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El Gobierno responde a Montilla que Cataluña "recibe toda la atención"

La intervención del presidente catalán sorprendió y disgustó en La Moncloa

Luis R. Aizpeolea

"Cataluña está recibiendo en esta legislatura toda la atención que tiene que tener". Fue la respuesta tajante que ayer dio la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, al presidente de la Generalitat catalana, el socialista José Montilla, que la víspera, en Madrid, alertó sobre el riesgo de un alejamiento "irreversible" de Cataluña respecto de España.

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Montilla, que el miércoles participó por primera vez en un foro, en Madrid, tras la crisis en el servicio de Cercanías de Barcelona, atribuyó la "desafección" de Cataluña hacia España al déficit de las infraestructuras, a la incertidumbre política sobre el Estatuto -pendiente de decisión en el Constitucional-, y a sus efectos en las relaciones entre la sociedad española y la catalana.

Las declaraciones de Montilla de la víspera -sobre todo, su advertencia del riesgo de alejamiento "irreversible" entre Cataluña y España-, disgustaron en La Moncloa, donde desconocían el alcance de su intervención en el Fórum Nueva Economía de Madrid.

Las relaciones entre La Moncloa y la Presidencia de la Generalitat no han sido fáciles desde la misma constitución del Gobierno catalán, con la reedición del tripartito PSC-ERC-ICV, hace ahora un año, cuya gestación, en un tiempo récord, sorprendió al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Aquellas elecciones autonómicas catalanas las ganó el candidato de CiU, Artur Mas. Pero PSC, ERC e ICV lograron, a través de un pacto, una mayoría alternativa y superior a la de CiU.

Fernández de la Vega, en su respuesta a Montilla, ayer, tras el Consejo de Ministros, expresó diplomáticamente su "respeto" por las opiniones del presidente de la Generalitat. Pero a continuación aclaró, en cuanto al déficit de infraestructuras en Cataluña, que el Gobierno "tiene toda la atención que tiene que tener, y estamos dando respuesta a todos los problemas".

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En cuanto al reproche sobre las dudas acerca del futuro del Estatuto, pendiente de la decisión del Tribunal Constitucional, la vicepresidenta primera eludió referirse a la lucha por el poder que el PP ha propiciado en el alto tribunal. Montilla la había comparado la víspera con "las maniobras para obtener el poder por medios no democráticos" hace 25 o 70 años. La vicepresidenta primera se limitó a defender la posición del Gobierno en el desarrollo del nuevo Estatuto catalán. "Tiene un desarrollo razonable y se están cediendo competencias a la Generalitat para favorecer la capacidad de autogobierno de la comunidad", dijo.

En Cataluña, el consejero de la vicepresidencia de la Generalitat, Josep Lluís Carod Rovira, alabó las palabras de Montilla al asegurar que eran "las más valientes y más duras hechas en España por parte de un presidente de la Generalitat". Para Carod, el discurso huye del "lamento y la queja" habitual para advertir que la desafección de los catalanes "puede ser irreversible". El consejero advirtió de que "si quien debe escuchar" las palabras de Montilla no lo hace, "Cataluña dirá adiós a España". El cabeza de lista de CiU para las generales, Josep Antoni Duran, no compartió el optimismo de Carod. Duran consideró "lógicas" las protestas de Montilla, aunque reprochó al PSC "no haber protestado enérgicamente" ante el Gobierno central.

El aviso de Montilla

- "Estaría falseando la realidad si pretendiera ocultarles el estado de ánimo colectivo que, en general y desde hace algunos meses, planea sobre Cataluña... Cabreo, recelo, escepticismo, pesimismo, que alimentan un poso de desafección y de alejamiento de la ciudadanía con respecto a la política (...). El Gobierno de Cataluña se ha impuesto el deber de revertir este estado de ánimo (...). Y entiendo que este mismo propósito ha de ser el de las instituciones del Estado si se quiere evitar un alejamiento de Cataluña que podría llegar a ser irreversible".

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