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Las consecuencias del 9-M

Guerra de guerrillas en ERC por su caída

Los malos resultados del 9-M aceleran la batalla entre Carod y Puigcercós

Los resultados de las elecciones son el termómetro de la influencia y del buen hacer de los partidos, y en Esquerra Republicana (ERC) no pueden estar contentos. En las recientes generales, los independentistas, encabezados por Joan Ridao, cosecharon 296.473 apoyos, un 1,17% de los votos, que les significaron tres diputados. Pero es que en 2004 obtuvieron ocho -y grupo parlamentario propio- con un 2,52% de los votos que le otorgaron los 652.196 sufragios.

La candidatura la encabezó en aquella ocasión el presidente de la formación, Josep Lluís Carod Rovira. También se dio entonces una combinación del episodio de Perpiñán y la campaña en contra del PP. Pero hoy la situación es diferente.

De momento, el secretario general de la formación independentista y ex diputado eºn el Congreso, Joan Puigcercós, dimitió el lunes por iniciativa propia de su responsabilidad como consejero de Gobernación de la Generalitat. ¿Por qué? Pues "para dedicar tiempo al partido". Esta intención tan altruista no sería importante si no fuera porque el mismo lunes, la ejecutiva de ERC decidió adelantar su congreso de octubre. Carod y Puigcercós se enfrentarán por la presidencia de Esquerra en unas elecciones internas el 7 de junio.

No hay marcha atrás, los partidarios de ambos líderes ya han hecho las alforjas y ensillado los caballos para aprovechar los dos meses que quedan para el congreso. Tanto Carod como Puigcercós no dejan de reunirse y pasear por las 41 comarcas catalanas. Y es que las votaciones a presidente, y también a secretario general, se realizarán a la manera del PNV, es decir, una urna en cada sección local. Así será más fácil que los 10.000 militantes republicanos puedan votar, aseguran fuentes del partido.

Tanto Carod como Puigcercós no pondrán en peligro el Gobierno catalán, en alianza con los socialistas e ICV-EU. No hay mucha diferencia estratégica entre ambos. Es una lucha por el liderazgo que viene de antiguo pero que obtuvo una suerte de pax romana en 2004, en el congreso de Lleida, cuando partidarios de Carod y de Puigcercós coparon la ejecutiva por igual. Pero en las pasadas elecciones autonómicas de 2006 los independentistas bajaron en apoyos, como en las municipales y en las generales. La reflexión se impone. El reto es aparecer ante la sociedad como un partido de gobierno de izquierdas e independentista. De momento, se decidirán primero los liderazgos.

Joan Puigcercós y Josep Lluís Carod Rovira, en el Parlamento catalán el pasado miércoles.<b> </b>
Joan Puigcercós y Josep Lluís Carod Rovira, en el Parlamento catalán el pasado miércoles. TEJEDERAS
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