reuniones para lograr un gran pacto social para salir de la crisis monopolizan las agendas de los líderes de la patronal y los sindicatos. Los secretarios generales de UGT, Cándido Méndez, y Comisiones Obreras, Ignacio Fernández Toxo, así como el presidente de la CEOE, Juan Rosell dedicarán toda la semana casi en exclusiva a negociar con el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez. De momento, la voluntad de alcanzar un acuerdo es indudable, pero las dificultades se acrecientan. A medida que se van concretando los detalles, especialmente en pensiones y en negociación colectiva, las partes constatan más sus diferencias. Así ocurrió en el encuentro que mantuvieron ayer durante unas cinco horas.

Rajoy asegura que apoyaría un acuerdo "razonable y sensato"

"Tenemos mucha voluntad, pero la punta del hilo del ovillo no la encontramos", resumía ayer una fuente de la negociación. Más allá de certificar esa falta de consenso, tanto el Gobierno como los sindicatos tienen poderosos motivos para emplearse a fondo en el acuerdo global. El PSOE teme un castigo de los electores de izquierdas en las elecciones autonómicas y municipales de mayo si su balance del diálogo social se limita a certificar la ruptura con los sindicatos, cuyos postulados coinciden en buena medida con los de su base social. Por eso le urge un pacto que mejore las perspectivas electorales. UGT y Comisiones Obreras también desean el acuerdo porque lo contrario los abocaría a otra huelga general de resultados más que inciertos, tras el resultado de la ya realizada el pasado septiembre.

Con ese diagnóstico y la premura de los plazos, las partes mantendrán reuniones todos los días de esta semana y probablemente también el fin de semana para intentar vislumbrar si el pacto es posible.

La próxima semana resultará crucial, pues el martes el pleno del Congreso votará el informe del Pacto de Toledo sobre pensiones y solo tres días después, el 28 de enero, el Consejo de Ministros aprobará el esbozo de la reforma. El Ejecutivo se fija como límite ese día para cualquier acuerdo.

Tan importante como la negociación con los agentes sociales será la que pretende incorporar al Parlamento a esta especie de Pacto de Estado para salir de la crisis. El Gobierno comenzó ayer oficialmente a pulsar los ánimos de los grupos políticos, aunque el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, ya ha mantenido contactos con todos ellos. De momento, los más proclives al acuerdo, tanto en pensiones como en el pacto ampliado, son PNV y CiU. Para convencer al Partido Popular harán falta armas más poderosas; por eso el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, aprovechó una conversación telefónica el pasado sábado con el líder del PP, Mariano Rajoy, para animarlo a incorporarse al consenso. Aunque fuentes del Ejecutivo aseguran desconocer las intenciones de Rajoy, este envió ayer una señal esperanzadora al afirmar en una entrevista a Radio Nacional que hay "posibilidades" de lograr un acuerdo si éste es "razonable y sensato".

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El ministro de Trabajo, Valeriano Gómez (izquierda), junto a Ignacio Fernández Toxo el pasado octubre.
El ministro de Trabajo, Valeriano Gómez (izquierda), junto a Ignacio Fernández Toxo el pasado octubre.EFE

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.
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