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El regreso de Haidar a El Aaiún

Haidar: "Esto es una victoria de la causa saharaui"

La activista vuelve a su casa en un avión medicalizado

José Naranjo

"Esto es un triunfo. Una victoria del derecho internacional, de los derechos humanos, de la justicia internacional y de la causa saharaui". Fueron las primeras palabras que Aminetu Haidar pronunció, con un hilo de voz, antes de subirse al avión medicalizado que la iba a llevar de vuelta a casa, a El Aaiún, al Sáhara. "Felicidades a la sociedad civil", continuó. "Lo primero que voy a hacer cuando llegue es abrazar a mi madre y a mis hijos".

El avión, facilitado por el Gobierno de España, llegó ayer, sobre las 20.10 (hora canaria), a Lanzarote procedente de Madrid. Y a 23.23 (hora peninsular), más de media hora antes de lo previsto, despegó por fin rumbo a El Aaiún. En los alrededores del aeropuerto, un centenar de personas confiaba en poder ver a la activista antes de que subiera al avión para despedirse de ella. El ambiente era de euforia.

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"Aminetu está muy contenta". Así fue cómo a las ocho de la tarde, el portavoz de la plataforma de apoyo a la activista saharaui, Carmelo Ramírez, confirmó el secreto que se había ido extendiendo durante toda la tarde por los alrededores del hospital de Lanzarote, en el que Haidar había ingresado la madrugada del jueves con vómitos y fuertes dolores estomacales: la activista saldría esa misma noche al El Aaiún. Se acababa una huelga de hambre de 32 días.

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Todo comenzó sobre las seis de la tarde de ayer. Pilar del Río, la esposa del Premio Nobel de Literatura José Saramago, ya debía llevar andados varios kilómetros en continuos paseos entre la entrada del hospital y la cafetería que se encuentra enfrente sin separarse de su teléfono móvil cuando recibió la llamada del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que le comunicó el fin de la pesadilla. Esa misma noche Haidar podría ir a casa a reunirse con sus hijos.

Apenas media hora después, Ayach Haidar, primo de Aminetu, salía del hospital y aseguraba que la había visto bien. "Está fuerte, hoy es el día de la victoria", avanzó. Minutos después, la ayudante personal de la activista, la periodista sevillana Edi Escobar, confirmaba que estaba preparada.

También se encontraba cerca, muy emocionada, la hermana de Aminetu, Laila Haidar. Durante todo el día estuvo entrando y saliendo del hospital, primero con gesto preocupado. Luego, a medida que iban pasando las horas, una sonrisa se instaló en su rostro. Anoche estaba previsto que la propia Laila acompañara a Aminetu hasta El Aaiún junto al doctor Domingo de Guzmán, médico personal de la activista. Para ella, que había llegado el miércoles por la noche a Lanzarote, fue llegar y llevarse de vuelta a su hermana. Como para no sonreír.

Aminetu Haidar estaba ayer estable. Los dolores abdominales que le habían llevado al hospital habían remitido y los vómitos, desaparecido. En el hospital le habían dado calmantes para dolor y un medicamento para las náuseas, además de agua con azúcar por vía intravenosa.

Sin embargo, pese a su debilidad extrema, desde su entorno habían asegurado que estaba totalmente preparada para viajar si fuera necesario, dados los insistentes rumores que se extendieron ayer durante todo el día acerca de una posible salida inminente de la activista hacia El Aaiún.

Desde que puso el pie en el hospital, muy debilitada pero totalmente consciente, la activista saharaui advirtió de que no quería recibir ningún tratamiento de nutrición y los médicos que la atendieron respetaron esta decisión, según informó la abogada de Haidar, Inés Miranda.

El ingreso de Haidar tuvo lugar ayer a las 0.27, hora canaria (1.27 en la Península). Sólo 13 minutos después, a las 0.40, el hospital lanzaroteño remitió un escrito al juzgado de guardia de Arrecife para solicitarle asesoramiento acerca de cómo actuar en caso de que Haidar perdiera la consciencia. Sin embargo, el titular del juzgado número 4, César Romero, no respondió a este requerimiento.

Fuentes de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias han informado de que el director del Servicio Canario de Salud, Guillermo Martinón, telefoneó a la abogada de Haidar ayer por la mañana para confirmar que la decisión de la activista era no ser alimentada. En días pasados, la propia consejera de Sanidad, Mercedes Roldós, consultó con el fiscal jefe de Canarias, Vicente Garrido, qué debía hacer en el caso de un ingreso hospitalario. La decisión finalmente adoptada fue la de respetar la voluntad de la activista mientras estuviera consciente y orientada y consultar al juez si perdía la consciencia. Pero eso nunca llegó a ocurrir.

Aminetu Haidar, ayer poco antes de subirse al avión de regreso a El Aaiún.
Aminetu Haidar, ayer poco antes de subirse al avión de regreso a El Aaiún.EFE

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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