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Interior activa la máxima alerta antiterrorista por temor a un atentado de ETA

Jorge A. Rodríguez

España está desde hoy en alerta máxima. La certeza de que ETA prepara un atentado preelectoral y el terrible recuerdo de los atentados del 11-M, en vísperas de las últimas generales, ha llevado al Ministerio del Interior a activar el nivel 3 del Plan de Prevención y Protección Antiterrorista. Es la "movilización total" de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y el despliegue progresivo de las Fuerzas Armadas para vigilar las grandes infraestructuras del transporte, los centros de producción de energía, los nudos de comunicaciones y el espacio aéreo.

Mítines, sedes de partidos políticos, los grandes acontecimientos deportivos, las zonas de gran concentración de personas serán sometidas a especial vigilancia. El despliegue será muy visible en los puntos incluidos en el catálogo de instalaciones estratégicas. El despliegue y el catálogo están clasificados como secreto.

El plan antiterrorista fue aprobado en marzo de 2005, como un catálogo de normas permanentes para responder a los distintos tipos de amenaza. Contempla tres niveles. España ha vivido desde febrero de 2007, tras arrancar el juicio del 11-M, en el nivel 2.

Dos alarmas previas

La alerta 3 sólo se ha activado en otras dos ocasiones. La primera, en las Navidades de 2004 a 2005, tras una cadena de atentados de ETA y tras conocerse los planes de un grupo de islamistas de volar la Audiencia Nacional. La segunda fue tras los atentados islamistas del 7 de julio de 2005 en Londres, y la extensión de una nueva amenaza de Al Qaeda sobre toda Europa.

El temor más directo es, ahora, ETA. Lo dejó claro ayer Alfredo Pérez Rubalcaba, ministro del Interior: "Desgraciadamente, ETA intentará matar antes del 9-M". El ministro recordó que persiste la amenaza islamista. "No podemos desconocer esa amenaza, mucho más después de la historia reciente de España".

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ETA siempre ha querido perturbar los procesos electorales. De hecho, la banda ya tenía un plan para atacar antes del 9-M, colocando un coche bomba en el aparcamiento de superficie de El Corte Inglés de Castellana (Madrid). Lo iba a hacer el ya desarticulado comando de la T-4.

En febrero de 2004, ETA envió a Madrid una furgoneta con 500 kilos de explosivo que fue interceptada. Luego llegó el 11-M y lo ensombreció todo.

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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