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El Gobierno ofrecerá al PP una reforma limitada de la Constitución

Los cambios se ciñen a la igualdad en el acceso a la Corona y el papel del Senado

Luis R. Aizpeolea

No existió en la campaña electoral. Ni por parte del PSOE ni por la del PP. Pero el Gobierno, pese al intento fracasado en la anterior legislatura, está dispuesto a intentarlo en ésta, si se dan las condiciones de diálogo suficientes con el PP. Se trata de reformar la Constitución para garantizar la igualdad de hombres y mujeres en la sucesión al trono y para que el Senado pueda cumplir su función como Cámara territorial, postergada legislatura tras legislatura.

Los socialistas aprendieron de la etapa anterior y decidieron que una cuestión tan delicada como la reforma constitucional no había que exhibirla como elemento partidista en una campaña electoral para no provocar el rechazo del primer partido de la oposición, el PP, sin cuyo concurso es imposible la citada reforma. De tal modo, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, no sólo no la abordó en la campaña, sino que ni siquiera la mencionó en su discurso de investidura en el Congreso, el 8 de abril.

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Pero eso no significa que el Gobierno la haya olvidado. Considera que dos de los aspectos de esa reforma son sustanciales: establecer la igualdad entre hombre y mujer en el acceso a la Corona y hacer del Senado una auténtica Cámara territorial. Lo que ahora pretende el Gobierno es que si el diálogo abierto con el PP, que se ha iniciado con la justicia, avanza y se consolida, se ponga la reforma constitucional sobre la mesa, de manera discreta y en el momento oportuno.

Sin embargo, aun cuando se den esas condiciones más favorables y no las que impidieron que la reforma se abordara en la anterior legislatura, los socialistas tampoco ven fácil que la reforma constitucional salga adelante en esta ocasión, porque tendrán que conciliar intereses políticos tan encontrados como los que representan los populares y los nacionalistas.

"Podemos ponernos de acuerdo con el PP, que tiene interés en resolver la cuestión de la sucesión de la Monarquía. Pero no será tan fácil hacerlo con los partidos nacionalistas, que lo mismo aprovechan que se abra el melón de la reforma constitucional para introducir planteamientos inasumibles", señalan fuentes socialistas.

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El PSOE considera que para llevar adelante la reforma constitucional hay que delimitar claramente sus objetivos, sus aspectos más urgentes y ceñirse exclusivamente a ellos. "Tiene que llegarse a un pacto que no genere polémica. De lo contrario, no tiene sentido intentar la reforma", señalan fuentes socialistas. Con estos criterios, los socialistas estarían dispuestos a renunciar a dos de las cuatro propuestas de reforma que recoge su programa y centrarse en las consideradas más importantes y urgentes.

Las otras dos propuestas no resultan urgentes -la referencia a la Unión Europea y la denominación de las 17 comunidades autónomas-, según valoran los socialistas. Pero, además, esta última dejaría fuera del consenso al PNV, que no acepta que se anule la disposición transitoria cuarta de la Constitución para sellar la definitiva separación de Navarra del País Vasco. La disposición establece ahora el mecanismo de una posible unión de Navarra con el País Vasco.

Para que sea posible el consenso, el PSOE cree que todos los partidos tienen que renunciar a parte de sus propuestas de reforma. "El PP, por ejemplo, a su intención de cambiar el título octavo de la Constitución, referente a las autonomías. Si mantiene propuestas como blindar las competencias exclusivas del Estado, referentes al artículo 149.1 de la Constitución, es imposible el acuerdo porque los nacionalistas no lo aceptarían", subrayan fuentes socialistas.

Asignatura pendiente

La discriminación de la mujer en la sucesión a la Corona y la asignatura pendiente de reconvertir el Senado en Cámara territorial empujó al PSOE a promover en 2004 una reforma de la Constitución para resolver ambos problemas. La introdujo en su programa electoral de hace cuatro años y añadió otros dos asuntos: una referencia a la Unión Europea y la inclusión en la Constitución del nombre de las 17 comunidades autónomas, ya que éstas se constituyeron años después de aprobada aquélla.Una vez constituido su Gobierno, en abril de 2004, José Luis Rodríguez Zapatero propuso al Consejo de Estado un dictamen sobre la citada reforma. Cuando el dictamen se hizo público, un año después, la política de confrontación entre el PSOE y el PP estaba en su apogeo y no hubo manera de que ambos partidos iniciaran ni siquiera conversaciones para tantear la posibilidad de la reforma constitucional.Sin embargo, iniciada esta nueva etapa, sigue pendiente la doble asignatura de la reforma del Senado y de garantizar la igualdad de hombre y mujer en el trono. Precisamente en la pasada legislatura nacieron las dos hijas de los Príncipes de Asturias, las infantas Leonor (que sería la heredera al trono) y Sofía, lo que hace aún más necesaria esa reforma de la Constitución.

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