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El dirigiente de HB Iñigo Iruin afirma que nunca ha sido rechazado por presos de ETA

El dirigente de Herri Batasuna Iñigo Iruin afirmó ayer que en sus 11 años como abogado de presos políticos vascos nunca ha sido rechazado cuando ha solicitado una comunicación. El letrado agregó que informaciones en sentido contrario -ver EL PAÍS del pasado lunes- forman parte de una campaña para fomentar un clima de división entre los presos.Fuentes penitenciarias informaron a este periódico que los presos de ETA en la cárcel de Nanclares de la Oca (Álava) habían intentado organizar un debate sobre la conveniencia de solicitar o aceptar beneficios penitenciarios entre ellos el régimen abierto que permite salir de la prisión durante el día y pernoctar en el centro.

Las mismas fuentes aseguraban que el debate fue abortado por ETA y que Iruin, que había sido designado interlocutor, no había sido recibido por varios reclusos.

El abogado, uno de los hombres fuertes de Herri Batasuna, ha señalado que la única designación que le une con los presos políticos vascos es la que ellos han realizado voluntariamente para que defienda sus intereses en los procesos que se siguen contra ellos. Iruin niega que haya sido designado interlocutor o emisario de nadie ante los presos.

Durante 1990, según el senador de HB, realizó dos visitas a la cárcel de Nanclares de la Oca, pero nunca para transmitir instrucciones de la dirección de ETA.

En la primera visita, que tuvo lugar el 14 de septiembre, acudió con otro letrado a preparar un juicio que se iba a celebrar el día 19 del mismo mes en San Sebastián contra cuatro reclusos acusados de injurias a clases determinadas del Estado.

La segunda, según Iruin, se realizó el 8 de diciembre de 1990 y fue motivada por una llamada telefónica efectuada días antes por el preso Isidro Etxabe Urrestilla para reclamar su presencia en esa prisión.

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El abogado explica que en su visita se entrevistó con Etxabe y con el también preso José Antonio Agirre Agirre. Matiza que no pudo comunicar con Juantxo Nafarrate, porque unas horas antes había salido en libertad tras haber cumplido seis años de prisión.

Iruin aclara que no es posible que un abogado visite en prisiones españolas a internos de los que no ostenta designación, especialmente si se trata de presos políticos vascos.

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