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Jiménez dice que España "cumplirá sus obligaciones" si hay intervención en Libia

La titular de Exteriores se reúne en El Cairo con el secretario de la Liga Árabe

"Más vale tarde que nunca", contestó el secretario general de la Liga Árabe, Amr Musa, cuando se le preguntó si el apoyo de su organización a la zona de exclusión aérea sobre Libia no llega demasiado tarde. Pero quizá sea nunca, porque la comunidad internacional se mueve con la lentitud propia de las negociaciones políticas, mientras que la maquinaria bélica de Gadafi avanza con rapidez hacia Bengasi, capital de la sublevación.

Tras reunirse ayer en El Cairo con la ministra española de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, Musa dejó claro que lo que acordó el sábado la Liga Árabe fue dirigirse al Consejo de Seguridad de la ONU para pedirle que impida a Gadafi el uso de aviones y helicópteros contra su población.

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No se trata, en su opinión, de una intervención militar -aunque requiera medios militares e implique la destrucción de las aeronaves que desobedezcan la prohibición-, sino de una operación humanitaria dirigida a frenar el derramamiento de sangre. Aún así, la pelota queda en el tejado del Consejo de Seguridad de la ONU, donde China y Rusia tienen poder de veto.

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También la ministra española se remitió a las Naciones Unidas y eludió concretar la participación española en el dispositivo que debe imponer la zona de exclusión aérea hasta conocer "los términos en que el Consejo de Seguridad se pronuncia". Eso sí, subrayó: "Desde luego, siempre vamos a apoyar la resolución que se adopte y posteriormente cumpliremos nuestras obligaciones en coordinación con nuestros socios y aliados" de la UE y la OTAN. Es lo más lejos que hasta ahora ha ido un responsable político a la hora de dar por sentada la participación española en la hipotética intervención.

Con todo, Jiménez calificó de "valiente" el llamamiento de la Liga Árabe, que atribuyó al empeño personal de Musa, quien pasó por alto los reparos de Siria y Argelia y alegó que la decisión se había tomado, al menos formalmente, por unanimidad.

Musa se reunirá hoy con la Alta Representante de la UE, Catherine Ashton, para abordar la convocatoria de una cumbre tripartita entre los 27, la Liga Árabe y la Unión Africana, sobre el conflicto de Libia, como acordaron los mandatarios europeos en Bruselas el pasado viernes.

Jiménez acudió a la sede de la Liga Árabe -en una esquina de la plaza Tahrir, epicentro de la revuelta que derrocó a Mubarak el pasado 11 de febrero- tras entrevistarse con el ex director general de la Organización Internacional de la Energía Atómica Mohamed El Baradei, quien aspira como Musa a la presidencia de Egipto. Ambos se oponen al referéndum para reformar diez artículos de la Constitución egipcia que debería celebrarse el próximo día 19; aunque, como todo el proceso de transición en este país, está en el aire.

Pese a sus aspiraciones presidenciales, Musa mantuvo estrechas relaciones con Mubarak. No así los cinco representantes de la Coalición Jóvenes del 25 de enero -un conglomerado heterogéneo, del que forman parte los Hermanos Musulmanes, que actuaron como motor de la revuelta-, a quienes Jiménez recibió anoche en la residencia del embajador español en Egipto.

Trinidad Jiménez y Amr Musa, durante su encuentro de ayer en El Cairo.
Trinidad Jiménez y Amr Musa, durante su encuentro de ayer en El Cairo.SERGIO BARRENECHEA (EFE)

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