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Guardias de tráfico admiten que no detuvieron a 'El Chino' pese a que llevaba ropa robada y cuchillos en el coche

El terrorista fue multado en la carretera cuatro meses antes de los atentados

El juicio por el 11-M se ha reanudado hoy con la declaración de dos guardias civiles que multaron al suicida Jamal Ahmidan, El Chino, pero no le detuvieron, en diciembre de 2003 . El primero de los testigos ha reconocido que en la inspección del vehículo (un BMW) hallaron cuchillos en la guantera, fajos de dinero y ropa robada (con los dispositivos electrónicos antirrobo). Pese a todo, los agentes no consideraron procedente detener al sospechoso.

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Uno de los guardias civiles, del cuartel de la localidad madrileña de Buitrago de Loyoza, ha declarado que el 5 de diciembre de 2003 dio el alto de madrugada a una persona que se identificó como Yussef Ben Salah que portaba un vehículo BMW. En el maletero del coche localizaron dos maletas en las que portaba "ropa aún con las etiquetas y chivatos" que parecía "sustraída del Corte Inglés", ha indicado. Además, durante el registro del coche, localizaron "tres cuchillos y una maza artesana, de las que hacen daño" y "un fajo de billetes de 50 euros del grosor de un dedo".

Sin embargo, los agentes no pudieron comprobar la identidad de El Chino. "Al no tener NIE no podíamos identificarle", ha declarado el agente, refiriéndose al Número de Identidad de Extranjeros. Por tanto, no pudieron detenerle. Meses después, los agentes identificaron a esta persona como Jamal Ahmidan, alias El Chino, uno de los suicidas de Leganés y responsable de los atentados.

A continuación ha declarado un compañero del agente que ha corroborado la declaración de éste y ha explicado que los cuchillos "superaban las dimensiones legales". Al insinuar que podían detenerle, Ahmidan les dijo "que éramos unos racistas y nos íbamos a enterar", ha añadido; y ha reiterado que cursaron las denuncias oportunas contra el conductor del automóvil, es decir, que fue multado.

Otros testigos

A continuación ha declarado la novia de Othman El Gnaoui, uno de los acusados. La mujer, Ikram Boulaoin, ha relatado que su pareja realizaba "chapuzas" en la finca de Morata de Tajuña donde se reunían los miembros del comando y donde se prepararon las mochilas bomba. Boulaoin ha tratado de rebajar el nivel de relación de su pareja con los islamistas, diciendo que estos "se metían mucho con él" porque no era suficientemente religioso y porque ella le "controlaba mucho". La fiscalía considera acreditado que El Gnaoui facilitó documentos falsos, algunos de ellos a su nombre, a varios de los implicados en los atentados.

También han declarado hoy otros testigos, como dos empleados del concesionario de BMW de Getafe al que acudieron algunos de los acusados para realizar reparaciones en el coche que conducía El Chino cuando fue multado. Han reconocido a algunos acusados como personas que pasaron por el concesionario. También declara hoy la telefonista de Telemadrid que atendió la llamada anónima realizada dos días después del 11-M en la que informaba de que en una papelera cerca de la Mezquita de la M-30 había una cinta de vídeo, en la que se reivindicaban los atentados de Madrid. El policía que recogió la cinta de la papelera también está citado.

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