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Barrionuevo rectifica informaciones oficiales sobre los detenidos de las 'tramas negras'

El ministro del Interior, José Barrionuevo, contradijo ayer las informaciones oficiales procedentes el día anterior de su propio departamento, relativas a la detenciones de personas supuestamente relacionadas con los atentados ocurridos contra la estación de Bolonia (Italia) y la sinagoga judía de París. Según Barrionuevo, los detenidos son sólo españoles -las fuentes de su Ministerio dijeron que había franceses e italianos- y que, por el momento, se les relaciona con delitos comunes realizados en España.

Entre los detenidos se encuentran Ernesto Milá Rodríguez y Rafael Tormo. La policía francesa sospechó inicialmente de ambos como presuntos participantes en el atentado contra la sinagoga. Expertos policiales españoles han asegurado a EL PAÍS que Milá "es el ultra español mejor relacionado con las tramas negras internacionales".

"Reserva total" por parte de los habituales informadores oficiales y "estupor" en los medios de comunicación, especialmente entre algunos franceses e italianos, fueron ayer las notas destacadas referentes a las detenciones de ultraderechistas en Barcelona y Valencia. La noticia, procedente del Ministerio del Interior, fue ampliamente recogida ayer en los periódicos españoles, franceses e italianos. En opinión de fuentes policiales barcelonesas, la información oficial sobre el tema "fue hinchada deliberadamente". "La mayoría de los detenidos son hombres de segunda fila de la ultraderecha española".

Entre los detenidos, no obstante, se encuentra Ernesto Milá Rodríguez, de unos 30 años de edad, conocido en los círculos policiales por ser uno de los primeros españoles supuestamente incorporados a las tramas negras internacionales. Según fuentes policiales expertas en grupos neofascistas españoles, Milá participó presuntamente en la creación de grupos violentos como JNR (Juventudes Nacional-Revolucionarias) y GAS (Grupos de Acción Sindicalista); fue de los primeros en conectar con los neonazis italianos y en integrarse en los NAR (Núcleos Armados Revolucionarios).

De acuerdo con estas fuentes, Ernesto Milá, junto a dos hermanos de segundo apellido Cremades, fueron acusados de atracar una joyería en Barcelona en 1978, año desde el que estaba reclamado por los jueces españoles. Posteriormente, han dicho, se trasladó a París, donde mantuvo estrechos contactos con los ultraderechistas Steffano Della Chiae y Salvatore Francia, con quienes trabajó en la edición de la revista Confidentiel, considerada como "órgano de expresión de los neonazis europeos". Se recuerda que, como redactor de esta revista, Salvatore Francia, expulsado de España en junio de 1981, fue acreditado en Madrid para asistir en noviembre del 80 a la Conferencia Europea de Seguridad y Cooperación.

Experto guerrillero y místico

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En los años que ha permanecido fuera de España, Ernesto Milá ha vivido también en Bolivia, donde, según informan fuentes policiales barcelonesas, parece que colaboró con movimientos anticomunistas. Estas fuentes han calificado a Milá de experto guerrillero y místico teórico. De acuerdo con su ficha policial, en 1974 militaba en el Partido Español Nacional Sindicalista. Amigo de Alberto Royuela, solía participar en entrenamientos de grupos violentos en El Castell del Remei (Lérida) y Montserrat (Barcelona).Milá ingresó también en Fuerza Nueva, de donde fue expulsado en 1977 por considerarlo excesivamente violento. Participó entonces en la creación de diferentes grupos del Frente Nacional de la Juventud (FNJ) en Barcelona, así como en el minoritario grupo denominado Juventud Española en Pie. Precisamente, personas integradas en este grupo fueron sospechosas de haber organizado el atentado contra la revista El Papus.

En su última época en Barcelona, Milá vivía en la calle Villarroel, en compañía de su esposa y sus dos hijos.

Según las citadas fuentes policiales, Milá solía enviar a centros policiales cartas y tarjetas desde diferentes países, en las que aseguraba que nunca sería detenido. En medios próximos al propio Milá, se informó ayer que el ultraderechista se encontraba desde el pasado mes de febrero en Barcelona, donde había acudido con la intención de entregarse.

Por su parte, Rafael Tormo Acosta, de acuerdo con las citadas fuentes, también era buscado por la policía por su participación en atracos y otros delitos comunes cometidos en nuestro país. Tormo es ampliarnente conocido en los círculos policiales valencianos por su participación en algaradas callejeras protagonizadas por grupos ultras a finales de los 70, a raíz de las cuales fue detenido en varias ocasiones. Junto a otros presuntos miembros de la ultraderecha española, como Germán Sanchis Bernat -también nombrado por el diario L'Humanité como supuesto participante en el atentado contra la sinagoga-, Alfredo Alemany, Vicente Ernesto González, "Milá y Tormo desplegaron las actividades de los grupos neonazis en Valencia y la ciudad condal", han dicho las fuentes policiales.

Siempre según fuentes policiales, la operación contra los ultraderechistas estaba preparándose desde hace varios días, y concretamente desde la detención en Madrid de Mario Blanco, presuntamente relacionado contra el atentado realizado contra la revista "El Papus", en el que resultó muerto un conserje de la publicación.

En cuanto al resto de detenidos, en total siete, las fuentes consultadas coinciden en asegurar que se trata de "jóvenes ultraderechistas relacionados con delitos comunes de menor importancia". Sin embargo, las mismas fuentes señalan que la policía sigue diferentes pistas que podrían llevar a la localización de Steffano Della Chiae.

Prudencia en Francia e Italia

Desde que el miércoles pasado se difundieron las informaciones españolas sobre las detenciones citadas, las autoridades italianas, tanto policiales como judiciales, mantuvieron sobre el caso el más absoluto silencio, según informa Juan Arias desde Roma.Por su parte, tanto la prensa e francesa como los jefes policiales de París se mantenían ayer pru dentes respecto a las noticias procedentes de Madrid, según informa Feliciano Fidalgo. La policía gala, decía un portavoz oficioso, "es escéptica por ahora".

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